Vuelos en Zeppelin sobre el lago Constanza, en Alemania
Esta vez tengo que hablar de un sueño frustrado. Me he quedado con ganas de surcar los cielos al bordo de un zeppelin.
Me explico mejor.
La semana pasada hablaba de Constanza, bellísima localidad alemana situada a orillas del lago del mismo nombre. Pues Constanza es también famosa por ser la ciudad natal del conde Ferdinand Graf von Zeppelin, el pionero en la construcción de globos dirigibles. Y fue también aquí, en el cielo se este lago donde el conde logró hacer realidad su sueño de hacer volar este aparato tan especial en el que el llevaba trabajando ya más de 25 años. Fue concretamente un 20 de julio del año 1900 cuando un zeppelin despegó por primera vez y surcó los cielos del lago Constanza.
Poco a poco la técnica se fue perfeccionando y el 22 de junio de 1910, hace ahora justo cien años, despegó el primer el primer dirigible para pasajeros. Desde ese día y hasta el julio de 1914 este gigante del aire transportó casi 33.000 pasajeros en más de 1.500 vuelos. Luego llegó la I Guerrra Mundial y los zeppelin empezaron a utilizarse como instrumentos bélicos, aunque hay que reconocer que su eficacia dejaba mucho que desear.
Tras la contienda, los zeppeling retomaron su uso comercial hasta que en 1937, el LZ 129 Hindenburg, un dirigible gigante de 33 metros de largo, se incendió en la Estación Aeronaval de Lakehurst (Nueva Jersey) con 97 personas bordo (de las que sólo murieron 35). Tras ese accidente, fue el propio Adolf Hitler quien ordenó terminar con esos viajes comerciales.
La historia del Zeppelin así se terminó, pero el mito sigue vivo. Y todos quienes quieran saber algo más acerca de estos gigantes del aire, tienen una visita obligada al museo Zeppelin que se ubica en Freisrichshafen, también a orillas del lago Constanza. En este museo además de hacerse un recorrido por la historia de los zeppelines, se puede recorrer una reproducción a tamaño real de una parte del mencionado LZ 129 Hindenburg.

Pero lo bueno no es sólo la visita. Lo mejor es que desde hace ya unos años, los zeppelin han vuelto a los cielos del lago. Son unas pequeñas reproducciones, muchos más seguras y sólidas que las de antes que funcionan solo para uso turístico.

Los vuelos parten del aeropuerto cercano de Friedrichshaven pero ojo, hay pocas plazas y los precios son caros: ¡hasta 300 euros la hora de vuelo por persona!. Ah, y hay lista de espera así que si se animan, tengan en cuenta que es imprescindible reservar con antelación a través de su web.
Por eso digo al principio de este post que estos días en Constanza no pude hacer realidad mi sueño de volar en un zeppelin sobre una de las regiones más bellas de centro Europa. Tendré que ahorrar, y volver.

3 Comments
el viajero impresionista
Uak, listas de espera. la crisis no afecta a los sueños. Saludos