Aeropuertos, rayos argentinos y periodistas
Argentina es un país de largas distancias (es el segundo estado más grande de América del Sur y el octavo del planeta). Moverse de una región a otra es tarea a veces complicada.
Para empezar casi todas las conexiones aéreas pasan por Buenos Aires. O sea que si quieres ir de Neuquén, donde he estado los últimos días, a Mendoza, mi próximo destino, hay que planteárselo con cierta paciencia. Aunque como se ve en el mapa, ambas ciudades parecen cercanas en la realidad están muy distantes (a 800 kilómetros por la ruta 40, la espectacular y larguísima carretera que atraviesa Argentina de norte a sur) y no hay apenas vuelos entre ellas.

Por tanto, como decía al principio hay que pasar por Buenos Aires, o sea, hay que agarrar (no digo “coger” porque ya se me ha grabado a fuego en el cerebro que esa es una palabra tabú con ciertas connotaciones sexuales tanto en Argentina como en otros muchos de sur y centro América) dos aviones.
En principio la cosa suena bien. También en España hay que «agarrar» dos vuelos para ir a muchos destinos, problema que sufrimos especialmente los que vivimos en provincias. El agravante aparece cuando asoma algún imprevisto. Y en destinos como Argentina la probabilidad de que algo extraño ocurra es muy alta. Por ejemplo, el de hoy fue un rayo que se cargó el sistema eléctrico del aeroparque Jorge Newbery (de donde salen los vuelos nacionales y a los países vecinos) de Buenos Aires.
Resumen. El aeropuerto estuvo cerrado varias horas con las consecuencias que eso arrastra: retrasos interminables, vuelos cancelados, colas eternas, gente y gente sentada en «el piso» (en el suelo), quejas de pasajeros (que como curiosidad, aquí para protestar aplauden en masa, ¡genial!). Hoy en el aeropuerto escuché más ovaciones que en un concierto en el Teatro Real.
Pues en eso estamos ahora. Tirados en un aeropuerto. Pero que quieren que les diga, este tiempo muerto que todo viajero que se precie pasa colgado por causas de fuerza mayor a veces tiene su lado bueno. Paco Nadal (mi compañero de viaje) y yo lo estamos aprovechando para ponernos al día en el blog pues las jornadas de atrás fueron un poco demasiado densas Si. A veces la vida del periodista de viajes resulta tan intensa que sacar tiempo para la simple tarea de escribir se convierte en un objetivo difícil. Y aunque pueda parecerlo, armar un post todos los días no es trabajo sencillo.

Pero por suerte al final siempre surge un rayo perdido, un problema mecánico, una niebla densa o un temporal huracanado que nos permite sacar adelante nuestro oficio. Y lo mejor. Que nos hace sentirnos como en casa. Que suerte tenemos.
Nos llaman ¡por fin! a embarcar, así que mañana seguiremos con este relato desde Mendoza, la región del vino por excelencia de Argentina.
6 Comments
almundoPame
Nani! q buenos tus relatos de viaje!
Te cuento también, para los lectores q visiten Argentina algún otro dato útil, existen vuelos de Neuquen a Mendoza directos, x una cía aérea que se llama SOL, tiene algunas frecuencias semanales, de salida x la tarde. También hay algunos otros vuelos que conectan el interior del país (x ejemplo, hay un «Corredor Federal» q hace la ruta Buenos Aires, Iguazú, Salta, Mendoza, Bariloche y vuelve a Buenos Aires y Viceversa, y es 2 veces x semana + vuelos desde Córdoba a esas ciudades, es un poco mas ameno recorrer la Argentina q hace un par de años… aunque falta un poco aun para q todo sea mas cómodo y sobretodo…. q no c aiga ningún rayo el día q a uno le toca volar!!!!!!!
Te dejo un gran cariño! gracias x tan buenos datos!!
Pam
Manuel Bustabad
Hola, Nani
Me encanta tu viaje argentino. Espero que lo estés pasando bien, y sobre todo que nos sigas contando todos los detalles.
Y quiero mi perro. Tú ya me entiendes.
Un abrazo
Manuel Bustabad
marcelo
Maravilloso blog, interesantes puntos de vista. Un detalle, no se dice «agarrar» un avión! Se dice «tomar» un avión (o tomar un taxi, o un «colectivo») Espero no confundir más todavía, pero así es como se dice…
Alvaro Piña
Hola Nani!
Seguimos atentamente vuestro viaje por Argrntina! Estamos ansiosos por ver cómo os va por los Caminos del Vino en Mendoza. Tomaremos nota!
Un abrazo.
el viajero impresionista
Si al final viajais, es tiempo ganado. Lo peor es esperar y que cancelen el vuelo. Saludos y pensad en la copa de buen vino que os espera.
Gus
Mendoza. Eso si que suena a vino. Algunos ya se encuentran en España donde el vino argentino no ha cuajado mucho.