Arco de santa Maria Burgos
Burgos,  Castilla León

Burgos: donde se cruzan el Camino del Cid y el Camino Francés

Burgos es una ciudad estratégicamente situada en un cruce de caminos. Por sus calles pasó el Cid Campeador. Y desde esta capital castellana inició su épico destierro. También cientos de miles de peregrinos llegados desde todos los rincones de Europa en dirección a Santiago de Compostela. La parada en Burgos era obligada para quienes hacían el ya milenario Camino Francés. Siglos después, estas dos rutas siguen atrayendo a gente. Burgos, urbe hospitalaria, es una perfecta anfitriona que recibe a todos los que llegan con los brazos abiertos.

¡Bienvenido a Burgos! Fue durante muchos siglos una de las ciudades más importantes de España. Para entender su presente es clave hacer un viaje al pasado, rumbo a la Edad Media, cuando empieza a escribirse parte de su ilustre historia.

El Cid Campeador, un héroe desterrado

Hay que volar hasta el siglo XI para buscar los orígenes de uno de sus más grandes hijos: el Cid Campeador (1048 a 1099). Héroe cuyas hazañas han traspasado fronteras, nacido en la aldea de Vivar, a unos 10 kilómetros al norte de Burgos.

Seguimos sus huellas por el llamado “Camino del Cid“. Itinerario cultural inspirado en las andanzas que se narran en el Cantar del Mío Cid. Obra cumbre de la literatura española. Poema épico que narra el “destierro” del Campeador. El viaje que hizo este héroe medieval en 1081 tras ser expulsado de su tierra por orden del rey Alfonso VI “El Bravo” de Castilla y de León.

Cuentan las crónicas de la época que el monarca se ofendió pues Don Rodrigo obligó a Alfonso VI a jurar ante Díos, en la iglesia de Santa Gadea de Burgos, que no había participado en la muerte de su hermano, el rey Sancho. Debemos tener en cuenta que un noble no tenía poder alguno sobre un rey por lo que ese juramento era una provocación impensable en la Edad Media.

Este osado y legendario desafío provoca el castigo del destierro. El Cantar de mio Cid se inicia cuando el Cid y sus hombres se preparan para salir apresuradamente de Castilla, pues se acerca el final del plazo impuesto por el rey Alfonso. Aquí empieza la trama al igual que la mencionada ruta cultural que enlaza los lugares que se reseñan en el catar de gesta pero adaptada a los caminos y carreteras actuales. 

¡Ojo!. Antes de continuar es importante aclarar que Cantar del Mio Cid es un relato literario, no biográfico. Es decir, muchas de las hazañas que se cuentan no se corresponden con la vida real de este caballero burgalés. Se publicó el poema en 1207, aproximadamente un siglo después de su fallecimiento. El “Camino del Cid” se basa en el texto del cantar y no en la vida del Campeador, alrededor de la cual aún existen muchas incógnitas.

EL CAMINO DEL CID, UNA RUTA POR OCHO PROVINCIAS

El Camino del Cid es un itinerario turístico que atraviesa ocho provincias: Burgos. Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. Y cuatro Comunidades Autónomas.

Debido a su longitud (aproximadamente 1.400 kilómetros de senderos y unos 2.000 kilómetros de carreteras), el camino se divide en rutas tematizadas de entre 50 y 300 kilómetros aproximadamente. Unidas entre sí y que pueden recorrerse andando, en bicicleta BTT – MTB, en bicicleta de cicloturismo clásico por carreteras secundarias o en vehículos a motor.

El Camino del Cid también dispone de un track para bicis gravel que alterna la ruta BTT con la ruta cicloturista de carretera.  

Mapa de la ruta del camino del Cid en Burgos

El Camino del Cid en Burgos y alrededores

Nos centramos en la ruta cidiana en la ciudad de Burgos y alrededores. Para empezar nos desplazamos a Vivar del Cid, punto de partida del Camino del Cid. Un sencillo hito escultórico con la leyenda “Legua Cero”, frente a un antiguo molino, marca simbólicamente el inicio de la ruta. Ya en la plaza de la localidad, encontramos una estatua del Cid que da la bienvenida al viajero. Esta será una de las muchas representaciones del Campeador que nos encontraremos a lo largo del itinerario. 

Al salir de Vivar ya se puede coger la N-623 que nos lleva a Burgos pasando por pueblos como Quintanilla de Vivar o Villatoro. La siguiente parada ya es en Burgos capital, donde encontramos muchos reclamos relacionados con la historia de este mítico personaje.

Entramos a la ciudad por el arco de San Martín, construcción original de estilo mudéjar del siglo XIV y paso destacado en la vieja ciudad amurallada con acceso directo a la judería. Por donde antaño sólo podían entrar reyes, nobles y caballeros ilustres. Eso sí, cabe aclarar que no fue este el acceso que utilizó el Cid. Según el cantar el Campeador entró por el paso de San Esteban, que forma parte de lo que queda de la muralla.

Tras pasar por el arco de San Martín merece la pena hacer una parada en el llamado “solar del Cid”. Lugar donde supuestamente se ubicaba la señorial morada de Don Rodrigo en la ciudad. Un sencillo monumento nos recuerda ahora ese histórico detalle.

La tumba del Cid en la Catedral de Burgos

Una vez intramuros, la primera visita debe ser a la tumba. El Campeador y su esposa Doña Jimena descansan para siempre en bajo una lápida situada en el altar Mayor de la Catedral.

Destacar que cuando el Cid vivió la Catedral aún no existía. En su lugar había una sencilla capilla románica que fue la base de la actual seo. La primera piedra de la catedral de Burgos se colocó en el año 1221, y justo este año se celebra el octavo centenario de aquel momento.

LOS “VIAJES” DE LOS RESTOS DEL CID

Los restos del Cid sufrieron muchos cambios. Antes de la catedral estuvieron en el monasterio de San Pedro de Cardeña, donde fue enterrado tras su muerte en 1099.

Los soldados de Napoleón profanaron la tumba en 1808. Se cuenta que repartieron los restos del Campeador entre las tropas francesas. Se enterró lo poco que quedaba en un mausoleo provisional en el paseo del Espolón. Años más tarde se recuperaron parte de los restos y pasaron a custodiarse en el Ayuntamiento de Burgos. Hasta su traslado definitivo a la catedral en el año 1921, con motivo del séptimo centenario del templo.

Cofre del Cid en la catedral de Burgos

También en la seo, en la capilla del Corpus Christi, se conserva el arca o cofre con el que según el cantar, el Cid engañó a los judíos de la ciudad, Raquel y Vildas. A quienes entregó arena cambio de dinero con el que sufragar los gastos de su destierro. Una de las sorpresas de esta ruta es sin duda descubrir el matiz también pícaro y mercenario del Campeador, necesario para sobrevivir en aquellos convulsos años.  

Tras rendir honores en la catedral propongo una visita a la iglesia de San Esteban (actual museo del Retablo). Otra parada clave en la ruta es en la iglesia de Santa Águeda, antes llamada Santa Gadea. Fue allí donde, al parecer, el Campeador obligó al rey a jurar su inocencia ante la muerte de su hermano. Hecho que derivó en el castigo del destierro. Pero que según los historiadores nunca ocurrió en la realidad.

DOÑA JIMEMA, UNA ASTURIANA MISTERIOSA

La esposa del Cid es un personaje clave en la vida del Campeador alrededor del cual hay aún muchas incógnitas. Nacida en Oviedo, según algunos historiadores, era hija de un noble asturiano y sobrina del rey Alfonso VI. Es este quien decide su matrimonio con el vasallo Rodrigo Díaz con el fin de crear una alianza entre los castellanos y leoneses. La boda se celebra un 19 de julio el año 1074.

Los historiadores hablan de doña Jimena como una mujer fuerte y valerosa, imagen diferente a la de dama sumisa que nos muestra el cantar. Su boda con el Cid se celebró en la iglesia de san Miguel, en Palencia.

Arco de santa Maria Burgos
El arco de Santa María es foto obligada en Burgos

El arco de Santa María y las esculturas del Cid

Seguimos el Camino del Cid por Burgos atravesando el imponente arco de Santa María, declarado Bien de Interés Cultural y uno de los iconos de Burgos. Es un antiguo acceso medieval del siglo XIV completamente restaurado donde se ven las esculturas de los personajes más emblemáticos de la historia de la ciudad, destacando el Cid. Y presidido por el rey y emperador Carlos I de España y V de Alemania, quien pasó por Burgos en unos de sus viajes desde Flandes. Se supone que por esta puerta el Cid abandonó Burgos para comenzar su peregrinar.

El campeador es también el gran protagonista de la plaza del Cid, donde encontramos un gran estatua ecuestre en su memoria: el Campeador a lomos del también famoso caballo Babieca. Fiel compañero del héroe durante los diez años que duró el destierro, junto a una comitiva de aproximadamente 300 caballeros que le acompañaron durante toda su gesta.

De esta plaza parte el puente de San Pablo sobre el río Arlanzón que atraviesa Burgos. Flanqueado por ocho esculturas de personajes relacionados con el Cid y situadas como si fuesen un cortejo que despide al desterrado. Destacamos dos: doña Jimena es la primera escultura si entramos por la plaza. Y al otro lado, vemos a Diego Rodríguez, el único hijo varón de Don Rodrigo.

LOS HIJOS DEL CID

El cid tuvo tres hijos. Dos mujeres, María y Cristina (llamadas doña Elvira y doña Sol en el cantar, apelativos que no se corresponden con los reales). Y un varón, Diego, que falleció siendo adolescente en la batalla de Consuegra (Toledo) en 1097, antes que el propio Campeador.

Cuenta la historia que el campeador sufrió tanto por la muerte de su hijo que fue la causa de su fallecimiento dos años después. Sus cuerpos estuvieron enterrados juntos varios años en el monasterio de San Pedro de Cardeña,

Dos paradas más. Una ante el monolito bautizado como “la Glera del Arlanzón“. Monumento que recuerda la primera noche del destierro que pasó el Cid justo en este punto pues a los expulsados del reino no se les permitía cruzar la muralla.

En esta orilla del río el Cid pasó la primera noche de su destierro a la intemperie

Tizona, la espada del Cid

Antes de dejar la ciudad otra visita de interés para los amantes del Cid. Nos dirigimos al museo de Burgos donde se conserva la espada del Cid, la famosa Tizona. Arma que el guerrero empuñaba junto a otra de nombre Colada.

La duda que surge es su la Tizona que se contempla en el museo perteneció de verdad al Cid. Los estudios científicos confirman que la espada se sitúa históricamente a los años en los que vivió el de Vivar. Aunque no hay certeza de que el Campeador empuñase el ejemplar expuesto, sí se puede afirmar que la verdadera Tizona sería muy similar a esta. Yo prefiero dejarme guiar por el romanticismo y pensar que es la auténtica.

La espada Tizona se exhibe en el museo de Burgos

San Pedro de Cardeña, morada de Doña Jimena

Dejamos Burgos ciudad para hacer una última visita clave en la ruta Cidiana: nos vamos a San Pedro de Cardeña. Un monasterio donde, según el cantar, el Cid dejó a su esposa y a sus hijas doña Elvira y doña Sol mientras el cumplía con su castigo.

Puntos claves en la ruta cidiana cerca de Burgos

Este monasterio era antaño un lugar de retiro regentado por monjes cistercienses fundado en el año 899. Fue también el lugar donde encontraron reposo inicialmente los restos del Cid tras su muerte. Y los de su esposa años después.

En 1272, el rey Alfonso X el sabio incluso ordenó la construcción de un gran sepulcro com las esculturas del campeador y doña Jimena, las cuales aún se conservan en la llamada capilla de San Sisebuto del Monasterio. Allí permanecieron hasta que en 1808, las tropas francesas de Napoleón profanaron la tumbas y se llevaron los huesos a París.

Fachada del monasterio de San Pedro de Cardeña

LOS RESTOS DE BABIECA

Según la tradición, Babieca, el mítico caballo del Cid Campeador, que sobrevivió dos años a su amo, fue enterrado a las puertas del monasterio de San Pedro de Cardeña bajo dos grandes olmos. Actualmente, un monolito señala el lugar, aunque no deja de ser una leyenda. En el año 1949 el duque de Alba realizó allí una excavación arqueológica, sin resultado. 

Actualmente el monasterio conserva su esencia románica, aunque parte del edificio se restauró en el siglo XV. Tiene una hospedería con 24 habitaciones y a disposición de todos los hombres y mujeres que, según explican los monjes, busquen soledad, silencio. Tengan “hambre en el espíritu” y quieran escapar, temporalmente de la vida ordinaria. Y acoge también un museo de arte religioso.

En frente hay también un pequeño mesón llamado El Cántaro donde se puede tomar un café, un vino. O comer algunas de las delicias locales.

La ruta cidiana por la provincia de Burgos sigue. Si quieres seguir los pasos del Cid por la provincia puedes visitar también Covarrubias, Santo Domingo de Silos, Huerta de rey, Clunia, San esteban de Gormaz, Langa de Dueto, Castillejo de Robledo, El Burgo de Osma, y Atienza.

El camino Francés en Burgos

El Camino del Cid coincide en algunos tramos en Burgos con el camino Francés, la ruta de peregrinaje jacobea que cruza la ciudad con dirección a Santiago de Compostela. Fin del tramo que arranca en San Juan de Ortega (a 29 kilómetros) etapa que pasa muy cerca de los yacimientos de Atapuerca. Y punto de partida de la que sigue hasta Hontanas (también a unos 29 km).

Burgos debe gran parte de su importancia y de su opulencia a este paso de peregrinos. Muchos comerciantes y mercaderes se asentaron en la ciudad en la Edad Media atraídos por la riqueza que dejaban los caminantes. También se instalaron hospitales y alojamientos para dar servicio a estos habitantes temporales.

Ese es también el origen de la gran Catedral, visita obligada para todo el que pisa la ciudad de Burgos y un reclamo en sí mismo.

Es justo detrás de la catedral donde se ubica el nuevo albergue municipal de peregrinos, situado en un lugar privilegiado con la gran seo como referencia.

Las etapas en la provincia de Burgos son un  cambio para el peregrino que deja atrás las cumbres y el verde de las etapas anteriores por tierras navarras y riojanas para adentrarse en una Castilla recta llana, lineal y austera. Un cambio de ritmo que para algunos es un desahogo y para otros un reto que requiere una mayor concentración.

El caso es que Burgos deja huella. Es una ciudad que recibe con los brazos abiertos al peregrino, al curioso que busca el origen de uno de los capítulos de nuestra historia. Y al viajero con ganas de disfrutar con un destino lleno de reclamos y curiosidades.

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