Cuando viajo, me encanta visitar cementerios. Se dice que no se conoce bien un país si no se han visitado sus camposantos. Los hay de muchos tipos. Aquí una lista con algunos de mis lugares favoritos para ese descanso eterno.
Ver una aurora boreal es una experiencia única, indescriptible, que hay que vivir al menos una vez «antes de morir». Este juego de luces bailarinas es un fenómeno que se da en pocos lugares del mundo. El norte de Noruega es uno de esos destinos óptimos para la contemplación de las también llamadas «luces del norte» y septiembre y marzo son meses idóneos por la limpieza de los cielos y las horas de oscuridad. Durante mi paso por estas zonas cercanas al círculo polar tuve la suerte de contemplar dos auroras boreales. Comparto con todos vosotros una de los momentos más mágicos en mi curriculum viajero.
En los llamados países nórdicos, en estas fechas se viven las noches blancas. Esto significa que los días se hacen casi eternos con más de veinte horas de luz, que se convierten en 24 horas de sol en el Círculo Polar. Yo he tenido la suerte de vivir esa experiencia en Noruega, Finlandia y Rusia. ¿Me acompañas?
El 17 de mayo, en Noruega celebran su Fiesta Nacional. La gente sale a la calle vestida con los trajes típicos de cada región y con banderas para celebrar la firma de la Constitución, que se adoptó un día como este, allá por 1814. Hace unos años tuve la suerte de vivir en Oslo este día y es toda una experiencia. La fiesta coincide con la llegada de las Noches Blancas, los días de luz eterna.
Surf, paddle surf, vuelo de cometas, navegar en velero, pesca, remo… y más actividades para solitarios que quieran disfrutar del mar sin aglomeraciones. Ideas para respirar tras el confinamiento garantizando la distancia social necesaria.
La costa noruega es una de las más impactantes del mundo. La culpa de esa soberbia belleza la tienen los fiordos, estrechos dedos de mar que serpentean tierra adentro creando a su paso a grandes acantilados, islas e islotes, tierras recortadas y bañadas por mar tranquilo donde se crían salmones. Si a este fenómeno terrestre sumamos la posibilidad de ver una aurora boreal en el cielo, la mezcla resulta imbatible. La mejor forma de disfrutar de todas estas maravillas es a bordo de un barco que navegue de fiordo en fiordo.
Blog de viajes de @NaniArenas, periodista especializada en turismo y comunicación