
Ruta por pueblos y castillos del Alentejo, Portugal
El interior del Alentejo, en Portugal, es una zona fantástica para una escapada de fin de semana o aprovechando algún puente. Por varias razones. Esta región fronteriza, que corre paralela a “la raya” está repleta de castillos y fortalezas originarias de la Edad Media que salen al paso. Y advierten al viajero de que se encuentra en una zona estratégica, ¡rica!, privilegiada, un tesoro que había que proteger a toda costa. Pero lo mejor es que hoy día, muchos de estos castillos están restaurados y ubicados en el medio de pueblos cuyas callejuelas empedradas esconden rincones que enamoran. A mi al menos me han dejado huella. A continuación una ruta por los mejores rincones del Alentejo.

El interior del Alentejo portugués está lleno de pueblos encantadores y ricos en historia y patrimonio. Entre las visitas habituales dos que destacan por encima de todas: Elvas y Évora, ambas protegidas por la Unesco y visitas imprescindibles en un viaje por esta zona. Pero en este post prefiero centrarme en otras localidades más pequeñas, desconocida pero maravillosas. Sorpresas que salen al paso en una ruta por esta región fronteriza desconocida y maravillosa.

Castelo de Vide: preciosista
Si tengo que hacer mi lista de pueblos imprescindibles que visitar en un viaje por el interior del Alentejo en Portugal, quizá sea Castelo de Vide el que más me ha gustado. Probablemente porque es uno de los mejor conservados. También porque llegué allí sin grandes expectativas. Su simple visión en lo alto de una colina ya advierte de que este es un lugar muy especial . Esa sorpresa me encantó.
Una vez en el pueblo, llaman la atención sus casas impolutas, con el blanco y amarillo como colores protagonistas. Esas calles sinuosas. Tranquilas. Un lugar preciosista en todos los aspectos, eso sin duda.

El paseo hasta el castillo es de lo más agradable. Al subir, sale al paso el barrio judío donde se conserva una de las pocas sinagogas de la zona. Al parecer, me cuentan durante los años duros de la inquisición, muchos judíos españoles (sefarditas) huyeron de Castilla y se refugiaron tras estas murallas. Así fue como creció Castelo de Vide. Es interesante comprobar como esa huella se ha conservado hasta nuestros días.

Otro detalle que me ha gustado son las tiendecitas… Especialmente los anticuarios. Me encanta curiosear entre los objetos que se ocultan siempre en las tiendas de viejo portuguesas donde siempre encuentro tesoros. Las de Castelo de Vide son fantásticas y harán las delicias de los “buscadores de tesoros”

Marvao, el pueblo vigía
Muy cerca de Castelo encontramos otra joya que no puede pasar desapercibida al viajero amigo de exprimir el Alentejo portugués. Marvão.
Otro pueblo vigía, totalmente fortificado, así llamado en recuerdo de Ibn Marwan al-Yil’liqui, un caudillo musulmán apodado “el gallego” que creó un reino independiente con capital en Badajoz. Y que una vez derrotado, se refugió del mundo aquí, en Marvão. En su memoria se celebran todavía hoy en día fiestas con un toque islámico como la Al- Mossassa, un festival clásico en el mes de octubre en el que Marvão se llena de color.
Reina esta localidad altiva en su trono de roca de cuarzo situado a más de 800 metros de altura, en una de las cimas más elevadas de la zona. La verdad, agota sólo el pensar la obra faraónica que los creadores de este enclave tuvieron que afrontar en su momento para levantar esta fortaleza, allá por el siglo XIII.

Han pasado los años y la sólida e inexpugnable muralla elevada sobre el granito sigue impecable. Casi podríamos decir que reluce tras las últimas obras de recuperación acometidas que han dejado Marvao impoluto.

La ruta es clara. Se deja el coche fuera. Cruzamos la puerta de la muralla y… ¡sorpresa! ¡Bienvenidos a la Edad Media!

El paseo nos lleva por callejuelas empinadas y empedradas que discurren entre encaladas casitas blancas (consejo: ¡prohibido llevar tacones!) rumbo al castillo, o mejor dicho, “castelo” como se llama en portugués.
Un valioso mirador desde cuya torre de Homenaje, los portugueses tenían siempre vigilada la cercana frontera: toda la región del Alto Alentejo y el parque Natural de la Sierra de San Mamede a nuestros píes. Y España allí, al frente. ¡Todo controlado!

Hoy en día, son los aficionados a la fotografía los que más disfrutan sacándole jugo a todos los encantos y recovecos de esta fortaleza. No te olvides el palo selfie y guarda recarga para las baterías.

Pero ojo, Marvao no es una postal. Aquí vive gente. Además de hotelitos y restaurantes hay casas particulares, supermercados y hasta ¡un mercado semanal, cada ocho días! al que aún acuden muchos españoles en busca de productos portugueses de calidad. No olvidemos que el Alentejo en general es una zona famosa por su gastronomía y por sus vinos. Hasta el punto que ha sido catalogada como una de las mejores regiones vitivinicólas del mundo.
El menhir más alto de la península
Y no sólo hay castillos en esta zona. Al recorrer estas carreteras, asoman restos de un pasado aún más remoto. En el Alentejo se conservan también dólmenes y antiquísimos monumentos funerarios fechados en el cuarto y tercer milenio antes de Cristo que demuestran que esta recóndita región de Portugal no sólo nos conquista a nosotros. ¿La prueba? El menhir de Meada, el más alto de la península ibérica y situado aquí, al lado de Castelo de Vide. No es ninguna exageración afirmar que el Alentejo fue un lugar atractivo y codiciado por pobladores de todas las épocas.

La bella Brotas, el tesoro oculto del Alentejo
Ponemos ahora rumbo a Lisboa mientras seguimos buscando pueblecitos encantadores del Alentejo. Y pronto encontraos otra maravilla: Brotas.

El paseo por Brotas se reduce a tres calles pero todas ellas ¡maravillosas!. Si tienes suerte y te cruzas con algún lugareño, no dejes de entablar conversación.
Te contarán historias curiosas como la de esta señora que me cuenta que nació en la casa en cuya puerta se apoya mientras charlamos. Creció aquí. Se casó aquí. Sus hijos nacieron aquí. Y aquí sigue viendo pasar el tiempo en este rincón perdido del Alentenjo en donde casi nunca ocurre nada especial.
Visita a Alter do Chao, Villa Viçosa y Estremoz
También os recomiendo una parada en Alter do Chao, otra de esas localidades anónimas donde encontramos ¡otro fantástico y bien conservado castillo!

También es muy recomendable hacer también una parada en la ruta para subir a ver las vistas de toda la región del Alentejo desde Estremoz.

Dónde dormir en el Alentejo
Otra parada obligada, y con la que cierro esta ruta, es la bella Vila Viçosa, donde además recomiendo pacer parada para dormir. Una localidad famosa por sus canteras de donde se extrae un mármol de gran calidad. Por eso todo en este pueblo giran en torno a esta refinada piedra. Palacio del mármol, museo del mármol y hasta un lujoso y muy exclusivo hotel de mármol.

Este es sólo un pequeño recorriodo, una ruta ideal para una escapada corta en coche. Pero no olvides que la zona da para mucho y seguro que me estoy perdiendo cosas. El interior del Alentejo rebosa rincones y sorpresas y descubrirlos es una de las motivaciones del viaje.
¿Me estoy perdiendo algo? ¿Algún consejo? ¿Algo más que deba tener en cuenta en este viaje? ¡No olvides que tus consejos pueden ser de gran utilidad para otros viajeros! Gracias por ayudarnos a enriquecernos y a compartir.


One Comment
Hambre de Viaje
¡Qué gran post y preciosas fotos! Nosotros también viajamos a Marvão y Castelo de Vide y quedamos encantados por sus increíbles castillos (a pesar de la densa niebla que nos cubría). Aquí os dejamos nuestra experiencia, un saludo! http://hambredeviaje.blogspot.com.es/2016/03/castelo-de-vide-pueblo-alentejano-rico.html