
Dónde dormir en Adeje, Tenerife: hotel Suite Villa María
¿Sabéis que los europeos reservan sus viajes con meses ¡y hasta años! de antelación? Hay destinos donde es obligatorio ser previsor para conseguir plaza en ciertas temporadas. Es también el mejor momento para visitar lugares cercanos donde el sol este garantizado y con buena oferta de ocio complementaria. Tenerife es uno de esos destinos que recomiendo tener en la agenda. Me encanta disfrutar de la oferta de hoteles tranquilos y familiares como el Suite Villa María, donde hago parada y fonda para explorar toda la isla. El problema es que se llenan muy pronto. Recuerda: cuanto antes planifiques el viaje, más barato. Aunque suene lejano, es el momento perfecto para reservar las vacaciones no solo de verano, también es el momento de pensar en el otoño y en las escapadas de otoño, en los los meses de septiembre, octubre y noviembre.
Planificar ayuda a ahorrar. Y si eres previsor, es más fácil encontrar plaza en destinos que se llenan en temporada baja. Al fin y al cabo, los lugares cercanos donde disfrutar del sol en otoño y en invierno no son tantos. Y las Islas Canarias son siempre un recurso cómodo, a mano, con el sol, la buena gastronomía y una excelente oferta turística complementaria garantizada.

Eso es lo que busco en otoño y en invierno. Y tengo a mano un hotel al que soy fiel donde tengo todo lo que busco garantizado. El Suite Villa María en Costa Adeje, en Tenerife Sur. Establecimiento familiar, tranquilo, situado en uno de los enclaves más hermosos de la isla.

Me gusta levantarme sin prisas en una villa, en cualquiera de las 78 que tiene este hotel. Son todas casitas con vistas al mar y equipadas con todas las comodidades, jardín, terraza, cocina, piscina o jacuzzi, vistas al mar y al paisaje volcánico…

Me encanta desayunar en la terraza del restaurante y tomarme un café con fruta y lo mejor, beberme uno, o dos de esos zumos naturales frescos que ayudan a empezar el día con energía.

Tras un opíparo desayuno, me gusta tomar el sol en la piscina mientras mis hijas juegan, corren, saltan, nadan o disfrutan de alguna de las actividades programadas para los clientes, por ejemplo el aqua-gym.

Un paseo por La Caleta
A última hora de la mañana, suelo salir a dar un paseo. Rumbo a La Caleta y El Puertito, donde todavía se respira ese aire pesquero y tradicional. Me gusta sentarme en alguna terraza a tomar una caña, picar algo mientras contemplo unas vistas maravillosas. Después de comer, seguir caminando por el sendero que bordea la costa mientras me tomo un helado y luego tumbarme en alguna de las playas de la zona que son muchas.

Algunas pequeñas y solitarias calas de piedra o arena negra. No olvides que estás en Tenerife, tierra volcánica por naturaleza. Otras son más grandes y tienen más ambiente, como la playa del Duque. Es lo bueno de esta zona, que hay opciones para todos los gustos.

En los alrededores de la Playa del Duque hay tiendas, un centro comercial y suele haber mercadillos. Por si te entra la vena consumista para rematar una jornada de sol y playa.

Al finalizar la tarde me gusta volver al tranquilo Villa María, dejar atrás del bullicio de la costa para contemplar el atardecer con un vino canario desde la zona del solárium. Ver como el sol se esconde con la isla de La Gomera en frente es un espectáculo.

Cielos rojos de las “mareas del pino”
Esos cielos rojos y violetas tan habituales en septiembre cuando tienen lugar las llamadas “mareas bajas” o “mareas del Pino“. Con razón dicen los canarios que septiembre es su mes favorito. El mes de los vientos alisios suaves, de los días cálidos, pero no tan calurosos, cuando la temperatura media oscila entre 22º y los 27ºC.

Como hace calor, hay tiempo para la última cerveza en el bar de la piscina, o para el último baño. Después, de vuelta a la villa por las callejuelas sinuosas y preciosistas del hotel. Llama la atención descubrir que todas las casas son diferentes, cada una representa alguna construcción canaria tradicional, con plantas autóctonas…

Arquitectura de las medianías canarias
Es que esta es una de las muchas curiosidades de este establecimiento, concebido como un pueblo de las medianías de cualquier isla del archipiélago canario, donde todo gira en torno a una plaza con un gran campanario. Y las casas se organizan en niveles, adaptándose a la peculiar orografía isleña llena de desniveles y barrancos.

Antonio Del Pozo, el arquitecto, supo capturar los detalles más característicos de pueblos tradicionales y plasmarlos en un proyecto que recorre la historia de la arquitectura tradicional canaria.
La vila Lanzarote, inspirada en la obra de Cesar Manrique; la villa colonial, de influencia británica; la villa rural con sus balcones de madera igual a las que puedes encontrar aún hoy en día en pueblos como Arico, Güímar, San Mateo, Firgas o incluso la remota aldea de Masca….

Recetas tradicionales canarias
Toca prepararse para cenar. Es otra de las razones por las que elijo este hotel. Su cocina, dirigida por el afamado chef David Moraga. Y la oferta del restaurante La Torre dista mucho de las clásicas cartas de hoteles. Nada de buffet. Todos son platos elaborados, con una calidad exquisita, con muchas recetas tradicionales canarias fusionadas con las últimas tendencias culinarias.

Desde las clásicas papas negras con mojo o el queso palmero a la plancha que tanto me gusta, el almogrote (queso de untar muy picante originario de La Gomera)… Hasta otras más desconocidas como el cherne o la albacora (pescados de la zona) o el bubango (verdura de la familia del calabacín) rellena de pescado.

Si prefieres carnes, muy recomendable la chuleta de cochino negro canario, variedad de cerdo que no tiene nada que envidiar al ibérico, co piel muy fina, carne magra y con denominación de origen.

O el conejo en salmorejo con papas negras, que ¡ojo! no tiene nada que ver con el salmorejo andaluz. En Tenerife el salmorejo es un adobo a base de pimentón, comino, tomillo, laurel, vino y sal. Eso me explicaron al ver mi cara de sorpresa ante el plato.

Excursión al Teide
Así cada día, pero reservando siempre una excursión al Teide, bien para subir a la cima más alta de España o para hacer alguna ruta de senderismo por alguna de las sendas señalizadas, caminando entre mares de nubes y pistas de ceniza.

Siempre dejo un día dedicado al golf. Sí, es otra de las cosas buenas de este hotel.

Tiene anexo un campo de golf de nueve hoyos y muy cerca otro de dieciocho, el Golf Costa Adeje, donde puedes jugar mientras contemplas el mar a un lado y protegido por la silueta del Teide.
Esta es la historia de uno de mis hoteles favoritos, uno de esos lugares donde me siento cómoda y a donde volvería mil veces.

Si te animas, no olvides que cuanto antes reserves en el hotel Suite Villa María (que por cierto, detalle muy importante, es también uno de los hoteles mejor valorados en booking en Tenerife), mejores precios.
¿Algún otro hotel en algún lugar del mundo que nos quieras recomendar?

