
Los retos del sector turismo en el 2016: paz y seguridad
Estaba escribiendo mi primer post del 2016, el cual estaba dedicado a los retos de la industria turística para el año que acabamos de empezar cuando me ha sorprendido la noticia de nuevos atentados, alguno contra viajeros, esta vez por partida triple: en El Cairo (Egipto), frente al hotel de la cadena española Barceló; en Libia. Y también un ataque en París.
Desconozco aún las consecuencias de este nuevo y terrible ataque que se produce justo un año después de la matanza en la revista parisina Charlie Hebdo. Pero a la espera de saber qué ha ocurrido con más detalle, lo que si tengo claro es que los retos del 2016 en el sector turístico (y en todos los demás), deberían ser la paz. Y la garantía de la seguridad. Y ojalá en el nuevo año recién estrenado nunca más tuviéramos que leer noticias como esta ni lamentar hechos terribles en ningún lugar en el mundo.
Sí, son deseos simplistas, utópicos, infantiles, más dignos de un niño que pide por la paz en sus oraciones escolares que de un adulto que sabe que los Reyes Magos no existen más que el mundo de los sueños. Pero es que realmente pienso que es a lo que todos debemos aspirar. Es una plegaria, un deseo desesperado, una necesidad, una aspiración, un reto, un objetivo al que creo debemos dirigirnos, una petición, un llanto desgarrador, un grito , un ¡por favor!…
La solución, la ignoro. No se que es lo que hay que hacer para frenar esta oleada de terror que nos ha invadido y que nos ha dejado impresa esa sensación de miedo en las entrañas. No se cómo se garantiza la seguridad. No tengo ni idea cuál es la solución política, ni se cual es la estrategia correcta a seguir en una situación tan compleja y enrevesada que me confieso incapaz de entender ni de analizar.
Dios me libre de sugerir soluciones u opinar como hacen otros compañeros. No es mi tarea aportar estrategias ni dar consejos. Confieso que no entiendo nada sobre estos temas de matiz internacional e insisto, e ignoro cómo se debe actuar.
Lo que si que tengo muy claro es quiero, deseo, necesito, pido que esto se acabe ya. Por mi bien, por el de mis hijos y las generaciones que vienen para los cuales espero un futuro mejor. Por el bien de una sociedad que lleva años, mejor dicho, ¡siglos! luchando por crear un mundo más habitable. Se que la perfección no existe y que hay tantas realidades como miradas. Pero el miedo es el peor enemigo del ser humano y ese sentimiento involuntario y difícil de dominar ha causado muchas de las tragedias que hemos vivido a lo largo de la historia.
Me apena empezar el año con un post triste pero a la vez quiero darle un matiz esperanzador. Ojalá no tenga que volver a escribir nunca más sobre atentados en ningún lugar del mundo, ni yo ni nadie. Ojalá podamos volver a vivir sin miedo, a organizar viajes sin dudar a la hora de emitir los billetes de avión y no temer en ningún lugar por nuestra seguridad, estemos donde estemos.
Ojalá el terror que ahora nos asola desaparezca de nuestras vidas. Ojalá los sueños se hagan realidad.
Por favor. Esto no tiene ningún sentido.


One Comment
Natalia
Sin palabras, todo lo que está pasando me deja siempre sin palabras, incapaz de entenderlo y como tú dices, ni idea de cómo se debe actuar.
Como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde, y esperemos que los sueños se cumplan, y podamos vivir/viajar en paz en/a lugares más seguros.
Un abrazo viajera,
Nat.