A Coruña,  Galicia,  Santiago de Compostela

Homenaje a esas mujeres trabajadoras no viajeras y no tecnológicas

Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que se celebra hoy, 8 de marzo, siempre me acuerdo de aquellas mujeres olvidadas en las estadísticas. Esas mujeres que nunca se han subido a un avión, que no viven enganchadas a un smartphone ni piden la clave del wifi nada más entrar a un restaurante y que no saben ni pronunciar Facebook. Su vida transcurre a otra velocidad aunque trabajan tanto o más que otras muchas que conozco. Mi querida Dorinda es una de ellas y recurro a ella como ejemplo. ¿Sabéis que murió sin haber visto el mar?. Hay muchas más. Seguro que conoces a alguna. ¿Nos cuentas su historia?

Os presento a Dorinda. Fue una mujer trabajadora, una más… su cara y sus manos me decían que cuando murió debía tener más cien años aunque más bien tendría 70, 80, o 90. Dorinda se fue sin haber subido nunca a un avión. Dorinda se calentó siempre su comida al calor de una lareira de las de antes (cocina típica de las aldeas gallegas, una especie de chimenea grande donde se hace el fuego con él que se cocina y con el que se calienta la casa). No sabía para qué valía un microondas, ni una vitrocerámica y guardaba los quesos en la ventana (fresquera) a pesar de que tenía nevera… pero nunca la utilizó. Tampoco sabía qué es un ordenador… nunca vio uno, de eso estoy segura. Pero lo mejor es que nunca lo necesitó.

Lo más curioso es que Dorinda nunca metió un dedo en el mar, y vive a menos ¡30 kilómetros de la costa!. Podrían contarse con los dedos la veces que Dorinda bajó a Betanzos, la “gran ciudad” más cercana a su casa. Y no se si habrá pisado alguna vez A Coruña o Santiago de Compostela.

Dorinda falleció hace un par de años

Dorinda no sabía si este año se llevan los pantalones de cintura alta o si son tendencia los colores pastel.  Fue durante años la encargada de la limpieza de la pequeña iglesia que tiene frente a su casa. Pasaba horas y horas allí sola, en pleno invierno, ¡con un frío que pela! dando brillo a las lápidas del cementerio que rodean el templo y donde su cuerpo ya descansa hace unos meses.

Por supuesto, no le preocupaba que en su aldea hubiese wifi o cobertura 4G. No tuvo nunca miedo a nada. Ni a la oscuridad, ni a lo sobrenatural, ni a las meigas (que aseguraba existen), ni a la Santa Compaña (procesión fúnebre que recorre los campos enGalicia), ni a esos ruidos extraños que se sienten a veces en el campo a media noche. No gritaba como una loca si veía un ratón. Ni una culebra. Esas tonterías no le asustaban. Les daba con la escoba y listo.

¿De qué se habla en este post?

Ni Ikea y Zara, ni Rajoy y Pablo Iglesias

Dorinda no sabía dónde estaba París, ni Londres. Ni sabía nada sobre Donald Trump . No se si votó alguna vez, creo que no. Dudo que conozca a Pedro Sánchez, a Rajoy o a Pablo Iglesias. La verdad es que no se si tenía televisión, yo al menos nunca se la vi. Ni radio. Nunca se puso unos tacones, ni ha sufrido depilándose con cera. En su guardarropa no hubo nunca ni una sola prenda de Zara, y ¡seguro seguro! en su casa no verás ¡ni un solo mueble de Ikea!.

Pero no creo que Dorinda haya sido una excepción. Creo que el planeta está lleno de mujeres como ella, mujeres como Dorinda que viven en un mundo completamente distinto al nuestro. Que no están tan lejos como pensamos. Hay muchas mujeres como ella que viven muy muy cerca. Para ellas, para estas mujeres, los bichos raros somos nosotras que lloramos porque nos ha salido un grano, o nos deprimimos pues no tenemos NADA que ponernos para la cena de esta noche, porque el móvil se nos ha quedado sin batería, porque el whatsapp se ha caído,  porque el coche no arranca o porque nuestro vuelo sale con tres horas de retraso. 

Hoy yo quiero dedicarle este post a todas las Dorindas del mundo que no saben qué demonios es Twitter, que no comparten las fotos de sus vacaciones en Facebook y que nunca en su vida ni se harán un selfie para compartirlo en Instagram. Que nunca se han subido a un avión  y que nos miran como “bichos raros” a los que pasamos a su lado mirando obsesivamente una pantalla diminuta  pero nunca miramos el paisaje que nos rodea, a cuya contemplación ella dedicó tantas horas.

Seguro que conoces a alguna  mujer como Dorinda. ¿Nos cuentas su historia? A todas esas mujeres No Viajeras y No tecnológicas que hay en el mundo. Feliz día.

14 Comments

  • Marta Santamarina Linera

    me encanta! lo he compartido en redes porque es la realidad, conozco a muchas “Dorindas” en distintos puntos de España, trabajadoras de la mañana a la noche sin que su profesión haya sido nunca reconocida. Enhorabuena por la entrada Nani

  • Isla Mujeres travel

    Me gusto mucho su post, en el Estado de Quintana Roo hemos
    visto muchas comunidades Mayas de gente muy humilde
    que no cuentan con los servicios basicos, como son la elec
    tricidad, mucho menos a una computadora o telefono.

  • CalleRural

    Muy buen post, por todas esas mujeres que viven con una sencillez exquisita.

  • Hoteles con encanto

    me ha encantado el post, enhorabuena. esas mujeres ya no existen casi, estan hechas de otro material. maravillosas y extraordinarias

  • Susana

    …nunca lo sabremos Carol, pero desde luego creo que nos ha tocado vivir en una sociedad complicada tanto para la mujer como para el hombre.
    Espero que nuestros hijos puedan disfrutar mas de la vida y que no tengan que luchar tanto para conseguir algo tan abstracto como la igualdad?

  • nenomadaleno

    Y el Ministerio de Igualdad, ¿realmente la promueve?. O la obliga, originando una inversión de predominios.
    Estoy de acuerdo en que mujeres y hombres cobren lo mismo a igualdad de puesto de trabajo. Y que las oportunidades se den a aptitudes, independientemente del género que sean.
    Pero no imponer cantidad a calidad, que a lo único que conduce es a artificiales igualdades.

  • Carol

    Si muchas mujeres no hubiesen luchado estos años a lo mejor tu ahora serias como Dorida. La dda es ¿serías mas feliz?

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