
Encuentro inesperado en Birmania: casualidades viajeras
Justo por estas fechas, hace ya unos años, me ocurrió una anécdota curiosa en Birmania (hoy llamada Myanmar).
Antes de empezar una pregunta: ¿quién no se ha largado a la otra punta del planeta con la intención de no ver a nadie conocido durante una buena temporada y se ha encontrado, de repente, con su vecino, sí, justo con ese al que más deseaba perder de vista?
Por ahí van los tiros. No os relajéis. Aún en el fin del mundo, ¡mejor andarse con ojo!.

Os cuento. Llevábamos dos días en Myamnar y mi acompañante y yo, en un intento de mimetizarnos con el ambiente, decidimos ponernos unos longhis, esa especie de falda con la que se visten los birmanos. Recuerdo que volábamos casi solos en un avión pequeño, de los de hélice, de Yangoon, la capital, a Mandalay.

El avión, de repente aterrizó en un aeropuerto pequeño, en un pueblo perdido, para coger a unos pasajeros que estaban allí de escala. ¡Cual fue nuestra sorpresa al ver como empiezan a subir por la escalerilla un grupo de personas de las cuales, la mitad llevaban la camiseta del Barça! Sí, era un grupo de más de 30 catalanes, hablando y riendo a todo volumen y, os lo juro, al sentarse en el avión empezaron a cantar el himno de su equipo de fútbol. Por lo que pude entender, acababa de ganar un partido y había que celebrarlo. Suena surrealista, pero prometo que fue cierto.
Al salir del avión, mientras esperábamos las maletas, uno del grupo de catalanes nos miró a mi y a mi compañero y le dijo a gritos su colega: “mira que están ridículos estos birmanos con esas falditas…”. El tipo en cuestión ignoraba por completo que esos “ridículos” a los que se refería en realidad eran “paisanos” suyos… Nosotros no abrimos la boca, para que nos identificaran como españolitos aunque si el tipo hubiese sido un poco observador creo nuestro físico nos delataba, sobre todo el mío… Mi duda era saber quién estaba más “ridículo” de los dos: nosotros con nuestros longuis, que vale, no dejaban de ser un “disfraz”, o ellos con sus camisetas del Barça en un país tan alejado del Camp Nou.
Al final saco una conclusión. Hay dos tipos de viajeros. Los que llevan en su maleta su vida y su origen y viajen a donde viajen son incapaces de desconectar de su mundo. Y otros, entre los que me incluyo, capaces de olvidarse de su origen nada más subirse a un avión.

Pasaron los días y confieso que volvimos a ponernos un longui en otros momentos del viaje. Pero ya no volvimos a coincidir con más españoles durante las casi tres semanas que pasamos en Birmania. ¿Es la ley de Murphy, no?
¿Y tú, en dónde has coincidido con tu vecino del segundo por sin esperarlo?


6 Comments
distritopachanga
Hola Victoria,
felicidades por el blog, muy interesante y fresco!
andamos entrando en Burma, y google y PacoNadal nos han llevado a vos…
sevillaofficialtours
Bueno, el año pasado en Pekín, vimos un chino con la camiseta del Betis! No nos lo podíamos creer, hasta nos hicimos una foto con él. Puedo entender que veamos del real madrid o del barca pero del Betis? pues así fue, aunque como no podíamos entendernos con él, nunca supimos cómo llegó a sus manos!
Hoteles con encanto
si es que ya lo dice el refran, “el mundo es un pañuelo”… me siento identificada con este articulo
muchas gracias por el post
El viaje comienza ahora
Las casualidades de la vida, increíble!… Que recuerdos me trae este post
NenaPunk
wua!! me gusto, definitivamente me ha pasado… Nani una preguntita como experta de viajes que eres y para incluirte como referencia en http://www.eluniversal.com.mx Danos un consenjo básico además del respeto y caerse bien, para elegir a un compalñero de viaje. Gracias!!! jess desde Méx.
cristina
Que razón tienes, yo también tengo alguna anécdota de esas, como por ejemplo, “estar en la playa de Denia consiguiendo que mis hijos me obedeciesen, cuando de repente oigo mi nombre repetidas veces, ¡Cristina, Cristina!, me doy la vuelta y no veo ninguna cara conocida, pero después de hablar con la persona que tan emocionaba estaba de verme, me dice que estudiamos juntos cuando yo vivía en Toledo (mi instancia en la ciudad fue tan sólo de 5 años), tenía yo entonces 12 años, mi pregunta es como me pudo reconocer en bañador, con unos kilitos de más, gorro y gafas de sol. ¿Increíble no?, pues como para pasar desapercibidos…., mejor no intentarlo.