
Relato viajero: espíritus de vacaciones pasadas, presentes y futuras
¿Qué tal el día? ¿Mucho trabajo aburrido? ¿Hace frío? ¿Ves aún muy lejos el final del túnel? ¿Estás preocupado, deprimido?? Tranquilo, se lo que te pasa. No puedes más, la situación que estamos viviendo te supera. La culpa la tiene el coronavirus, los ya largos meses de inmovilidad. No aguantas más y sueñas con volver a viajar. He aquí un relato viajero basado en esos sentimientos que a todos nos afloran en estos días y donde sugiero ideas para combatir el día a día. Una adaptación libre del clásico cuento navideño de “Dickens” el relato perfecto para estas fechas. ¿Me ayudas a convocar a los espíritus viajeros y a soñar un poco?

“Ya”, estás pensando ahora mismo. “Que lista la Viajera Empedernida esta, ¡acaba de descubrir América!”. Tienes razón. Diagnosticar un “aburrimiento” y “agotamiento” a estas alturas de la pandemia no es ninguna proeza. Y es verdad, reconozco que no sé muy bien cuál es la mejor receta posible para curar esta depresión generalizada que por supuesto también me afecta. Pero voy a contaros qué hago para superarlo. (Perdón querido Charles Dickens por esta libre adaptación de tu cuento navideño, pero es que son las fechas propicias y la historia me ha surgido sola)
Empezamos. Primero cierro los ojos…. Venga, hazlo tu (ciérralos, ciérralos). Diez segundos. Y luego sigue leyendo. ¿Ya?

Luego, al contrario de lo que hacía el malvado Ebenezer Scrooge (el protagonista de la novela de Dickens) soy yo misma la que invoco a los fantasmas. Les llamo concentrandome y dejando volar mi imaginación… y pronto se aparece el primero, el “Espíritu de las Vacaciones Pasadas”…
El espíritu de las vacaciones pasadas
…noto su llegada pues de pronto empiezo a recordar lo bien que lo pasé aquel verano maravilloso que estuve en la playa con mis padres cuando era niña. Cuando mi único deseo era hacer castillos de arena gigantes y bañarme en el mar… O lo a gusto que estuve en aquel hotelito rural perdido donde pasé un fin de semana romántico en muy muy buena compañía... O lo divertida que fue aquella escapada tan “loca” (no me pidáis detalles) con mis amigas. ¡Cuánto nos reímos cuando una de nosotras se confundió de habitación en el hotel y casi se mete “en la cama” con un señor muy serio y muy muy muy feo… (esto no es un sueño, fue real).

De repente me veo abriendo la carpeta de fotos del ordenador. O recurro a las imágenes de mi cuenta de Instagram donde tengo almacenados muchos momentos felices.
¿Qué tal? ¿Lo has hecho tu? ¿Funciona? ¿Has dejado que el “Espíritu de las Vacaciones Pasadas“ haga sus hechizos? ¿Qué gusto verdad?
Luego siempre me ocurre lo mismo. Cuando estoy en el mejor momento SIEMPRE de repente SUENA el teléfono. O escucho eel pitudo de un whatsapp… (si puedes poner el móvil en “modo avión” mejor). Y el “Espíritu de las Vacaciones Pasadas” SE ESFUMA de repente.
Entonces vuelvo a la realidad. Vuelvo a mis tareas. Apuro para solucionar los marrones de turno, envío los correos pendientes. Hago un par de llamadas. Cuando logro terminar las tareas urgentes cierro los ojos de nuevo. Vuelvo a concentrarme…
Venga, venga, vosotros también. Cerrad los ojos otra vez, vamos a llamar al conmigo al siguiente fantasma: esta vez le toca el turno al “Espíritu de las Vacaciones Presentes”. Eh, ya está aquí. ¿Lo notan?
El espíritu de las vacaciones presentes
Se que ha atendido a mis plegarias pues, de repente, por arte de magia, mi despacho se empapa con el olor del bronceador. A sardinas asadas. Ehhh, Y se siente la brisa del mar. ¿La notan?

De pronto escucho perfectamente como el viento mueve una palmera. Y los gritos de unos niños jugando en la playa. Siento el agradable sopor del sol… Veo a un señor que camina por la orilla del mar y grita algo en un idioma que no comprendo muy bien… ¡ah!, es un chico que vende collares hechos con semillas y pareos. Le llamo, quiero comprarme uno.
De repente me entra una sed inmensa y alguien pone en mi mano una copa gigante de piña colada natural, fresquita ¡recién hecha! ¡También hay un chico que vende cocos fresquitos. Dios mío, si pudieseis ver ahora mismo la cara de placer que se me ha quedado tras dar el primer sorbo… Mmmmmmm ¡Estoy en la gloria!

Entonces ocurre de nuevo. ¡¡¡OTRA VEZ !!! El ruidito del TELÉFONO!!! Noooo, esta vez es mi jefe preguntándome por qué NO CONTESTO a los correos desde hace media hora. Y me convoca a una reunión urgente en sus despacho, así que me ongo la mascarilla y me voy volando con el pelo aún lleno de arena y salitre tras mi baño en el mar. En fin… Y mi querido “Espíritu de las Vacaciones Presentes” se evapora de nuevo. ¡Aguafiestas!
Mientras camino tomo la decisión. Voy a aprovechar la visita al despacho de mi jefe para decirle que no aguanto más. Que necesito un respiro y que en cuanto abran los cierres perimetrales me cojo unas vacaciones sin dudarlo.

El espíritu de las vacaciones futuras
Ya de regreso en mi mesa y tras cantarle las cuarenta a mi jefe (hoy me he levantado decidida a todo) decido convocar al tercer visitante de la jornada: invoco al “Espíritu de las Vacaciones Futuras”. Pero esta vez no quiero sueños. Ya le he dicho a mi jefe que me voy de vacaciones y es el momento de poner manos a la obra para materializar esa deseada y necesaria escapada.
Así que me pongo a buscar rincones donde desconectar con mi familia aunque sólo sea unos días rodeados de naturaleza y aire puro. Empiezo buscando información sobre destinos y hoteles cercanos a donde podamos viajar en cuanto abran las restricciones y donde tengamos garantizada la distancia de seguridad y el contacto con la naturaleza que tanta falta nos hace.
Y ya puestos, reservo también los del verano, cuando yo creo que ya podremos viajar un poco más lejos. Aprovechando las buenas ofertas que hay (es el mejor momento para hacer reservas) y sabiendo que casi todas las aerolíneas y hoteles garantizan los cambios y cancelaciones sin penalizaciones, me lanzo y reservo también los vuelos para una escapada por Europa. Aunque también me vale una a Islas Canarias o a las Baleares, así que me pongo a buscar opciones. Ah, por cierto, el Fantasma de las Vacaciones Futuras me ha convencido de que en agosto ya estaremos todos vacunados.

Ya ya puestos, aprovecho los buenos precios y contrato también las excursiones, las visitas a monumentos, los espectáculos y todo todo todo. No dejo que se me escape ningún detalle. Y si tengo que cancelarlo todo no pasa nada, este momento de felicidad y de ilusión ya no me lo quita nadie.
¿Cómo, que tu también lo has hecho? ¿Has aprovechado las ofertas y la influencia del espíritu para darte un chapuzón de optimismo? ¡No me extraña! El fantasma de las vacaciones futuras es el más ejecutivo de todos. Nos invita a dejar de soñar y a ser realistas. Que con los sueños no nos ponemos morenos.
¿Qué destino te han inspirado los fantasmas viajeros?
Ah, por cierto, ese este tercer espíritu de las Vacaciones Futuras creo que se llama Internet y se apellida de primero Google. E imaginación de segundo. ¿Lo conocen? Cuántas vacaciones hemos organizado gracias a su magia. Deseo, tecnología y valor: son los virus que nos inoculan los fantasmas de los viajes de Dickens.
Ahora que ya tengo todo reservado, billetes emitidos y todo cerrado no me queda más que darle las gracias al espíritu de las Vacaciones Futuras. Y empezar a rezar para que la vacuna sea una realidad muy pronto y consiga hacer realidad todos mis sueños viajeros. Creo una cuenta atrás en mi calendario para saber los días que me faltan para marcharme muy muy lejos.
Y ahora que tu también has recibido la visita de los fantasmas viajeros ¡cuéntame! A dónde vas a escaparte en cuanto puedas? ¿A dónde te han llevado esta vez tus sueños viajeros?


8 Comments
Muriel
Felicidades por esa capacidad para crear relatos viajeros. Me ha encantado esta historia.
We are Roamers
Google lo sabe todo! y que bien nos vendrían a todos unas vacaciones ahora mismo en la playa con mojito bien fresquito y bronceandonos…. se nota que somos mediterráneos!! jajaja
blog.weareroamers.com
el viajero impresionista
“A Holidays Carol”. Mejor hacer caso a los espíritus y segurlos, no sea que nos condenen a nunca más viajar…Saludos
virvir
Genial. Voy a inbocar a esos espiritus ahora mismo.
M.C.
Muy bueno el post!!! Yo a menudo evoco a todos esos espíritus para poder sobrellevar mejor el día a día en el curro, jejejeje Es una estupenda vía de escape!!
Un saludo
Susana
Tienes razón Nani, que facil es soñar … y que barato! no se por qué no lo hacemos mas amenudo, a veces no sabemos aprovechar esos pequeños placeres de la vida que tenemos al alcance de la mano; siempre soñamos con aquellos que son difíciles de conseguir…
es la condicion humana, somos un poco masoquistas!!!
en fin, voy a cerrar un rato los ojos para recostarme en una comoda tumbona de teca de la piscina del maravilloso hotel en el que estuve en Bali hace unos años… por cierto, un paraiso, se lo recomiendo a todo el que quiera desconectar y disfrutar de los verdaderos placeres de la cultura asiatica!
el viajero impresionista
Encantado con tu versión the “A Christmas Carol”. El espíritu de las vacaciones futuras siempre llega con buenas noticias. Saludos