
Excusas: la vida de una madre viajera, sus problemas (y ventajas)
Sí, lo sé, hay semanas que desconecto del blog, pero es que las viajeras empedernidas también tenemos otra vida paralela a la viajera. No todo es aventura como parece. Aparte de ser madre de familia numerosa (eso ya lo he contado varias veces) también tengo madre, cuñad@s, suegr@s, prim@s, tía@s, sobrinas (todas mujeres) y por tanto MUCHAS obligaciones y compromisos. Como hoy es el “día de la madre”, comparto un relato con mi experiencia como mujer y madre viajera.

He de reconocer que con la excusa de los viajes me libro de muchos marrones. Por ejemplo. Llama mi suegra y pregunta: ¿Venís este domingo a comer a casa?. Y yo respondo “¡Me encantaría pero el domingo que viene me toca comer en Hong Kong!”. O llama mi cuñada y me dice: “¿Puedes quedarte el martes por la tarde con las niñas?: Y yo con tristeza contesto: “¡Cómo lo siento, el martes justo me marcho a Noruega, qué pena!”. En fin, en estos casos los viajes por trabajo son la excusa perfecta para el escaqueo justificado.
El problema es que estos mismos viajes, a veces, me obligan a pedir mil favores. Por ejemplo, cuando una niña se pone enferma. Suele ocurrir. Estoy esperando a que se oculte el sol tras una nube pasajera para hacer una foto en Manhattan y de repente suena el móvil. “Llamada entrante: colegio”. Entonces mi corazón empieza a latir con fuerza mientras contesto:
– “¿Si?”.
– Hola. ¿Eres Nani verdad?. Mira, te llamo del colegio. Tu hija pequeña tiene fiebre, la segunda se ha caído y se ha torcido un tobillo y la mayor se queja de que le duele mucho la cabeza. ¿Puedes venir a buscarlas cuanto antes, por favor?
-Arggg. No puedo ¡Si estoy en Nueva York!
– Ahhh, que suerte. Muy bonita la Quinta Avenida, sí, pero ¿QUÉ HAGO CON LAS NIÑAS?

Es entonces cuando empiezan mis llamadas a la familia o amigos rogando AYUDA. Como estoy tan lejos, no les queda más remedio que apiadarse de mi y correr, raudos, al colegio. Y comerse con patatas a mis tres enfermitas. No falla. Cuando estoy de viaje siempre alguna se pone malita. O hay algún cumpleaños ineludible. O un trabajo del colegio que necesita ayuda urgente, O una representación del grupo de Ballet, o la final de baloncesto… Es eso de la ley de Murphy famosa. En mi persona se cumple siempre.
El caso es que en cuando tengo semanas de descanso viajero me toca tocado cumplir con los compromisos familiares. Y ejerzo a la perfección de chófer de tres niñas, de madre anfitriona que celebra los mejores cumpleaños, de amiga que acoge feliz a quien se presente en casa. Hay temporadas en las que no tengo excusas para decir “no” pues no tengo viajes en la retaguardia.
Pero justo ahora estoy en la temporada alta viajera. O sea, las excusas para “huir” llegan de nuevo en mi ayuda. Por eso, cuando mi madre me ha llamado para decirme si voy a verla este fin de semana, y a pasar el día de la madre con ella, yo con una estudiada cara de pena he respondido. “¡Cuánto lo siento mamá, mañana me voy de viaje a Canarias y no regreso hasta el sábado!.
En el fondo reconozco que me ha dado pena no estar ese día con ella, pero las “excusas” a veces nos obligan a perder buenos momentos con familia, amigos. Y por viajar me he perdido muchos momentos muy buenos con mis hijas. En fin, es tan complicado la gestión del trabajo, las obligaciones y los sentimientos…
Así que aviso para quien pueda estar interesado. No puedo ir a cenar con nadie el viernes, ni a comer a casa de nadie el sábado. No puedo hacer de canguro para nadie, en toda la semana. Ni llevar a las niñas a ningún cumpleaños. Ni a reuniones de la Comunidad de Vecinos. Empieza una temporada viajera alta, y las excusas son válidas de nuevo. Y la ayuda, bien recibida. ¿Me entiendes verdad?


6 Comments
Paco Nadal
La verdad: tenéis mucho mérito. Reconozco que si ya de por si es difícil llevar una vida normal con este trabajo, encima con las niñas se hace todo más complicado. Por mucho que haya evolucionado esta sociedad, al final ser madre y profesional de lo que sea es una doble carga que no suele tener el hombre (por desgracia). Así que, aunque ya lo sabes, vaya otra vez mi reconocimiento a tu labor. ¡¡Y que las niñas no se pongan malas antes del sábado!!!! Besos
Cristina
Ay Nani, suerte la tuya!! Las hay que no podemos poner excusas porque lejos de viajar nos hemos hecho nómadas. Pero bueno, es el papel que me ha tocado. Así que si esta semana, en ese recóndito lugar, en tan apetecible circunstancia te suena el teléfono y te encomiendan la tediosa labor de “colocar” a tus peques puedes contar conmigo, yo no tengo excusas, de aquí no me muevo, y además lo haré de mil amores. Buen viaje de nuevo!
Marcos
Ansioso estoy ya de sumar nuevas rutas a las ya descritas anteriormente. Y ya que la próxima se trata de una misteriosa ruta cercana y muy apetecible, espero que sea un tratado muy minucioso de la excursiô en cuestión para poder rebatir en un futuro próximo alguna de las opiniones y sensaciones de nuestra viajera empedernida!!! Cuando llegues llama!
Isabel
¡Podías decirnos cual es ese destino tan cercano y apetecible! ¡Con las ganas que tengo de hacer una escapada de fin de semana!
susana
Cuando no exixstian los moviles no teniamos tantos problemas porque nadie te localizaba!!Y lo digo yo que estoy ahora mismo desesperada porque la chica se ha puesto mala y la tengo que llevar a urgencias y no encuentro un solo “pariente” que se pueda acercar a mi casa a abrirle la puerta al señor que me trae la lavadora nueva.Que hago?? le hago yo misma los primeros auxilios a la chica mientras espero al de la lavadora o simplemente mañana mando a los niños al cole y al marido a trabajar en pijama?? Ayuda!!!!
IsabelCºrgO
pero qué morro tienes!!!! jajaja