
Beethoven en Viena: ruta por su vida en su 250ª aniversario
Viena. Imperial y monumental, en 2020 se viste de largo para celebrar dos efemérides muy musicales. Por un lado se conmemora el 250ª aniversario del nacimiento del gran Ludwig van Beethoven (1770 – 1827) y por otro el 150 cumpleaños del Musikverein. Dos excusas fantásticas para organizar una escapada a la capital de Austria, una de las ciudades más seductoras y elegantes de Europa. Destino único en cuyas calles podría escribirse la partitura de los últimos 300 años de la historia de la música clásica. ¿Qué tal si pones La Novena sinfonía de Beethoven de fondo para leer este post en homenaje al genio?
Todos los años, el día uno de enero hay una tradición. En muchos hogares (dicen que tiene más de 50 millones de audiencia) la gente se despierta con el sonido de fondo del concierto de Año nuevo que se celebra, desde 1939 en la Sala Dorada del Musikverein de Viena. Interpretado por la Orquesta Filarmónica de la ciudad, una de las mejores del mundo.
Una institución para los austriacos que además este año celebra el 150º aniversario de su inauguración. La Marcha Radetzky pone fin al concierto cada año.
Entradas para el concierto de Año Nuevo 🎼
Este es sólo un ejemplo que define la esencia de Viena, la capital mundial de la música. Una de esas ciudades donde las notas del pentagrama forman parte de la vida cotidiana.
Si quieres asistir a este gran concierto de Año nuevo, atento. Las entradas deben solicitarse del 1 al 29 de febrero en la web oficial del Musikverein y se asignan por sorteo entre los interesados, asi que toca estar atento.
Si no consigues tu ticket para el 1 de enero de 2021 no te preocupes. En la capital de Austria sobran oportunidades para disfrutar de la mejor tradición musical. Y más este año, 2020 en el que el que también se celebra el 250º aniversario del nacimiento de uno de los más grandes maestros de la historia: Ludwig van Beethoven.
Beethoven cumple 250 años 🎉
Los homenajes al compositor serán muchos y constantes tanto en Bonn (Alemania) donde nació un 16 de diciembre de 1770. Como en Viena, la ciudad donde se instaló a partir de los 22 años, donde puede decirse que se formalizó su leyenda.
Cuando Beethoven llegó a Viena en 1792 la ciudad ya era un referente musical de la época. El prodigio Mozart arrasaba entre la acaudalada y refinada aristocracia que vivía alrededor de la corte de los Austrias y valoraba la cultura y la buena música. Cuentan que cuando Mozart (14 años más joven que Beethoven) escuchó tocar al joven alemán por primera vez dijo: “El mundo hablará de este joven”.
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Viena es una ciudad con una oferta cultural que abruma. La mejor forma de afrontar la visita es con la Viena Pass. Una tarjeta que te permitirá moverte en transporte público, entrar a los museos y monumentos más importantes ¡SIN ESPERAR COLAS!. Y disfrutar sin arruinarte (Viena es una ciudad cara) de lo mejor de la capital austriaca. Más información en español y reservas con un click en este enlace.
Viena, donde estudian los mejores músicos 🎶
En aquellos años, los estudiantes de música se instalaban en Viena pues era el lugar ideal donde formarse. El ambiente era propicio para la creación y había muchas salas y palacios donde estrenar las composiciones.
Por las calles de Viena pasaron todos los grandes clásicos: Haydn, Mozart, Franz Schubert, Johannes Brahms, Bruckner, Mahler, Schönberg, Vivaldi, Richard Strauss… La lista es interminable. Por cierto, hay otro compositor vienés que este año está en la memoria: Josef Strauss, pues se celebra el 150º aniversario de su fallecimiento.
Por eso Beethoven decidió quedarse para siempre en la capital de Austria donde permaneció hasta el día de su muerte, acontecida un 16 de diciembre de 1827. Su cuerpo descansa en una tumba en el Cementerio Central de Viena. Visita obligada para los Beethoven maniacos.
Parte del encanto de Viena era su esencia imperial. Y su riqueza. Fue durante seis siglos la casa de la dinastía de los Habsburgo (los Austrias para los españoles). Meca del lujo, de la cultura, de la elegancia más ostentosa, de la belleza. Conserva hoy en día ese aura de solemnidad visible en sus múltiples palacios y monumentos, muchos de ellos originales de aquellos años de refinada opulencia. También ha llegado hasta nuestros días la herencia musical.
Al igual que antaño hizo Beethoven siguen llegando a Viena jóvenes estudiantes de música desde todos los rincones del mundo en busca de la mejor formación y para disfrutar de la mejor oferta de música clásica del mundo. Por ejemplo, la prestigiosa MDW (Universidad de Música y Arte Dramático de Viena) número uno en “performing arts” según el ranking de QS University y donde se forman más de 3000 estudiantes llegados de más de 70 países. Es habitual cruzarte por todas partes con jóvenes que transportan instrumentos, una de las señas de identidad de la ciudad.
Curiosidades de la Ópera Estatal de Viena 🎻
Pero Viena ha cambiado mucho. Si Beethoven resucitase no reconocería la Ringstrasse. Ese gran paseo con forma de anillo que rodea el casco histórico y que hoy es el eje del diseño urbanístico. Se construyó sobre los restos de la antigua muralla para ampliar la ciudad medieval en 1857, por deseo del emperador Francisco José
En el familiarmente llamado “Ring” por los locales encontramos algunos de los edificios más representativos de Viena. Por ejemplo la Ópera Estatal (Wiener Staatsoper). Eso sí, aviso, la actual no es original. La primera, construida en 1869, se destruyó en un bombardeo aliado al final de la II Guerra Mundial. Pero los vieneses no descansaron hasta verla totalmente reconstruida. Actualmente sigue siendo una referencia para amantes de la lírica de todo el mundo con más de 300 operas anuales representadas. Pero hay una fecha en la que la opera brilla por encima de todos: el día del baile anual, la gran cita de la “gente importante” de Viena.
Quizá no sea fácil para un visitante asistir al baile. Pero si es relativamente sencillo acudir a alguna ópera. Por lo pronto, avisar que la función cambia cada día. Puedes pasarte una semana entera en Viena ¡sin repetir representación!. También es importante advertir que es accesible y no todas las entradas son caras. Hay tickets a bajo precio con el fin de permitir que todo el mundo pueda disfrutar de esta belleza. 90 minutos antes de cada ópera se ponen a la venta entradas en la taquilla para ver el espectáculo de pie a precios muy accesibles, que oscilan entre los 18 y 25 euros.
Pero lo mejor es que en 2020 podrás asistir a funciones únicas dedicadas a Beethoven. Por ejemplo, hay varias sesiones de la Leonora (o Fidelio), la única ópera del alemán (frente a sus nueve sinfonías y sus 32 sonatas). Ya están a la venta las entradas para las funciones del 1 de febrero, 22, 25 y 28 de abril y 5 de mayo entre otras. Si te interesan te aconsejo ser previsor.
Este es sólo un ejemplo de una gran programación dedicada a la memoria del este gran icono. En este enlace más ideas sobre todo lo que puedes hacer en Viena durante el año Beethoven 2020.
VISITA GUIADA EN ESPAÑOL A LA ÓPERA DE VIENA
La Ópera Estatal de Viena es una de las visitas obligadas. su funcionamiento es tan interesante que merece la pena que te lo explique algún experto que te muestre también las entrañas de este gran espacio. Reserva en este enlace un tour especial en español para no perderte ninguno de sus secretos.
Museos y tesoros alrededor del “Ring” 🎨
Seguimos el paseo por el Ring donde encontramos también palacios actualmente reconvertidos en museos como por ejemplo el de Historia del Arte, (Kunsthistorisches Museum) que acoge una de las colecciones de arte más importante del mundo con valiosas muestras del arte flamenco: Bruegel El Viejo, Rubens, Renbrandt… No dejes de visitarlo .
Mi consejo es que te plantees la visita con calma pues si te gusta el arte hay mucho que ver. Si puedes, guarda algo de tiempo para tomar un café al menos en su maravilloso cafetería.
Justo en frente el museo de Historia Natural, otro ejemplo de edificio palaciego reconvertido en referencia cultural y donde hay archivados más de ¡veinte millones de seres vivos y objetos curiosos!, entre ellos ejemplares de seres que ya se han extinguido o que se encuentran en peligro de desaparecer, de ahí su incalculable valor. Como curiosidad, advertir que muchos de estos tesoros formaban parte de la colección privada de los Habsburgo.
Hofburg, palacio de inspiración española
Pero Beethoven si identificaría la obra más impactante del paseo desde el punto de vista arquitectónico a la vez que histórico. El palacio Imperial de Hofburg. Era esta la residencia de invierno de los Austrias (en verano se trasladaban al palacio de Schönbrunn). Sorprende saber que Hofburg está inspirado en el fastuoso ceremonial de la corte Española.
Se construyó sobre las bases de un viejo palacio del siglo XIII pero se reformó por completo en el siglo XVIII por deseo del archiduque Carlos VI (Carlos III de España). Educado en Madrid como candidato a la herencia de la corona española y su polémica sucesión al trono provocó la Guerra de Sucesión (1701 – 1713) que acabó con el reinado de los Austrias en España a favor de los Borbones. Sin duda, visitar Viena ayuda a entender también un poco mejor la convulsa historia de España. El conjunto sufrió nuevas ampliaciones en los siglos XIX y XX cuando se remató con su aspecto actual.
Hofburg es un pequeño universo lleno de simbolismos y de leyendas. Actualmente acoge no sólo los que fueron aposentos reales de muchos de los Austrias. También es sede de la Biblioteca Nacional (catalogada como una de las más bonita del mundo), de la Escuela Española de Equitación. En su capilla ensayan los famosos niños cantores de Viena. Desde su balcón, Adolf Hitler, austriaco de nacimiento (Linz 1889) anunció la anexión de Austria al Tercer Reich.
Durante la visita a los aposentos reales sale al paso otro personaje clave en la historia de Viena. La figura de una de las emperatrices legendarias: Sissi, la cual ha pasado a la historia como una dama cursi por culpa del cine.
Pero nada que ver. Nos cuenta nuestro guía que la verdadera Isabel de Baviera (1837 – 1898) nada tenía que ver con la “cursi” interpretada por Romy Schneider. Era Sissi en realidad una mujer rebelde y apasionada, extravagante e inaccesible. Según los historiadores luchó incansablemente por defender su libertad y librarse de las opresiones de una corte absorbente con normas asfixiantes para una fémina inquieta.
La calle Kohlmarkt, dulce y comercial 🍰
Salimos del palacio de Hofburg para introducirnos de lleno en la peatonal calle Kohlmarkt donde hay más de una parada obligada. La primera en la confitería Demel, la capilla Sixtina de los pasteles le dicen. Paraíso para golosos ya frecuentada en su día por la propia Sissi.
Seguimos el paseo entre tiendas de alta gama (prepara la tarjeta de crédito pues esta zona está llena de tentaciones) hasta alcanzar la Inner Stadt.
Toda esta zona es comercial, peatonal, preciosista y está siempre llena de gente y visitantes que disfrutan con todo lo que esconden estas calles por donde recomiendo deambular sin rumbo. Aquí se encuentra también la catedral de San Esteban con su gran aguja gótica y su techo con el escudo de los Habsburgo dibujado.
Beethoven , el “rey” de las mudanzas 🧳
La catedral de San Esteban es el templo más grande de los muchos que hay repartidos en los alrededores. Hay también palacios, cafés, viviendas de personajes ilustres que habitaron en esta parte de Viena. Entre ellas muchas en las que residió Beethoven. Volvemos así en busca de la huella del genio.
¿Sabías que el compositor cambio de casa en Viena ¡68 veces!? Cuentan que el músico era realidad un poco desastre como persona. Siempre tenía apuros económicos. Tenía padrinos que le dejaban casas para vivir con el fin de retenerle en la ciudad pero pronto causaba problemas por su complejo caracter y acababa teniendo que mudarse.
Algunas de sus viviendas estuvieron en el casco antiguo como por ejemplo la casa Casa Pasqualati, en la calle Mölker Bastei, donde se dice vivió ocho años y compuso parte de su opera “Fidelio” además de varias sinfonías. También aquí nació su famosa pieza para piano titulada “Para Elisa”, al parecer dedicada a uno de sus amores fallidos: Therese von Malfatti. Actualmente es un pequeño museo que puede visitarse. En esta misma zona se ubica también el apartamento donde murió, detrás de la iglesia de Votivkirche
Pero la casa museo más representativa del compositor en el distrito de Grinzing, a las afueras de Viena, en la calle Probusgasse 6. Allí compuso la Tercera Sinfonía, más conocida como “La Heroíca“. Y redactó su testamento.
Curiosidades en la casa de la Música 🎹
Pero si de verdad te gusta este mundo tan armónico y tienes curiosidad por saber más sobre este artista mi consejo es que vuelvas al centro para visitar la Casa de la Música. Un museo dedicado la historia del sonido donde no sólo puedes aprender curiosidades, jugar ¡y hasta tocar! las notas. Además se hace un repaso por la vida de los más grandes compositores con un papel destacado para Beethoven.
Una de las actividades más curiosas es precisamente la dedicada a la pérdida de oído del compositor quién empezó con problemas de sordera con sólo 28 años, al parecer como secuela de una meningitis. Cuentan que en este padecer, especialmente terrible para un músico, se escondía ese carácter rudo y tormentoso.
En el museo descubrimos también que no era Beethoven una persona aflable y delicada como su música. Más bien lo contrario, solitario y malhumorado. Siempre desaliñado y bastante irrespetuoso incluso con sus adinerados benefactores.
Pequeño de estatura y torpe de movimientos. Su físico no ayudaba. Cabeza grande, melena siempre alborotado, piel con marcas de viruela, nariz destacada y aguileña… Un rostro que casi todo el mundo conoce pues su peculiar retrato es uno de los más reproducidos de la historia. Son estas curiosidades sobre su persona que descubres en la casa de la Música. También sorprende averiguar que la crítica no fue siempre amable con el talento del genio.
Como prueba, en el museo se conserva también la página de un diario local donde se lee como un crítico musical califica de “poco satisfactorio” uno de sus conciertos. Anécdotas que salen al paso mientras paseas por Viena en un año en donde todo recuerda la vida del compositor.
¿Dónde comía y tomaba café Beethoven? ☕
Seguimos la pista de Beethoven y cómo es hora de tomar un café, bebida a la que dicen era adicto al café, ponemos rumbo al Frauenhuber (Himmelpfortgasse 6) La cafetería más antigua de Viena, establecimiento casi bicentenario donde dicen Beethoven tocaba de vez en cuando. Abrió en 1824, tres años antes de la muerte del compositor, pero sufrió una renovación casi integral en el 2000. No se si el músico lo reconocería si levantase la cabeza.
También se conserva el restaurante Griechenbeis, situado en el antiguo mercado de la carne (Fleischmarkt 11) que también presume por ser el veterano de Viena. A sus espaldas cinco siglos y clientes tan legendarios como Beethoven o Freud, ambos aficionados a los estofados de cordero que aún se sirven con una buena cerveza, como manda la tradición. Merece la pena ir por su simbolismo aunque ¡ojo! ahora está siempre lleno de turistas.
Cierro este viaje por la Viena de Beethoven con otro dato también reseñado en la casa de la Música donde se exhibe la página del diario que anunciaba la muerte de Beethoven.
Más de 30.000 personas acudieron a su entierro y los mejores músicos de la época interpretaron en su honor el requiem de Mozart en la iglesia de los Agustinos como despedida.
Cierro con una de sus muchas frases célebres: “Es hombre innoble el que no sabe morir. Yo le he sabido desde los quince años”. Gracias Beethoven por haber existido. Y gracias Viena por dedicarle este año a este gran genio que consiguió “hacer brotar sangre del corazón del hombre y lágrimas de los ojos de la mujer”.

Esta es una visión de Viena con Beethoven como protagonista. ¿Te gusta la música? ¿Te interesa la huella de este compositor en la capital austriaca? ¿Alguna experiencia que añadir? No olvides que tus vivencias pueden ser de utilidad para otros viajeros. Deseando conocer tus impresiones de Viena.

