Alcala de Henares Parador restaurante desayunos
Madrid

La cárcel de Alcalá de Henares, un parador de vanguardia

¿Os acordáis de El Lute? Seguro que muchos recordaréis la historia del que fue uno de los presos (y fugitivos) más famosos de España. Eleuterio Sánchez Rodríguez. Un héroe para unos, villano para otros. Un delincuente que se hizo popular no sólo por el atraco a una joyería (en el que murió un vigilante) sino también por sus míticas fugas. Y por su lucha por recuperar la libertad que, según las crónicas de la época, le habían arrebatado injustamente. ¿Quieres dormir en la cárcel donde estuvo cautivo? Pues puedes. Actualmente la vieja prisión se ha reconvertido en el mejor hotel donde dormir en Alcalá de Henares: el parador. 

Alcala de Henares Parador detalle lamparas comedor
Detalle de las lamparas del comedor del parador Alcala de Henares

Efectivamente, yo no quiero hablarles de El Lute sino de la cárcel donde estuvo preso parte de su vida: la vieja prisión de Alcalá de Henares.

Un peculiar edificio que nació allá por 1510 como el convento Dominico y colegio universitario Santo Tomás  de Aquino. Que en el siglo XIX se reconvirtió en penal por donde pasaron inquilinos como el mencionado Lute, (además de muchos presos políticos). Que estuvo en funcionamiento durante más de un siglo. Y que actualmente se ha reconvertido en un hotel de cinco estrellas, sin duda el emblema de la nueva imagen de paradores. El último inaugurado por la cadena y el primero de una nueva era de establecimientos de la red donde la arquitectura de vanguardia y el diseño conviven con la historia.

Pues sí. Donde antes había celdas ahora hay amplios salones donde desayunan y cenan los clientes de este modernísimo hotel que esconde tantas historias.

Alcala de Henares Parador restaurante desayunos
Salón de desayunos del Parador de Alcalá de Henares

Habitaciones de lujo en los viejos talleres

Donde antes estaban los talleres en los que los presos trabajaban ahora hay confortables habitaciones exquisitamente decoradas en tonos suaves, con predominio de blancos y grises.

Alcala de Henares Parador habitación
Habitación del parador del Alcalá de Henares

Donde antaño estaba la capilla hoy reina un spá delicioso al que no le falta ni un detalle.

Alcala de Henares Parador spa
Spá del parador de Alcalá de Henares

Un jardín de diseño

Donde antes estaba el huerto en el que los reclusos cultivaban ahora hay un edificio nuevo, el cual ha recibido ya múltiples premios distintos concursos de arquitectura:  es el llamado jardín tallado. Una genial solución creada por la pareja de arquitectos responsables del proyecto: María José Aranguren y José González Gallegos. Una especie de laberinto de hormigón y cristal excavado en la tierra y distribuido de manera que la luz del sol penetre a raudales por todos los rincones.

Jardin Tallado
Jardín Tallado

Un especie de tetris donde todo encaja perfectamente. Una forma hábil de solucionar dos retos: ganar espacio en una ciudad como Alcalá de Henares, protegida como Patrimonio de la Humanidad donde están prohibidas las alturas. A la vez dotar al establecimiento de una zona amplia para ubicar habitaciones cómodas en las que la luz y la intimidad estén garantizadas. Y de paso, crear una zona verde, un jardín, que ocupa toda la parte superior de este ala del parador donde uno puede sentarse a leer, a descansar y a disfrutar de la belleza. De verdad, mis sinceras felicitaciones a los creadores de este singular establecimiento.

Detalle pasillo parador de Alcala de Henares

Pero lo mejor es que todo este entramado de modernidad crece envuelto en armonía bajo la estructura de los viejos claustros, de las antiguas estancias centenarias llenas de historias. Dios mío. ¿qué diría El Lute si pasa un día de nuevo por aquí? Seguro no reconocería nada de su vieja morada. ¿O quizá si?

A lo mejor las renovadas paredes del Parador aún esconden algo de aquel pasado turbio y gris que sólo quienes hayan visto el edificio en su etapa anterior son capaces de percibir.

Claustro renovado del parador

¿Y tú,  has estado en este parador? ¿Qué te ha parecido? ¿Cuál es tu parador favorito?

4 Comments

  • Manuel Martínez

    Me fugue de esa prisión el dia 24 de septiembre de 1979 con otro compañero, gracias a la asamblea de COPEL y a la cogestion éramos los encargados del cine y ese día de la patrona la virgen de la Mercé hicimos doble sesión para que nos dejarán preparar los rollos de celuloide cuando el resto de presos estaban en la siesta, descendimos al taller de imprenta que estaba abandonado y dese alli serrando un barrote a medias porque eran muy gruesos el resto lo hicimos con una barra de acero de una maquina que desmontamos para hacer palanca, así conseguimos salir a la sección abierta y salir tranquilamente a la libertad ya que cómo era el día de la Mercé no había ningún carcelero controlando la puerta. Por ésta fuga cuando me volvieron a detener me condenaron a cuatro años dos meses y un día más de propina me aumentaron con diez y ocho meses mas la medida de peligrosidad que también estaba cumpliendo. Pasados muchos años cuando ya era parador me tomé una caña de cerveza en la terraza que antaño eran las celdas de castigo y curiosamente ahora está mucho más feo ese patio, al menos antes tenía árboles, aunque ahora felizmente nadie cumple castigos ni están esas celdas. Mejor que su reconversión hubiese sido su demolición, Salud y libertad

  • Stuart Christie

    Yo estaba ahi tambien – en una celda del antiguo claustro — en el ’67 (trasladada de Carabanchel después de que se descubrió un intento de fuga. Trabajé en el taller como una impresora.

  • Mari

    Angel,
    Te comprendo nunca mas, estoy a la busqueda de fotografias de la carcel en esos años (guerra y prosguerra) alguien me puede ayudar?
    Gracias

  • Angel

    Lo siento. Estuve alojado en ese Parador en tiempos de Franco, cuando era cárcel. Allí disfruté de la hospitalidad del Régimen durante año y medio, hasta que mi padre consiguió que me trasladaran a la prisión de Jaén, donde todos éramos presos políticos.

    Mi aposento estaba en el patio del antiguo claustro. Habían levantado muros entre los arcos y construído celdas, neveras en invierno y hornos en verano. Durante años me acompañaron en mis pesadillas los gritos de dolor de los presos que eran llevados a ese pabellón de celdas de castigo y que eran bárbaramente torturados por sus sádicos carceleros. Los golpes que les daban con sus porras y sus manos sonaban de forma siniestra en aquellas noches.

    ¡DICTADURA NUNCA MÁS!

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