
Qué ver en la nueva Lisboa, Campo de las Naciones y museos
Hay una Lisboa añeja. Pero la imagen de la capital de Portugal cambia si se pasea por la zona más moderna, en los alrededores del Campo das Naciones, donde se alojó la ya lejana Exposición Mundial celebrada en 1998. Aquí todo tiene tintes futuristas. La estación del tren de Oriente, obra de Santiago Calatrava, la torre Vasco de Gama, el puente del mismo nombre sobre el río Tajo, de 17 kilómetros de largo (más grande que su vecino puente 25 de abril),

¡Bienvenidos a la nueva Lisboa! Una zona que además de las posibilidades que ofrece, reina como ejemplo de cómo se puede transformar una parte degradada en una agradable zona turística y residencial. Y todo es Lisboa. No se puede entender bien esta ciudad sin visitar estas dos caras, pasear por Alfama y a la vez sentarse a comer en un restaurante moderno en el Campo das Naciones. Dos estampas y una misma urbe donde la vida, a veces, parece que discurre a dos velocidades.
¡LISBOA DE UN VISTAZO! Acabas de llegar a Lisboa y te apetece hacerte una idea de la ciudad? Lo mejor es que des una vuelta en el autobús turístico que recorre Lisboa y disfrutes con esa primera visión cómoda y tranquila de lo mejor de la ciudad. Otra opción muy divertida, especialmente si viajes con niños: ¡Un recorrido por Lisboa en un curioso tuk - tuk? No descartes la posibilidad de ver Lisboa a tu aire conduciendo un coche eléctrico.
El mejor acuario del mundo está en Lisboa
Y entre las visitas obligadas en esta zona de Lisboa, sin duda el Oceanario es una de ellas. Presume por ser el mejor acuario del mundo, según TripAdvisor, y el segundo más grande de Europa.
En su tanque central nadan tiburones, barracudas, rayas, manta, peces tropicales de mil colores, peces luna… una parte de los casi 25.000 peces que habitan en este museo vivo dedicado al mar y en el que conviven con pájaros y mamíferos. Todo repartido en dos pisos en los que se recrean diferentes ambientes: tropical, polar, mediterráneo… La visita puede durar dos o tres horas.

Del mar, al cielo. Muy recomendable es también subirse al teleférico que atraviesa el Parque de las Naciones de norte a sur. Y luego, como no, tomar algo en alguna terraza mientras los niños corren por el moderno parque y por supuesto, aprovechar comer en algún restaurante de la zona, rica por su oferta gastronómica.
Otra idea para disfrutar de la Lisboa menos conocida es dar un paseo a orillas del río Tajo por la Avenida Ribeira das Naus. Una ruta de 19 kilómetros que nace en el Terreiro do Paço y llega hasta el Cais do Sodré. Si no quieres caminar tanto, no pasa nada. Hay muchas zonas verdes donde descansar. Entre ellas, la gran escalinata descendente desde donde se contemplan hermosas vistas del famoso Puente 25 de Abril sobre el Tajo.
Museos de Lisboa
Si el Oceanario te ha gustado y quieres aprovechar tu estancia para ver más museos, no hay problema. Lisboa acoge alrededor de veinte museos. Y aunque la decisión final depende de los gustos del viajero, hay algunas visitas casi casi obligadas, como por ejemplo el Museo Calouste Gulbenkian, una colección privada donde se exhiben piezas de arte egipcio, oriental y europeo, joyas, pinturas… Y el Centro de Arte Moderno, propiedad de la Fundación Gulbenkian, con importantes obras de arte del siglo XX.

Interesante es también la Casa-Museu Medeiros e Almeida, seleccionado por The Guardian como uno de los diez mejores museos y más alternativos de Europa. Cuenta de dos espacios museológicos: la parte que fue habitada por el empresario fundador António de Medeiros e Almeida, que acoge su colección privada decorada con grandes lámparas, espejos con marcos de oro, sillas que parecen tronos…
Hay también colecciones europeas de pinturas, muebles, tapices, arte religioso, vidrio y joyería que datan del siglo XVII hasta hoy. Y como complemento, destacar la decoración de las 25 salas del museo, con fuentes de pared de bronce traídas del mismo Palacio de Versalles y una cubertería de plata que perteneció al mismísimo Napoleón Bonaparte.
Otro museo que gusta mucho es el Nacional de Carruajes. Y también típicos de Lisboa son el Museo del Azulejo, y el Museo del Fado. Si la ciudad te gusta tanto que quieres profundizar en su historia, no dejes de visitar el Lisboa Story Centre. Se encuentra en la Plaza del Comercio – también llamada Terreiro do Paço, y ofrece a los visitantes un viaje en el espacio y en el tiempo para descubrir los “Recuerdos de la Ciudad”, desde su fundación hasta nuestros días.
¡LA MEJOR IDEA! No te vayas de Lisboa sin dar un paseo en barco por el Tajo. Reserva aquí la opción que más te apetezca.

Si te animas a exprimir Lisboa a tope, te interesará saber que con la Lisboa Card, puedes hacer uso ilimitado del transporte público de la ciudad y acceder, gratis, a museos y varios puntos de interés. Sin duda, una herramienta muy útil para moverse de una punta a otra de la capital portuguesa.
¿Algún otro consejo sobre Lisboa que debamos tener en cuenta? Si nos lo cuentas, ayudarás a otros viajeros a disfrutar de esta bella ciudad ¡Gracias!


One Comment
Akalu
Muy interesante el artículo. He estado varias veces en Lisboa, pero siempre en la ciudad vieja, nunca he ido a esta zona 🙂