
Leyenda de amor en Gales: la tragedia de Rhys y Meinir
Lo mejor de algunos destinos son sus anécdotas locales. Historias que salen al paso y te ayudan a comprender mejor los lugares que visitas. Algunas son hermosas, otras trágicas… las hay basadas en hechos históricos, otras son relatos que vuelan y se transmiten de padres a hijos… La provincia de Gales, está llena de leyendas. Hace unos años durante un viaje por esta región situada al oeste del Reino Unido me contaron una muy romántica pero muy triste que me dejó huella. Aprovecho San Valentín para compartir esta bella y a la vez trágica historia de amor acontecida en un diminuto y recóndito pueblecito galés, por si te animas a recorrer esta misteriosa región.
Si os gustan las historias de amor y viajes esta os va a encantar. Ponemos rumbo a Gales, escenario de esta triste leyenda.
Cuentan que estos hechos tuvieron lugar en Nant Gwrtheyrn. Un pueblo pequeñito ahora abandonado que podéis ver en la foto de abajo. Pegado al mar. Es el lugar donde tuvo lugar la triste historia de Rhys y Meinir.

El roble del amor
Rhys y Meinir eran un niño y una niña que crecieron jugando juntos a la sombra de un gran roble que todavía existe en el lugar. Con el paso del tiempo, su amistad se transformó en un profundo amor. Y cuando Rhys pidió a Meinir que se casara con él, lo hizo ante un roble que había sido testigo de aquellos juegos infantiles.
Meinir, por supuesto, aceptó. Y rápidamente iniciaron los preparativos para la gran boda, la cual hacía ilusión a todo el pueblo y que iba a celebrar en la bella iglesia de Clynnog.
Por aquel entonces, había en Gales una curiosa y extraña tradición. Cuando llegaba el día de la boda, la novia debía esconderse en el bosque y los invitados tenían que encontrarla para llevarla al altar. Y eso hizo la enamorada Meinir. Pero la búsqueda fracasó. Por más que los lugareños recorrieron el bosque Meinir nunca apareció. No encontraron ni rastro de ella. Era rarísimo. Meinir se había evaporado. Por mucho que la buscaron, nadie logró encontrarla.

Ante la ausencia de su amada Rhys enloqueció. Y desde entonces, dedicó su vida entera a vagar por los montes cercanos al pueblo en busca del desaparecido amor de su vida . Se pasaba las noches solo, sentado bajo el roble donde jugaban, donde se declaró. Y donde todavía se veía grabado el corazón con sus nombres. Transcurrieron los años y nada. Ni rastro de Meinir. Pero Rhys nunca se dió por vencido.
Una fría noche de tormenta un gran rayo partió el roble en dos. Y ¡sorpresa! Cuentan que Rhys ¡murió en el acto! al ver que en el interior del árbol apareció el esqueleto de su querida Meinir ¡con su traje de novia puesto!

El lugar preferido para las bodas en Gales
Sus sobrecogidos vecinos abrumados ante los acontecimientos, no dudaron en enterrarlos juntos, en la misma tumba. Al final fue un funeral la ceremonia con la que se celebró la unión de Rhys y Meinir. Desde entonces yacen los dos bajo ese gran roble que les unió, pero que también les separó.
Esta escalofriante historia de amor, curiosamente, ha tenido el efecto contrario que cabría esperar. En vez de ser un lugar “maldito” para los enamorados, el pequeño pueblecito de Nant Gwrtheyrn se ha convertido en el lugar predilecto de los galeses norteños para celebrar sus bodas.

Centro de interpretación de la lengua galesa
La aldea de Nant ahora ya no existe. En su lugar actualmente se ha creado un centro de interpretación para la promoción y enseñanza de la lengua galesa. Si quieres localizarlo en un mapa debes buscar la ubicación “Nant Gwrtheyrn”. Si te escapas hasta allí sólo encontrarás el mencionado centro de interpretación, un hotel Bed and Breackfast, un restaurante. Y un complejo dedicado a tan hermoso paraje.
Al parecer este es un lugar muy visitado por parejas galesas y se cuentan por decenas las bodas y ceremonias que se celebran cada año en este apartado y salvaje paraje junto al mar. Darse el “sí quiero” frente al legendario roble de Rhys y Meinir es ya una romántica tradición en todo el país de Gales.

Desconozco si las fotos para al álbum nupcial se las hacen bajo el propio roble. O si eligen otros escenarios del fantástico entorno que discurre por las laderas más bajas de la montaña Yr Eifl, siempre con vistas al mar.
Fantasmas enamorados
Otra curiosidad es que al parecer, en alguna ocasión algunos visitantes han asegurado encontrarse con dos fantasmas que caminan agarrados de la mano por la playa. Los testigos cuentan que es un hombre con barba y cabello largo y una mujer con cuencas huecas en lugar de ojos.
También dice la leyenda que ningún pájaro se posa nunca en el árbol de la tragedi. Sólo los búhos y los cormoranes se atreven.

¿Qué te parece la historia? ¿Celebrarías tu boda en este legendario pueblecito de Gales? ¿Conoces más leyendas de amor que hayas descubierto en un viaje?


3 Comments
Mínia
Que historia tan MACABRA. No entiendo como nadie puede casarse en ese sitio. El mundo al revés.
Ignacio
A mi me parece de lo más morboso el sitio. A lo mejor los novios de GALES son muy listos y lo eligen con la esperanza de que la historia se repita y sus novias desaparezcan para siempre el día de la boda jajaja
Ana
La leyenda es preciosa. Pero yo ni loca me casaría ahí. No deben de ser nada supersticiosos esos galeses que eligen este sitio.