
Claves para elegir el mejor hotel donde dormir
Los viajeros pasamos muchas muchas horas en hoteles. Aveces son establecimientos fantásticos mejores que nuestra casa donde pasaríamos el resto de nuestra vida. Otras son hoteles de menor categoría, bien porque no podemos permitirnos pagar uno mejor, porque el hotel en cuestión es el más cercano al lugar que nos interesa, o el único con disponibilidad. Luego, hay alojamientos para todos los gustos. Los hay clásicos, de diseño (boutiques). Grandes, pequeños. Hay casas rurales o establecimientos ultramodernos para urbanitas. Hay establecimientos “sólo para adultos”, vacacionales, para familias. Nuevos, reformados o muy viejos con sabor a rancio. Eso sí, duerma donde duerma, hay detalles que siempre valoro a la hora de elegir un hotel. Aquí los requisitos que creo todo establecimiento turístico debe cumplir en el siglo XXI.

No me importa viajar en clase turista en los aviones (bueno, si me dan business en un vuelo intercontinental ¡bienvenida sea!); no me importa tener mil entrevistas concertadas en un viaje de trabajo. o ver trescientos museos… no me molesta caminar y caminar, lo que haga falta, con frío o calor. Soy una persona fácil y me adapto bastante bien a todo. Pero no soporto los hoteles cutres (lo cual no es sinónimo de baja categoría) lo siento, me deprimen.
En los últimos años me ha tocado dormir en muchos hoteles malos ¡malísimos!. Por suerte, también en otros tantos de lujo los cuales nunca hubiera podido pagarme con mi sueldo. Quizá por eso, ahora que ya voy mayor, odio tanto los malos hoteles. Con la edad me he vuelto un poco exigente a la hora de elegir dónde dormir. He aquí una lista con todos esos detalles claves para mi a la hora de decidirme por un hotel.
¡¡ LA MEJOR IDEA !! Reserva en esta web el hotel que mejor se adapte a tus necesidades en cualquier lugar del mundo. Si tienes dudas, no te preocupes, en casi todos los establecimientos permiten cancelar las reservas sin gastos. Sólo busca tu destino, elige fechas, número de personas y listo. Mejor prevenir para garantizar mejores tarifas y disponibilidad.
1. El wifi
Lo primero y no lo mas importante, pero si clave al menos para mi a la hora de elegir un hotel. Una óptima conexión wifi. Por supuesto, gratuita. Si este detalle falla en un hotel en el que me alojo, lo apunto en mi lista negra para siempre. Ya tengo unos cuantos anotados. No poder trabajar y dejar colgados a clientes por el fallo de una conexión en un hotel es una experiencia de lo más desesperante, la cual no sólo me perjudica profesionalmente. Me enfada mucho como clienta.

2. Los enchufes
Que tenga muchos enchufes en la habitación, a ser posible varios cerca de la mesita de noche donde, yo al menos, pongo siempre a cargar el teléfono, la tableta… pero también necesito recargar todos los días las “pilas” de la cámara, el ordenador, la batería externa… ¡Mínimo necesito conectar cinco aparatos todos los días! Y si viajo con compañía, esas necesidades se multiplican por dos.
También valoro, cuando viajo al extranjero, que te den adaptadores. O mejor aún. Ya son muchos los hoteles que tienen cargadores USBS específicos para recargar smarphones, tabletas… ¡Mi aplauso más rotundo a este servicio!

3. Los horarios
Los horarios de desayuno, de entrada (check in) y salida (chek out)… Me molesta bastante, sobre todo cuando estoy de vacaciones, tener que levantarme pronto para desayunar. Esos hoteles vacacionales que cierran los desayunos ¡un sábado o domingo! a las 10:30 horas deberían estar prohibidos por ley. No pido que a las 13 horas me reciban con zumos de frutas recién exprimidos o pan recién horneado, pero al menos una tostada y un café, que creo no es tan difícil.

También valoro mucho los hoteles que te facilitan los servicios de early check in (la posibilidad de acceder a tu habitación antes de las 13/14 horas, horario habitual de entrada en la mayoría de los hoteles). Y el late check out (dejar la habitación más tarde de las 12 horas).
4. Los desayunos
Hablando de desayunos. Aunque no soy de las que come mucho a primera hora (razón por la cual casi nunca contrato desayunos en mis viajes de trabajo pues al levantarme solo tomo un café y no me compensa pagar los mínimo 8/15/12/15 euros que cuesta este servicio en un hotel medio), me gustan los hoteles que sirven desayunos diferentes.

Zumos naturales (los zumos de bote deberían erradicarse para siempre), frutas frescas y variadas (declaro la guerra contra el melocotón y la pera en almíbar), panes variados… Resumen, sanos y a ser posible con opciones para los amantes de la comida saludable y natural.
5. Detalles personalizados
No es decisivo en absoluto, pero me gusta que me reciban con algún detalle en la habitación. Unos bombones, una carta de bienvenida… Hay hoteles especiales donde se esmeran en agradar al cliente que tanto que es muy de agradecer. Por ejemplo a tarta con el logo de Instagram con la que me recibieron en el maravilloso hotel Sangri – La de Doha, capital de Qatar.

O el albornoz con mi nombre bordado con el que me obsequiaron en la cadena Accor. Pero no pido tanto. Sólo un pequeño guiño que me haga sentir “diferente”.

6. Las amenities
Agradezco un balo equipado con todos los detalles. Secador, toallas suaves y grandes, detalles “femeninos” a veces muy necesarios como compresas, acondicionador para el pelo… Especialmente valoro unas amenities preciosistas, y si son de alguna marca conocida, mejor. No me gustan esos hoteles que tienen el jabón y el gel en “cutres” bolsitas de plástico, ni me seducen los hoteles que tienen dosificadores de champú en la ducha. Y sí. Lo confieso. Si las amenities de un hotel me gustan me las llevo. Me resultan muy prácticas cuando me toca dormir en otro que no sea tan detallista.

7. Ducha potente y de fácil manejo
Agradezco también una ducha potente, con un chorro de agua fuerte. Y si son duchas sencillas de manejar, mejor. He estado en hoteles donde me he sentido una completa inútil ante una ducha de manejo imposible. Tener que leer un manual de instrucciones a las 7 de la mañana para saber de qué agujero sale el agua no me gusta nada. Además siempre me equivoco y acabo con un chorro de agua inesperado ¡gélida! sobre mi cabeza. No se me ocurre pero forma de empezar el día.

8. El placer de un buen baño
Y si además de la ducha, hay bañera, mejor. Si hay tiempo, confieso que soy de las que disfruto con un baño relajante, un pequeño placer que me doy en contadas ocasiones. Pero sí. Hay hoteles con bañeras que parece que piden a gritos que te tomes un poco de tiempo para ti mismo. ¡Bendita obligación!.

9. Limpieza
La limpieza por supuesto. Pero este punto no debería estar en esta lista, es un básico que tendría que darse siempre por supuesto. Un hotel, sea de la categoría que sea, siempre debe estar impecable, por todas partes.
Lamentablemente no es así. Hace unos meses tuve una mala experiencia. Se me cayó un pendiente que rodó debajo de la cama. Cuando me dispuse a rescatarlo, recogí tal cantidad de polvo que no puede evitar llamar a recepción y manifestar mi opinión de tan desagradable sorpresa. Borrado para siempre de mi lista.
10. La cama, el colchón y la decoración
Por supuesto, valoro la cama, el colchón, las almohadas. Y la decoración para mi también es decisiva a a hora de elegir hotel. El estado de ánimo cambia mucho si la decoración de la habitación es cálida, los muebles son nuevos y bonitos… Valoro mucho el buen gusto y más en un hotel donde voy a pasar muchas horas.

11. El espacio disponible
Soy mujer y lo reconozco. Me cuesta hacer maletas pequeñas y siempre viajo con mucho equipaje pues nunca se sabe lo qué te puede pesar en un destino. Soy de las que pienso que es mejor llevar siempre una maleta equipada con todo lo necesario. Por eso me molestan esos hoteles de habitaciones minúsculas, especialmente las que destinan a viajeros individuales, donde no tienes espacio literal para abrir tu equipaje y tienes que andar saltando sobre la maleta durante los días de estancia. y dejar toda la ropa colgada en una silla. Por eso siempre pudo habitación doble para uso individual, pero ni con esas.

12. Restaurante y servicio de habitaciones
Otra cosa que valoro es que el hotel tenga un buen restaurante. O un buen servicio de habitaciones. Hasta hace poco eso era relativamente fácil en Europa, donde era normal comer y cenar en los restaurantes de los hoteles, no, no me refiero a los clientes sino a los habitantes de la ciudad en cuestión.

En los últimos años eso se ha puesto de moda también en España. En Madrid hay hoteles cuyos restaurantes tienen overbooking. Pero mi demanda es mucho más sencilla. Lo que de verdad agradezco es poder pedir algo para cenar en la habitación a cualquier hora, aunque sea una simple ensalada.
Me he tocado hacer el check in aveces muy tarde, tras muchas horas de viaje en las que no he tenido tiempo de comer nada. Encontrarme con un hotel donde no me sirven nada para poder encañar al menos el estómago es una decepción. Acostarme con sensación de hambre no me gusta nada.
13. Una habitación con vistas
Las vistas son también muy importantes. No pido nada del otro mundo, sólo que la habitación no de a un patio interior feo, sucio y oscuro como me ocurrió hace unas semanas en un hotel muy céntrico (y de cuatro estrellas) en Madrid. ¡Qué depresión! Menos mal que solo pasé allí una noche.

14. ¡Que huela bien!
¡Qué importante es que el hotel huela bien! Hay muchas cadenas que perfuman sus habitaciones con aromas propios, exclusivos. Es tan agradable entrar a un establecimiento que huela rico. El año pasado en Madrid también, dormí en un hotel que olía literalmente MAL. Protesté y me dijeron que quizá lo que me molestaba era el producto que utilizaban para desinfectar. El caso es que en pleno enero tuve que dormir con ¡la ventana abierta toda la noche! para no intoxicarme. Otro hotel donde nunca más me verán el pelo, nunca más.
Sin embargo que ha quedado grabado el delicioso olor del hotel Lopesan Baobab en Maspalomas, Gran Canaria, creado especialmente para el establecimiento y una de sus señas de identidad.

Como se que soy muy especial con los olores suelo llevar siempre en la maleta agua perfumada la cual utilizo casi siempre para perfumar todos aquellos lugares donde los olores que percibo no son de mi agrado.
15. La ubicación
Por supuesto, es muy importante la ubicación. Si me voy de vacaciones a la playa, que esté cerca del mar. Si viajo a una capital europea, que tenga cerca una estación de metro o se pueda caminar al centro. Si me voy a esquiar, mejor si el hotel está a pie de pistas. Si quiero relax, busco una casa rural en un entorno idílico. No siempre demando lo mismo pero me paso mucho tiempo analizando mapas en busca de la localización idónea para mi viaje.

16. El precio
Es decisivo. El hotel debe tener una buena relación calidad precio. Para eso es clave rebuscar ofertas, intentar reservar con cierta antelación o a ultima hora, cuando se activan las cancelaciones de los que fueron previsores, en temporada baja… hay muchos trucos para conseguir buenas tarifas en hoteles pero eso es tema de otro post.
17. Las opiniones de otros viajeros
Claro que leo las opiniones de otros viajeros antes de decidirme a formalizar la reserva en booking, tripadvisor… pero he aprendido a gestionar esas reseñas con mucha prudencia. Parto de que no todos tenemos los mismos criterios ni gustos. Además, hay gente que exagera en sus quejas (este tema de la reputación de los establecimientos da para otro post), Por tanto, sí que les echo un ojo y miro la puntuación de los hoteles que me gustan (para mucha gente este número es más importante que las estrellas) pero procuro no dejarme influir por todo lo que leo y hacer caso a mi propia intuición.

Ah, también me fio mucho de las opiniones de amigos, compañeros periodistas… el consejo de alguien en cuyo criterio confías es siempre la mejor prescripción.
18. Que tenga recepción
Ahora están muy de moda los hoteles sin recepción, en los que te dan una clave que te permite acceder al portal, a la habitación. Un teléfono de contacto por si ocurre algo y una cuenta de correo electrónico de contacto. Y poco más. Lo siento pero a mi me gusta que haya alguien en recepción que me pueda atener en caso de necesidad. Viajo mucho sola y esa presencia humana me aporta cierta tranquilidad. No me importa estar sola, en muchas ocasiones lo prefiero, pero agradezco no sentirme sola, sensaciones muy distintas.

Y con esto concluyo mi lista de prioridades. Ya, me falta hacer mención a la televisión, muy importante por ejemplo para mi marido, pero yo no lo valoro. Suelo irme de los hoteles sin encenderla. Tampoco me importa mucho si hay piscina cubierta (salvo si viajo con mis hijas para las cuales es una exigencia fundamental), spá (si tengo tiempo me gusta darme una sauna, pero no es una prioridad)…
El caso es que no todos valoramos lo mismo ¿A que detalles les das tu importancia a la hora de reservar un hotel? Deseando completar esta lista con tus opiniones.


One Comment
Miriam
Que pena que no hayas podido acercarte a la Palma, aquí se ven las estrellas hasta en los días de luna llena. Hay un cielo impresionante