
Pueblos ruta El Quijote en La Mancha: Alcázar, Puerto Lápice y Argamasilla de Alba
Cervantes fue un genio, eso no lo duda nadie. Detrás de su ingeniosa pluma el autor de “El Quijote” dejó cientos ¡miles! de interrogantes los cuales salen al paso cuando uno recorre Castilla – La Mancha. Tierra donde se desarrollan las andanzas del “Ingenioso Hidalgo” afincado en “un lugar” de cuyo nombre, su creador, no quiso acordarse. A mí me ocurre lo contrario. Ha hecho varias rutas por La Mancha y son muchos los rincones, gentes, sabores, paisajes que se han grabado en mi cabeza. Destinos a los que he llegado siguiendo los pasos del “caballero de la triste figura”. Donde he vivido fantásticas experiencias. Lugares cuyos nombres sí me gustaría que recordaseis. Pueblos de El Quijote que merecen ser visitados como Alcázar de San Juan, cuna de Cervantes. Argamasilla de Alba, ese “lugar de La Mancha” y Puerto Lápice, una venta donde comer llena de referencias quijotescas.

Se denomina “Ruta del Quijote” y recorre no sólo los pueblos que, de forma directa o indirecta, aparecen en la más inmortal novela escrita en lengua española. En este itinerario también se reseñan sitios relacionados con la vida del enigmático Don Miguel de Cervantes Saavedra.
Ruta por los pueblos de El Quijote
Digo “enigmático” pues antes de enfrentarse a este recorrido es clave dejar claro lo importante que es afrontarlo desde un punto de vista imaginativo. Pues salvo alguna excepción, Cervantes en su “Don Quijote” no menciona apenas pueblos, ni lugares concretos. Este es justo uno de los muchos encantos de este bello recorrido. Es siempre el viajero quien escribe el último capítulo de su propia novela.
Una vez ubicados y con un ejemplar de las dos partes de El Quijote en la maleta como guía, toca disfrutar de los tesoros de estos paisajes, solitarios, llanos y eternos cuyo nombre deriva de la palabra árabe: “Al-Mansha” (tierra seca). Extensa de horizontes y rica en olores, y tonos ocres. Que no sólo conquistó a Cervantes. Han sido más los escritores seducidos por la belleza tranquila de la infinita Castilla-La Mancha. Y también muchos viajeros, entre los que me incluyo.

Alcázar de San Juan, pueblo de la ruta del Quijote
Iniciamos la ruta por los pueblos de El Quijote en lugar donde hacer parada y fonda. Alcázar de San Juan, en la provincia de Ciudad Real, es la mejor opción. Antaño nudo ferroviario y sin duda buen pueblo donde empezar a familiarizarse con los misterios de la figura de Cervantes. Por ejemplo su lugar de nacimiento, honor que Alcázar se disputa con Alcalá de Henares.

En ambas localidades se conserva la partida bautismal de un tal “Miguel de Cervantes”. Pero… ¿cuál de las dos es la del verdadero autor del Quijote? Hay mucha letra al respecto y la verdad sigue siendo una incógnita.
¿Nació Cervantes en Alcazar de San Juan?
Lo cierto es que en la Colegiata de Santa María la Mayor de Alcazar de San Juan guardan como oro en paño el libro donde se puede leer no sólo el nombre del autor de El Quijote. También la inscripción (en un lateral del manuscrito) en el que se reseña que “este es el verdadero Cervantes“.

También conservan la pila bautismal original donde se supone bautizaron al pequeño. Frente a la iglesia, un Cervantes inmóvil observa a todo el que pasa ante sus ojos.

Me pregunto. Si Alcázar de San Juan es la cuna de Cervantes… ¿Será también ese “Lugar de La Mancha” de dónde partió Don Quijote? Los lugareños parecen tenerlo claro y por eso son tantas las referencias que encontramos sobre este personaje esparcidas por el pueblo. Por ejemplo las esculturas dedicadas al hidalgo y su escudero que presiden la plaza del Ayuntamiento, la casa en la que, se supone, nació el escritor y vivió la familia Cervantes…

Visita al museo del Hidalgo en Alcázar de San Juan
Lo más interesante, un museo entero dedicado a la figura de los hidalgos. ¿Quiénes eran los hidalgos, de qué vivían, cómo se vestían, cuáles eran sus obligaciones…?

Preguntas cuyas respuestas encontrarás en este centro interactivo donde también podrás experimentar sensaciones curiosas. Por ejemplo: probar un traje igualito al que lucía Don Quijote. Por cierto ¡qué pesado era¡ No quiero ni pensar lo que tuvo que haber sufrido el pobre Don Alonso Quijano con este modelito de metal recorriendo las llanuras de La Mancha bajo el sol.

Los molinos de viento Alcázar de San Juan
No podemos irnos de Alcázar de San Juan sin visitar su conjunto molinero. Está claro que no fueron estos los molinos con los que se peleó Don quijote al confundirlos con gigantes, pues son posteriores a la publicación del libro. Pero merece la pena acercarse hasta ese pequeño monte desde donde contemplar hermosas vistas de la llanura y de los cultivos manchegos.

¿Es Argamasilla de Alba el lugar de La Mancha de donde partió El Quijote?
Alcázar de San Juan no es el único pueblo que se pelea por ser el “Lugar de La Mancha”. Lo cierto es que los estudiosos del Quijote coinciden al situar ese sitio a sólo 40 kilómetros de Alcázar de San Juan: Argamasilla De Alba. Otra parada obligada en esta ruta, especialmente para quienes sientan curiosidad por el personaje creador del caballero andante.

Nada más llegar a Argamasilla de Alba un cartel nos advierte dónde estamos: ¡Bienvenidos a Argamasilla De Alba, el lugar de La Mancha”. Para entender bien el porqué de este recibimiento lo mejor es poner rumbo a la “Cueva de Medrano”, situada en los sótanos de una casa en el centro del pueblo.

En este recóndito lugar se encuentra el sótano cárcel donde, en teoría, Cervantes estuvo preso durante cuatro meses, supuestamente, por orden de don Rodrigo de Pacheco. Un cacique e hidalgo, marqués, rico y austero con quién Cervantes (cuyo oficio real era recaudar impuestos) discutió por motivos fiscales.
Hay múltiples teorías sobre el “desacuerdo” entre ambos. Unos dicen que Don Rodrigo se negaba a pagar al recaudador. Otros que Cervantes intentó estafar al hidalgo quedándose con el dinero recaudado. También hay una tercera versión que habla de que el autor de El Quijote intentó seducir con “grosería” a la sobrina de Don Rodrigo. Una vez más, surgen las dudas y la polémica en torno a este personaje.

Cervantes y la cueva cárcel de Medrano en Argamasilla de Alba
El caso es que Cervantes pasó meses encerrado en esta cueva-cárcel. Se cree que fue durante ese tiempo de aislamiento cuando concibió los primeros capítulos de El Quijote. Es más. Hay quien afirma que se inspiró en el mencionado Don Rodrigo de Pacheco para crear al peculiar caballero, pues casualmente las descripciones físicas de ambos coinciden.
La celda es visitable. La sensación de estar en el mismo lugar donde estuvo Cervantes tiene un toque inspirador que, a mí al menos, me sedujo. Lo cierto es que es este un espacio donde conviven el olor a humedad añeja y mil historias.
Sí, sin duda, lo que más me ha gustado de la cueva de Medrano son las curiosidades que esconde. Por ejemplo, la cantidad de personalidades que han pasado por aquí buscando el origen de Cervantes y del Quijote. Azorín, Rubén Darío, Mario Vargas Llosa...

Para conmemorar el IV aniversario de la publicación del Quijote se hizo hasta una edición especial de la novela desde la cueva celda. Para ello trasladaron hasta aquí la imprenta con la que se hizo la primera impresión de la obra. Se la conoce como “El Quijote de Argamasilla” y en la entrada de la cueva se exhibe uno de esos ejemplares. Un tesoro. También me gusta la frase que me mencionó el alcalde de Argamasilla de Alba durante la visita: “La cueva de Medrano es un santuario laico para todos los amantes del quijote”. Lo reafirmo.
Ya que estamos aquí, merece la pena dar un paseo por Argamasilla donde asoma la esencia de un pueblo manchego, tranquilo, diferente. Luego, recomiendo seguir la ruta hasta otro punto emblemático aunque también de veracidad científica discutible.

Comer como El Quijote en la venta de Puerto Lápice
Termino este primer capítulo de la ruta del Quijote en Puerto Lápice. Otro de los pueblos del Quijote y situado a solo 40 kilómetros de Argamasilla. Y donde encontramos la venta en la que el hidalgo fue armado caballero.
En realidad dicen los estudiosos que no pudo ser está la venta auténtica pues la actual data del siglo XIX y no del XVI, fecha en la que vivió Cervantes y aconteció la historia de la novela.

Pero si merece la pena la visita, por varias razones. Primero, por su aspecto muy parecido a lo que debía ser una venta antaño. Con su patio, el suelo empedrado, las paredes encaladas, las vigas de madera vista… Todo organizado para poder dar cobijo y alimento a los viajeros de la época y a sus caballos. Era un hotel típico de La Mancha en los años en que vivió Cervantes.

Actualmente La Venta del Quijote de Puerto Lápice es ante todo un restaurante. Parada imprescindible para los viajeros que recorren La Mancha. El gran parking para autobuses confirma la continua llegada de grupos variopintos. Aquí el visitante puede degustar lo mejor de la gastronomía manchega: gachas, migas, duelos y quebrantos (huevos revueltos con chorizo y tocino de cerdo), asadillo, pisto, atascaburras (bacalao con puré de patata)…. Todo muy rico, por lo tanto, no dudes en parar si buscas un lugar donde comer por la zona.

El curioso museo de El Quijote de Puerto Lápice
Pero hay más. La Venta del Quijote de Puerto Lápice acoge también un pequeño y peculiar museo donde se exhiben curiosidades varias.

Entre las más peculiares, destacar ¡un ejemplar de El Quijote escrito en una sola hoja¡. Ediciones varias del libro en varios idiomas. Y su posesión más valiosa: ¡el permiso original de publicación del Quijote, firmado por el mismo Miguel de Cervantes!. Si quieres llevarte un recuerdo no dejes de visitar la tienda, más grande que la zona expositiva.

Quinta Monteguerra, casa rural donde dormir en La Mancha
Desde este lugar de La Mancha termino esta entrada, no sin antes recomendar un lugar donde dormir cerca de Alcázar de San Juan. La Quinta Monteguerra. Es otra “venta” pero esta sí que funciona como hotel. Casa rural muy moderna pero inspirada en lo que eran los viejos alojamientos manchegos. Seguro que ese patio y esas vistas a la llanura habrían sido escenario de una versión moderna de novelas de caballería;

Con este nombre, “Quinta”, se denominaban las residencias en el campo de los manchegos que trabajaban la tierra para cultivar vides (La Mancha es tierra rica en vinos y ¡ojo! cada vez los hacen más buenos como pude comprobar durante mi viaje), aceitunas (de aquí proceden algunos de los mejores aceites de oliva), flores de azafrán, cereal…
La lejanía de sus casas les obligaba a instalarse en viviendas provisionales donde habitaban durante ciertas temporadas. Algunas de esas “Quintas” con el paso del tiempo se han convertido en grandes casas. Otras siguen siendo pequeñas residencias… Monteguerra es una de ellas, Quinta actualmente reconvertida en un hotel encantador.

Pero la imagen que me va a quedar para siempre de este lugar donde tuve la suerte de dormir durante mi ruta por los pueblos de El Quijote fue despertarme con un amanecer manchego maravilloso. Abrir los ojos y encontrarme con el nacimiento del sol, y poder contemplarlo desde mi cama fue sensacional. Experiencia que recomiendo.

Cierro con esta estampa mi ruta por los Alcazar de San Juan y alrededores siguiendo el rastro del Cervantes y las huellas del ingenioso hidalgo de La Mancha. En los próximos posts seguiré mi ruta en busca de más molinos y de gigantes. De bellas princesas, de teatros centenarios, de cuevas y hechiceros y de horizontes infinitos. ¿Algún consejo que deba tener en cuenta antes de continuar mi ruta?
El podcast de Nani Arenas sobre la Ruta de El Quijote


2 Comments
Jesús Cano Serrano
Si quieres visitar una genuina Venta Manchega del S. XVI, tienes que acercarte a la Venta de Borondo, del término de Daimiel, entre Manzanares y Almagro. Y te aconsejo que no tardes mucho, si es de tu interés, por que aunque hace tiempo, fue declarada B.I.C. el abandono de las autoridades, que prefieren gastarse cantidades millonarias reproduciendo una Venta en FITUR, va a terminar consiguiendo que acabe por los suelos, como la Venta de Quesada, la Venta de Las Motillas, la Venta de Herrera, la Venta del Tizón, la Venta de Aberturas, etc.
Buen viaje !!!
Un saludo
Vocación Viajera
La Ruta del Quijote es una maravilla encarada así, recreándose en la historia, (la de verdad y la del Hidalgo).
A nosotros nos gustó mucho el pueblito de El Toboso, y por supuesto la infaltable visita a la casa de Dulcinea.
Un abrazo, buen viaje y cuídate de Frestón!