
La isla de Madeira, destino donde vivir experiencias únicas
A los viajeros nos gusta visitar sitios diferentes, rincones con personalidad donde vivir experiencias únicas. Destinos con otros aires, donde no encontremos las mismas tiendas, las mismas cadenas de restaurantes, las mismas modas… Por eso, cuando aparece uno de esos lugares, distinto a todo tenemos la sensación de haber descubierto un tesoro. Confieso que tras mucho rebuscar, he encontrado uno de esos diamantes. Madeira. Isla portuguesa donde podrás ver, comer y disfrutar con sabores, olores, paisajes y actividades que no encontrarás en ningún otro lugar del mundo. En este post describo diez de esos aspectos diferenciadores. Bienvenido a Madeira un destino sin rival.

Bienvenidos a Madeira, un destino diferente a todo lo que conoces y donde vivir experiencias únicas. Lo primero, ubicar este archipiélago formado por dos islas habitadas (Madeira y Porto Santo) y los islotes de las Desertas y las Selvagems. Pertenecen administrativamente a Portugal. Y están localizadas en medio del Atlántico a unos 600 kilómetros al norte de las Canarias y a unos mil al sur-oeste de Lisboa.

Son pequeños pedazos de tierra “vomitada” por volcanes a los que no llegó la civilización hasta que Joao Gonzalves se tropezó, literalmente, con la silueta de Porto Santo allá por el año 1418. Poco después, alrededor del 1425, los primeros pobladores se instalaron en el que fue y es el último eslabón de civilización hasta América. Y hasta hoy.
Un vez ubicadas toca empezar a enumerar todos esos detalles diferenciadores.
¡LA MEJOR IDEA! Conducir por Madeira es tarea complicada por lo empinadas que son las carreteras. Lo mejor es que contrates un tour por la isla en un 4x4 dirigido por un conductor experto. Una experiencia de vértigo.

1- Viaje de vértigo en una cesta
Hablar de Madeira supone hablar de naturaleza superlativa. Y empinada. La isla entera es un espinazo montañoso con cumbres peladas de lava petrificada que llegan a superar los 2000 metros. Y cuyas laderas caen en marcada pendiente hacia el mar, formando pliegues caprichosos y valles increíbles.

Esta abrupta orografía generó un medio de trasporte local muy curioso. Para salvar los salvajes desniveles, los madeirenses inventaron el “descenso en cesta”. Una actividad, casi más bien un rito, que hoy sólo se mantiene con fines turísticos pero que ¡ojo!. El mismo Hemingway (quien por supuesto también estuvo en Madeira” describió como la “experiencia más apasionante jamás vivida”. Coincido con el autor de “El Viejo y el Mar”.

Y doy fe de que ese descenso de dos kilómetros, desde Monte hasta Funchal, sentada en una cesta de mimbre con “patas” de trineo que baja rauda por las cuestas conducida por dos hombres que corren, literal, ataviados con sus trajes blancos, botas de cuero y sombreros de paja es comparable al que vives en cualquier montaña rusa. Recomendado aunque ¡ojo!, adrenalina a tope.
Si no quieres perderte esta experiencia reservala desde este mismo enlace y asegura tu descenso en cesta por Madeira.

2 – Las puertas artísticas de Funchal
Con la adrenalina aún efervescente, toca dar un paseo tranquilo por las calles del centro de Funchal, la capital, situada en el sur de la isla, en su cara más soleada.

Aparte de un pueblo encantador de casas de tejados rojos y una bahía maravillosa, encontramos en Funchal otra curiosidad diferenciadora. Las puertas de las casas del centro. Todas distintass, pintadas por artistas locales, y a cual más hermosa.

Un proyecto nacido para “lavar la cara” del deteriorado casco viejo, en especial la calle Santa María a iniciativa de Carlos Abreu, director de Turismo de Madeira durante una década. Un acierto, sin duda.

Hoy el barrio ha lavado la cara, las puertas son hermosas y los turistas disfrutan fotografiándose ante algunas tan representativas como las dedicadas a los cantantes de fados. O a escenas típicas de la vida en la isla. ¡Una maravilla!

3- La isla de Ronaldo – CR7
Los destinos siempre tienen sus personajes. Es habitual asociar las ciudades con las persona que allí han nacido o vivido. Y al pisar Madeira es inevitable pensar en un jugador de fútbol que despierta grandes pasiones aunque también muchos recelos. Es Ronaldo, uno de los emblemas del Real Madrid, nacido en esta isla portuguesa. Y casi el único famoso de renombre internacional originario de este rincón del mundo.

Por eso los homenajes a su figura se repiten por la isla; la escultura en el paseo marítimo de Funchal, su museo, en CR7, situado frente al puerto y donde se exhiben sus más preciados trofeos y muchos detalles personales. Tiene un hotel propio. Y desde el pasado mes de marzo, también el aeropuerto de la isla lleva el nombre del jugador.

La duda es ¿esta ligazón a un personaje tan “pasional” atrae a fans o espanta a visitantes que no quieren saber nada de una isla con el “corazón blanco”?. No se, ignoro si los aficionados al fútbol pueden llegar a tener sentimientos tan extremos. Pero lo que si se con certeza es que el día que yo me hice la foto con “Ronaldo” había cola esperando para lograr el mismo trofeo.

Aprovecho el cambio de nombre del aeropuerto para apuntar que también han mejorado la pista y aterrizar en Madeira ya no es lo que era. Durante muchos años, el de Funchal pudo “presumir” por ser uno de los aeropuertos más “peligrosos del mundo” y eran muy comentados aquellos aterrizajes casi en picado.
Por suerte, esa es ya una leyenda que ya forma parte de la historia de la isla. La pista se ha ampliado (una gran obra de tierra ganada al mar). Y aterrizar en Madeira hoy es completamente seguro. Y los pilotos de TAP Portugal (la aerolínea portuguesa y la que ofrece mejores conexiones y tarifas) para volar a la isla desde su hub en Lisboa) son ya expertos muy familiarizados con Madeira y sus peculiaridades aeronáuticas).

4- El acantilado más alto de Europa
Madeira es una isla pequeña pero donde los superlativos abundan como las flores. Hay muchos pero uno especialmente turístico. Es obligado asomarse al Cabo Girão, un mirador de cristal ubicado sobre el acantilado más alto de Europa con ¡580 meros de altura! No lo digo yo, ni he sacado el dato de la Wikipedia. Es lo que viene escrito en el suelo y si ellos así lo pregonan pues yo me lo creo.

Lo que no me genera dudas es que la visión hacia debajo del acantilado no deja indiferente. Me cuentan que hay gente que no se atreve a pisarlo por vértigo. Yo desde luego, recomiendo acercarse a disfrutar de una de las más hermosas panorámicas de la isla.

5 – Senderismo por levadas
Poco a poco nos vamos familiarizando con la isla y a estas alturas ya nos queda claro que Madeira no sólo es muy original por peculiar orografía. Las acusadas pendientes, los barrancos por donde fluyen cascadas eternas y los asentamientos humanos en pueblos dignos de funambulistas habitados por “alpinistas” han generado adaptaciones curiosas y también únicas.

Por ejemplo las levadas, palabra que oirás repetir una y otra vez durante tu estancia en la isla. Un sistema de irrigación único en el mundo, canales que discurren por zonas imposibles y que llevaban el agua desde la boca de los manantiales hasta los pueblos y las zonas de cultivo.

Actualmente ya no tienen la función de antaño pero a su vera discurren caminos entre bosques de laurisilva (ecosistema declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco) que harán las delicias de los amigos del senderismo. Hay muchas levadas y rutas posibles. Yo recorrí la “levada del Caldeirao Verde” y la recomiendo.

6- Flores, frutas y colores
A estas alturas del viaje ya habrás comprobado que Madeira está llena de campos de cultivo, especialmente la cara sur, más soleada, menos venteada y más fértil.

Esta es otra de las curiosidades de la isla. No viven del mar, sino de la tierra. La pesca en un mar tan bravo es compleja y sin embargo el suelo es muy agradecido.

A lo largo del recorrido te cansarás de ver cultivos de frutas tropicales varias: mangos, chirimoyas, maracuyás, aguacates, plátanos… y por supuesto caña de azúcar y viñedos.

No olvidemos que esta es tierra productora de vinos con denominación de origen y también únicos. Y de flores. Madeira entera es un jardín botánico al natural repleto de especies endémicas. verás por doquier las buganvillas, las orquídeas, las jaracandas… ¡cientos, miles de flores! y la sinfonía de colores y de olores es una delicia para los sentidos.

No dejes de pasarte por el Mercado dos Lavradores, en Funchal, donde verás a la venta ejemplos de estas frutas y de las miles de variedades de flores. Pocos mercados conozco tan coloridos y alegres como este.

7- Espetadas, pez espada y “poncha”
Al hablar de frutas toca hacer un apunte de la cocina de Madeira, la cual también tiene marcada personalidad. Durante el viaje podrás degustar productos difíciles de encontrar en otros destinos. A parte de las mencionadas frutas, voy destacar cuatro especialidades gastronómicas típicas de la isla. Impensable irte de aquí sin probar sus espetadas de carne, pinchos morunos gigantes que sirven especialmente en los restaurantes típicos.

También es muy recomendable probar el pez espada. Ver las grandes piezas de carne expuestas en el mercado de Funchal impresionan. En el plato tienen mejor aspecto y un sabor delicioso.

Por supuesto, en Madeira hay que acompañar las comidas con un bolho de caco, pan plano, parecido a la pizza, aderezado con mantequilla de ajo , que sirven calentito y es ¡delicioso!.

Y para rematar, importantísimo tomarse una poncha: una bebida hecha a base de aguardiente con azúcar y limón (también la puedes encontrar con miel y naranja). Tras beber un par de ponchas entiendes de dónde sacan los madeirenses esa casi inhumana energía para trabajar en campos escalonados, verticales y vivir en una isla tan hermosa como abrupta.

8 – Las casas de colores de Santana
Con el estómago lleno, recomiendo dar un paseo tranquilo por Santana, pequeña localidad situada en el centro de la isla y famosa por conservar varias casas típicas de Madeira, los llamados palheiros También únicas. Una especie de barraca en forma triangular con el tejado de paja y con la fachada de ¡de colorines! Antaño se utilizaban como establos y también como viviendas.

Las de Santana se han recuperado con fines turísticos y actualmente se emplean también como tienda de recuerdos, oficina de turismo…

¡BUENA IDEA! Contrata aquí tu excursión a Santana para ver las casas de colores de Madeira.
9 – Las piscinas naturales de Porto Moniz
Comentaba al principio que Madeira es una isla de origen volcánico. La lava al enfriarse ha creado formaciones curiosas, cavernas como San Vicente, un laberínto de pasillos volcánicos los cuales están abiertos para visitas.

Y rincones maravillosos como las piscinas naturales de agua salada de Porto Moniz, en el sur de la isla. Uno de mis rincones favoritos de Madeira.

No sólo me fascinan sus formas curiosas, pues son espacios para el baño originados entre rocas volcánicas a la orilla del mar. Sino también la sensación de relax que se siente en este pequeño pueblecito de pescadores pero a la vez muy turístico.

Estas piscinas no son las únicas. Hay muchas similares repartidas por toda la costa, algunas solo conocidas por los lugareños. Bañarse en estas cavernas es otra de esas experiencias que sólo puedes vivir en Madeira.

10 – Bordados y recuerdos curiosos
Toca ir de compras y en esta isla también hay recuerdos típicos que llevan impresa la marca Madeira. Por ejemplo los bordados. Laboriosos. Hechos a mano por bordadoras expertas que han pasado el oficio de madres a hijas.

Los auténticos están certificados por un organismo oficial que confirma la elaboración cien por cien artesanal según los viejos métodos y la calidad de un producto cuya delicada elaboración lleva muchas horas. En Funchal puedes visitar una fábrica – taller donde se muestra todo el proceso: las técnicas del bordado, las telas elegidas, los sistemas de lavado y planchado a mano de cada pieza… una visita que ayuda a valorar una tradición centenaria y de la que aún viven muchas familias en la isla.

Y acabo este listado de curiosidades únicas de Madeira con un instrumento típico que me hizo mucha gracia y que nunca había visto en otro sitio: el brinqhiño. Un juguete, más bien un sonajero que verás a la venta en muchas tiendas de recuerdos.

Reconozco que me llamó la atención el primer día que lo vi, pero me conquistó de verdad cuando me mostraron su sencillo funcionamiento. En este video podéis ver cómo funciona el brinquinho y otras imágenes de Madeira. Espero que os guste
Esta es mi selección de experiencias únicas que sólo puedes vivir en Madeira. Pero no es más que un punto de partida a un viaje por un destino que conquista.

Ahora entiendo la atracción que esta recóndita isla ha ejercido en ilustres personajes varios a lo largo de la historia: Sissí la emperatriz de Viena estuvo aquí en un par de ocasiones y George Bernard Shaw contaba que aprendió a bailar en Madeira. Winston Churchill disfrutaba pintando acuarelas de los paisajes de la isla.
El emperador Carlos I de Austria pasó su exilio en Madeira (provocado por el estallido de la I Guerra Mundial) donde falleció en 1922. Sus restos reposan en la Iglesia de Monte, de donde parten las “cestas viajeras” con las que abrí este post.

Cierro con las vistas que hay desde el funicular que une Funchal con Monte… Y os invito a estar atentos pues esta aventura en Madeira no ha hecho más que empezar.


2 Comments
Amelia
Parece un sitio mágico. Me ha encantado tu post. Un abrazo!
SantiMB
Yo ya tenía Madeira en la lista de sitios a los que tengo que viajar, pero después de leer este completo post he decidido subirla unas posiciones.