
Pueblos visitar Istria: Rovinj, Pula, Motovun, Porec, Gronzjan y Hum
Sigo mi viaje por la región de Istria también conocida como la Toscana de Croacia. Un saliente bañado por el Mediterráneo lleno de pueblos tranquilos y añejos, con calles de piedra y adoquines, rodeados de campos de tierra roja donde aún habitan artesanos de los de antes y un aroma con sabor a Italia y a lavanda. Y muy importante, con una gastronomía deliciosa. Aquí una lista con los rincones más bonitos de la península más grande del mar Adriático.

Son muchos los pueblecitos que merecen una visita en la región de Istria, un destino para el viajero tranquilo amigo de perderse por carreteras solitarias (en coche o en bicicleta) y descubrir pueblos de adoquines y piedra, pequeños productores de aceite, de vino… artesanos de los de antes, playas de piedra (hay pocas de arena)….
Y restaurantes donde todavía se cocina con productos de los campos cercanos. Todo ello bañado con la luz y el sol del mediterráneo y los sabores de Italia.
Istria perteneció a la República de Venecia hasta finales del siglo XVIII y la huella perdura. Un destino para viajeros que disfruten con los pequeños placeres que tanto escasean ya en otras zonas. Quienes quieran ir a tiro fijo apunten esta lista de imprescindibles.

Rovinj, el pueblo más hermoso de Istria
Primera parada: Rovinj, (rovigno en italiano), pequeña localidad situada en una península con no más de doce mil habitantes donde la vida gira en torno al mar. Probablemente, uno de los pueblos más hermosos de la zona. Y uno de los últimos puertos pesqueros del Mediterráneo.
En sus callejuelas empinadas el olor a salitre convive con tiendas preciosistas, restaurantes encantadores, cientos de terrazas con vistas al mar, rincones llenos de encanto...


Es uno de esos destinos donde es fácil entender porque hay tanta gente que suena con una vida retirada y tranquila. Donde aún se conservan las viejas costumbres de los pueblos de pescadores, como por ejemplo, comprar pescado fresco que los pescadores acaban de sacar del mar. Y por supuesto, con hotelitos (y hotelazos), y con terrazas que miran al infinito.

Cerca de Rovinj, en la otra orilla de la población (que antaño fue una isla) está el restaurante Blu, que recomiendo apuntar en la lista de imprescindibles. Buena comida en la orilla de un mar azul transparente con la estampa de Rovinj al frente. Maravilloso.

Pero no se crean que les estoy vendiendo un restaurante carísimo y súper exclusivo. No. El Blu es un establecimiento coqueto pero sencillo, con paredes blancas, vajilla blanca, paredes blancas que contrastan con el cercano azul intenso del mar. Y con una cocina excelente.
Deliciosas las ostras templadas y la pasta con espárragos de temporada de Istria. El precio medio de la comida también es aceptable: alrededor de 30 /40 euros de media por persona. Vinos incluidos.

Después de la comida ¿qué tal un chapuzón en el mar?. Eso si, una advertencia. En Istria las playas no son de arena, son de piedras blancas y rocas. Pero el mar es cálido y tranquilo. Bañarse en estas costas equivale a zambullirse en una gran piscina de agua salada.

Un paseo por Porec
Si les ha gustado Rovinj, seguramente les encantará Porec (Parenzo en italiano). Otra de las joyitas de esta costa donde se respiran aires que nos llevan directamente a la época romana.

Pasear por su calle principal, la Decumanus, es una delicia y un viaje al pasado. Ya que estamos aquí, es también obligada la visita a la basílica de Eufrasio, Patrimonio de la Humanidad y gran ejemplo de arte bizantino.

Pula y su pasado romano
Seguimos las huellas romanas y ponemos rumbo sur hasta llegar a Pula, en la punta de la península. Es una ciudad que sorprende, donde el arte y la historia abruman.
Es la urbe más poblada de Istria con casi sesenta mil habitantes y donde se ve que no solo los italianos dejaron huella.

El anfiteatro romano, de tiempos de Vespasiano, es una prueba. No dejes de consultar su agenda cultural pues además de ser hermoso, el Anfiteatro de Pula presume por sus conciertos, operas…

Paseando asoman más vestigios de aquel entonces: restos de la muralla, el arco de Sergio — a su lado hay una escultura de James Joyce, quien pasó cinco meses dando clases de inglés en Pula —. Y un restaurante, el Qpola, buen sitio para comer.

Pula es también punto de partida rumbo a las Brijuni, catorce islas (dos grandes) protegidas como Parque Nacional y donde tenía su re- sidencia de verano el mariscal Tito.
Los artistas de Gronzjan
Dejamos la costa para sumergirnos por el interior y circular entre viñedos, olivos y campos de lavanda. La esencia bohemia y artesanal de Istria se palpa en Gronzjan, otro pueblo de piedra, fortificado y con sabor medieval.

Recuperado tras años de abandono gracias al gusto de varios artistas que se instalaron allí allá por los años 60. El resultado es un lugar encantador con un toque bohemio y muy tranquilo por donde da gusto pasear en cualquier época del año.

Motovun, cuna de Mario Andretti
Cerca encontramos otra aldea fortificada de patrón medieval que también reina en lo alto de una colina con vistas a un valle, y que ha recuperado su magia gracias al turismo y la aportación de varios artistas. Es Motovun, famosa también por sus trufas. Y por ser la cuna del mítico corredor de Fórmula Uno Mario Andretti, campeón del mundo en 1978. ¿Lo recuerdan?

Sí. Seguro que alguno está pensando que es un error pues efectivamente, Andretti no era italiano. Pues sí. Cuando nació, en 1940, la península de Istria era propiedad italiana. La zona no se incorporo a Yugoslavia hasta 1945, cuando acabo la II Guerra Mundial.

Un par de horas bastan para recorrer todo el pueblo, y sobra tiempo para comer o tomar algo en una terraza contemplando la hermosas vistas del valle. Si te anima a quedarte a dormir, estás de suerte. En Motovún hay un hotel, el Kastel. Aunque también se alquilan habitaciones, algo habitual el Croacia.
Hum, el pueblo más pequeño del mundo
Cierro este viaje por Istria con una parada curiosa en Hum, el pueblo mas pequeño del mundo, así está inscrito el Guiness libro de los records. Está habitado por 21 personas pero está considerado pueblo pues tiene su oficina de correos, su supermercado y su propia estación de tren.

Ha sido otra sorpresa, y eso es lo bonito de los viajes. Esos pequeños descubrimientos que dejan buen sabor de boca.

¿Algún otro rincón que merezca una parada en Istria que se me haya olvidado?
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5 Comments
maria
Esta bien saber que Croacia tiene tantas posibilidades. Me habian hablado muy bien de Split unos amigos que hicieron escala en un crucero el año pasado y llegaron enamorados de la ciudad. Ahora me apunto la posibilidad de Istria para mi ruta por Croacia que seguro hare un año de estos.
nenomadaleno
y dices que no sabes de fútbol, carbayona?
silvia
pasalo bien , me das envidia y aun encima me hablas de comida , voy a coger una depresion. un beso
betty vazquez gonzalez
Nani, seguimos con atención todo tu recorrer por el mundo, tomando nota, esperando poder hacer una replica de tus viajes en un fuutro cercano. Por supuesto iremos a Galicia en su momento.
un gran abrazo.
Betty de San Blas. Mexico.