Hoy he estado en un lugar que me ha encantado. Es un pueblecito pequeño llamado Sayulita, turístico, pero muy coqueto. Lleno de tiendecitas hermosas, restaurantes coloristas y con mucho ambiente. La mayoría surfistas que llegan a esta zona de México atraídos por la fuerza del mar y la potencia de las olas (tengo un amigo loco por el surf que siempre me esta pidiendo que escriba sobre destinos para surferos, así que este post va dedicado a él). Esta mañana, he podido ver a  decenas de ellos haciendo equilibrios en el mar con sus tablas de colores… el solecito calentaba pero no abrasaba, había gente, pero la suficiente, es decir, nada…