
Paseo por el misterioso cementerio Alemán de Yuste, en La Vera, Cáceres
La comarca de La Vera en Extremadura es bien conocida por su delicioso pimentón, Y por acoger el Monasterio de Yuste donde murió Carlos I de España y V de Alemania. Pero pocos visitantes saben que un poco más abajo de la que fue última morada del emperador de origen flamenco se esconde un misterioso camposanto, el llamado “Cementerio Alemán”. Un lugar solitario, entre decadente y romántico, donde reposan 28 soldados fallecidos durante la I Guerra Mundial y otros ciento cincuenta y cuatro caídos durante la Segunda contienda. Aprovechamos la visita también para visitar Garganta la Olla, uno de los pueblos más hermosos de la provincia de Cáceres y donde se esconden muchos secretos relacionados con el paso del monarca por estas tierras.

Mucha gente visita el Monasterio de Yuste, pero pocos reparan en la presencia de este pequeño cementerio que se ubica un poco más abajo.
Un cementerio alemán lleno de simbolismo
En la puerta una placa nos informa sobre la prcedencia de las almas allí sepultadas, soldados que: “pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron. El Volksbund en los años 1980–1983 los reunió en esta última morada inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1983. Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad”

Una vez dentro, sorprende observar que todas las tumbas son iguales. En las cruces, milimétricamente ordenadas con escuadra y cartabón, puede leerse el nombre del soldado, su categoría militar y su fecha de nacimiento y muerte.

Los colores del otoño en La Vera
Si el tiempo acompaña, la magia del lugar se acentúa, y eso fue justo lo que ocurrió el día de mi visita, un día cualquiera de noviembre hace un par de años. Mientras paseábamos solos por este bello cementerio (es la ventaja de viajar en temporada baja, en estas fechas no existen las aglomeraciones), la niebla bajó de repente y el hechizo del entorno se multiplicó.
Hacía mucho frío (en Extremadura también saben lo que son las bajas temperaturas). Empezaba a oscurecer. En noviembre, por esta zona a las 6 de la tarde ya es noche casi cerrada. Pero era el momento álgido del otoño, y los intensos colores lucían sus mejores galas. Sin duda, esta es estación más hermosa para visitar esta zona en el norte de Cáceres, donde mejor se percibe el llamado “otoño mágico” por la explosión de colores que invade todos los rincones.
Resumen, quedamos fascinados. Reconozco que nos costó movernos de aquel bellísimo lugar donde se respiraba un silencio casi sobrenatural. Donde sólo el ruido de nuestros pasos sobre las hojas secas anunciaban la presencia de vida.

DÓNDE DORMIR EN LA COMARCA DE LA VERA Si quieres hacer parada y fonda en esta zona de Cáceres, te recomiendo alojarte en el parador de Jarandilla de La Vera, donde pasó una temporada Carlos V mientras esperaba a que terminasen las obras de sus estancias en el monasterio donde luego murió. Si buscas un establecimiento con regusto rural, atento a la casa Parada Real en Garganta la Olla. O Rincones de Cuacos, muy valorada por todos los clientes. En este enlace encontrarás muchas más opciones en la comarca de La Vera, incluidos apartamentos y casas de alquiler.
Garganta la Olla y la “casa de muñecas”
La carretera que pasa ante el Cementerio Alemán y el Monasterio de Yuste sigue hasta un pueblo donde también merece la pena hacer una parada: Garganta la Olla.
Me cuentan que los miembros del séquito real que acompañaron en su momento a Carlos I en su retiro solían bajar caminando hast aquí con un fin muy concreto. Ir a la llamada “casa de muñecas“, prostíbulo del cual eran clientes asiduos. La casa aún existe se la reconoce pues la fachada aún conserva el color azul original que la diferenciaba del resto de las viviendas.
Pasear por las estrechas callejuelas de esta localidad, declarada Conjunto Histórico Artístico, es un placer. También un viaje al pasado sobre todo al contemplar las antiguas fachadas populares que dan forma al el Barrio de la Huerta.
O esta otra, sin duda el edificio más curioso de esta localidad donde una roca redonda soporta todo el peso de la solana, gracias a las tres grandes vigas de madera que se apoyan sobre su cabeza.
Dónde comprar pimentón de La Vera
Curiosamente, también aquí nuestro pasos retumbaban en las calles, vacías en esta época del año. La sensación de soledad nos invade. Sólo la presencia de varias tiendas de comestibles y recuerdos advertían que en otras temporadas este es un destino muy turístico. Verlo todo tan muerto es sin duda raro, pero para mi, poco amiga de las masificaciones, esta sensación tiene su encanto.
Cada vez me gusta más viajar a destiempo. Eso sí, tuve suerte y encontré una abierta donde comprar un par de latas de pimentón de La Vera… ¡buenísimo! Y compra imprescindible, siempre.

¿Has estado alguna vez en La Vera? ¿Alguna recomendación que añadir?


2 Comments
El hombre del renacimiento
Maravilloso relato
Mani
Dios. Me encanta este sitio.