
¿Por qué los ricos romanos eligieron Valladolid para sus villas?
Al recorrer Valladolid, descubrimos que las iglesias centenarias, castillos milenarios y los paisajes infinitos conviven con nuevas infraestructuras turísticas que invitan a disfrutar de la visita. O mejor, que complementan lo que el pasado nos ha legado con el fin de acercar la historia de una forma amena y divertida a los viajeros del presente.

Esa es la sensación que te queda al visitar el Museo de las Villas Romanas Almenara – Puras que hay cerca de Olmedo. No exagero. Este lugar es un tesoro no sólo por lo didáctica que resulta la experiencia sino también por el valor que tienen los restos arqueológicos que se muestran. Antes de comenzar, nos invitan a hacer un viaje en el tiempo con una representación teatral en la que el viajero intuye como era la vida en una rica villa romana: construcciones que los adinerados del momento construían, lejos de las grandes ciudades, y donde se retiraban a descansar, hacían fiestas, banquetes…

Una vez finalizada la actuación, se puede entrar en una reproducción fiel de una villa romana por dentro: los salones, las habitaciones, la cocina y lo más curioso (y sin duda lo más fotografiado) ¡los retretes! donde se descubre que, en aquellos tiempos, lo habitual era hacer las necesidades en grupos de ¡hasta cuatro personas!

Me hace gracia pues en el castillo de Chillon, en Montreux (Suiza) me llamó la atención el mismo detalle. Por lo visto, esto de “compartir” las necesidades fisiológicas fue una moda en toda Europa. Una duda… ¿y la misma duda: el papel higiénico, dónde lo colgaban?

Una vez visitada la villa toca empaparse de realidad. Y para ello toca recorrer el yacimiento arqueológico del museo donde se ven perfectamente los restos reales de una auténtica villa romana, un palacio de la época en toda regla, construido allá por el siglo IV y que estuvo habitado hasta el siglo V. Y situada justo aquí, en este lugar en la provincia de Valladolid. ¿Qué vieron en este entorno los romanos que les conquistó?

Antes de entrar en la excavación, hay una zona expositiva donde podemos recavar información sobre la época : mapas, caras, fechas, utensilios y curiosidades varias que nos ayudarán a entender mejor cual era la razón de ser de estas lujosas casas señoriales romanas.

Una vez en el yacimiento, son los pavimentos quizá lo que más llama la atención. Con razón presumen por ser los mosaicos más importantes de los que se conservan en España. También son sorprendentes las pinturas que se observan todavía impresas en la pared. Piezas únicas y perfectamente documentadas que se ven desde lo alto de una rampa metálica elevada que recorre toda la excavación.

Muy muy recomendable, de verdad. No sólo por el interés histórico arqueológico del sitio sino también por la excelente puesta en escena. Y la titánica labor de recuperación y puesta el valor desarrollada por la Diputación de Valladolid y la Junta de castilla y León para sacar adelante un proyecto cuya inversión total ronda ¡los 6 millones de euros!

Ya sabes. Si quieres sentirte como un acaudalado romano y disfrutar volando en el tiempo, organiza ya mismo una escapada a este museo, situado en la carretera nacional 601 entre Valladolid y Adanero, km 137.
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¡Gracias!

