
¿Qué necesitas saber para viajar a Menorca este verano?
Tengo todo listo para irme a Menorca. Ya lo tenía planeado y el coronavirus NO ha trastocado mis planes. Eso sí, viajaré con prudencia, con mi mascarilla y mi frasco de biogel en la maleta. Pero reconozco que tengo dudas sobre lo qué vamos a poder hacer en la isla. Y curiosidad por saber qué medidas se van a adoptar para garantizar el aforo reducido en playas, en restaurantes, barcos… Con este fin nacen las #CharlasTravelTime de Vueling. Informar sobre las novedades y posibilidades de los destinos en este “extraño” verano. Y mostrar una cara diferente de muchos rincones de España a donde ya se puede viajar con total seguridad.

Menorca es una isla que no necesita mucha descripción. Sus playas de arena blanca, sus aguas turquesa, sus calas solitarias…. son conocidas por todos. Pero esta imagen idílica es sólo una de sus caras. Tiene muchas más de las que hemos hablado en las #CharlasTravelTime de Vueling.
¿Te las has perdido? No te preocupes, aquí tienes un video resumen de esta tertulia viajera.
Menorca, el tesoro que atrajo a piratas
Hay mucho más que ver en Menorca que sol y playas. Es una isla a la que hay que llegar con ganas de moverse, de andar, de conocer… Si profundizamos un poco más encontramos historia, arte, paisaje… ¿Sabías que Menorca está protegida como Reserva de la Biosfera por la Unesco desde 1993 por su riqueza y diversidad natural? ¿O que su capital, Mahón, fue saqueada por el mismísimo pirata Barbarroja allá por al año 1500?
Por supuesto hay también muchas opciones para los amantes del turismo activo, para los foodies o gourmets. La agenda de Fiestas de Interés Turístico y folklore es intensa. Y la oferta cultural abruma.

Paseos con abarcas
Por cierto. ¿Sigue siendo la industria del calzado tan fuerte? Creo que no me puedo ir de la isla sin comprarme en algún mercadillo unas “abarques” artesanas o abarcas menorquinas. Esas sandalias ahora son tendencia pero antaño eran los zapatos que utilizaban los campesinos o payeses. Efectivamente, Menorca no siempre ha vivido del turismo. La pesca y el campo fueron las actividades tradicionales y por suerte aún perviven.

Para dormir mi debilidad son las casas de agroturismo, todas a cual más encantadora, rodeadas de naturaleza. Aunque cuando viajo con mis hijas prefiero hoteles con encanto y con piscinas grandes donde todo está pensado para el disfrute de sus huéspedes. También me parecen muy cómodos los apartamentos o casas de alquiler con vistas al mar ¡Hay tanto, tanto tanto donde elegir!

Las mejores calas de Menorca
Pero lo que a mi más me gusta es alquilar un coche y perderme por carreteras que terminan en miradores de vértigo. O un barco y navegar al menos un par de días en busca de calas inaccesibles por tierra. Mejor si es un velero, para sentir el sonido del mar y del viento sin interrupción alguna.
No hay mayor placer que contemplar sin interrupciones molestas del motor esa panorámica de la recortada tierra desde el mar. ¿Sabes lo bien que sienta ese chapuzón en el Mediterráneo? Sano para el cuerpo y para el espíritu. Menorca es uno de esos destinos donde se recargan las pilas para una buena temporada.

Es increíble pensar todo lo que se esconde esta isla en poco más de 700 kilómetros cuadrados y 200 kilómetros de costa. O lo que es lo mismo, 47 kilómetros de largo por sólo 19 de ancho y que también puedes recorrer a pie, en bicicleta ¡a caballo! ¿Te apetece?
La riqueza también está en el interior de la tierra. El suelo de Menorca es como un queso gruyere y no sólo hay muchas cuevas, lo que más sorprende es saber que quedan aún muchas más por descubrir.


