
Relax en el hotel castillo de La Caniere, en Auvernia
Por fin estoy en Francia. En la Región de Auvernia como anuncié en el post anterior.
Es una suerte poder escribir desde aquí pues el destino hoy parecía decidido a bloquearme el camino para llegar hasta este lugar.
Primero le tocó el turno a Iberia que tuvo la feliz idea de cancelar mi vuelo y meter a los pasajeros en otro que salía hora y media mas tarde. Todo esto porque, al parecer, uno de esos dos vuelos iba vacío y compensaba juntar a todo el pasaje en un solo avión. Una medida muy común en muchas aerolíneas para ahorrar costes a costa de cargarse la paciencia y los planes de sus clientes.
Así que llegue a Madrid, donde tenía que coger mi conexión, con casi dos horas de retraso. Pero cual fue mi sorpresa al salir del avión y comprobar que yo y el resto del pasaje estábamos ENCERRADOS en el finger de salida por que a alguien de Aena se le había olvidado abrir la puerta.
Estuvimos allí buen rato y tengo un video de prueba como actúa la gente cuando esta MUY cabreada. Mi intención era colgar ese video en este post pero al revisarlo he preferido no hacerlo para no dañar la imagen de algunos de los pasajeros de ese vuelo a quienes se les ve las caras y que creo no se merecen una exposición pública de su actitud en un momento de cabreo. Realmente a veces los seres humanos damos pena.

El caso es que en pleno griterío apareció ante la puerta un operador con una anciana en una silla de ruedas (a la que habían ido a recoger a la puerta del avión) y nos dijo que iba a abrir pero que NO PODÍAMOS SALIR hasta que viniera alguien de seguridad. Ja. ¡Vaya chiste!. Decirle eso a un grupo de pasajeros cabreados, estresados porque habían perdido sus reuniones y conexiones por culpa del retraso y que además llevaban diez minutos encerrados en un finger y muertos de calor Ja ja. Como os imaginareis fue abrir la caja de los truenos y por mas que el tipo intentó bloquear la puerta para evitar que escapásemos casi le tiran, a él y a la anciana de la silla de ruedas Mejor dicho tiramos pues he de reconocer que yo fui de las primeras en salir con muy pocos modales. Tenía demasiada prisa.
Una vez fuera me tocó cambiar de la T4, a donde llegan los vuelos de Iberia, a la T1 de donde salen los de Easyjet, la compañía low-cost con la que me tocaba volar a Lyon.
Esta vez tuve suerte. El vuelo de Easyjet también salió con un pequeño retraso que me facilitó la conexión. Eso sí. Llegué por pelos y ahogadita a mi segundo avión.
Bufff. Viajar a veces es terrible.

Pero al final parece que todo salió bien y aquí estoy. A punto de darme un baño en la habitación de mi hotel en Auvernia, que es un castillo de los de verdad, el Chàteau de La Canière, originario de 1889 y hotel de cuatro estrellas desde hace poco mas de un año. Situado en la pequeña Thuret, a una media hora de Clermont-Ferrant (la capital de Auvernia).

Cuando te esperan recompensas como esta las penalidades pasan a un segundo plano y los sufrimientos se relativizan.
Así que fuera malos rollos. Voy a dame ese baño relajante en mi habitación en el castillo. Y a descansar que mañana tengo muchas cosas que ver y experimentar. Y quiero estar al cien por cien para disfrutar de este destino a tope.



2 Comments
Miriam
Dios mío. Es mi sueño. Recorrer Francia saltando de castillo en castillo. ¿es eso posible? ¿hay rutas de castillo en castillo? ¿Puedes darnos mas información sobre hoteles en castillos? Me interesa mucho. Gracias y siento tus problemas con los aviones. Las horas muertas en lo aeropuertos son horribles. Y creo que a Francia se va mejor en coche ¿no crees?
Susanabart
Ese castillo es hermoso, como toda Francia. A la mayoría de los argentinos nos encandila ese país. Debe ser por esa mezcla equilibrada de pasión, arte, elegancia, educación y orden. ¿Una perfecta síntesis entre lo latino y lo germano?.
Recomiendo un blog ´Vivir en Paris´, auspiciado por el diario La Nación.