
Relax belleza y auroras boreales en isla de Senja, norte de Noruega
He hablado muchas veces en este blog de viajar a Noruega. Un destino que me fascina. Y que recomiendo tener en cuenta en otoño, cuando la temporada de nieve aún no ha empezado. Y los bosques de este país nórdico se visten con los colores más hermosos. Ocres, marrones, verdes rojos y amarillos que se reflejan en transparentes lagos azules. Suena idílico pero es así. La cámara se llena de imágenes a cual más hermosa, postales que en Noruega se repiten por doquier. No es ninguna exageración afirmar que este es un país que hechiza a los amantes de la fotografía. Y a los amigos de viajar en busca de belleza.

Escribo estas palabras mientras edito las fotos de un viaje reciente viaje por el norte de Noruega .
Veo esas imágenes y revivo las sensaciones que tuve durante mi estancia en la isla de Senja, la segunda más grande de Noruega. Situada a unos 1600 kilómetros de Oslo y a unos 150 de Tromso, es decir muy muy al norte, anclada el bello fiordo de Bergsfjord. Ya muy cerquita del Círculo Polar. Por cierto, la carretera que lleva hasta este rincón es una de las más hermosas de Noruega.

¿Qué se me ha perdido a mi en la isla de Senja? Lo primero, apuntar que es un destino recomendable para aquellos viajeros que busquen, ante todo, tranquilidad. Esa es la sensación que se respira en este recóndito lugar, apenas poblado.
Me aseguran que tiene diez mil habitantes pero confieso que me cuesta creer ese dato pues no se ve un alma. Un paraíso para los amantes de disfrutar contemplando una naturaleza única, idílica.

Bosques frondosos rodeados de afiladas montañas, las Okshorman, que mueren en el mar. Lagos e islotes, algunos diminutos, a los que sólo se puede acceder navegando (sirva como referencia que estamos en uno de los archipiélagos más grandes de Noruega, el Bergsøyan, formado por 99 islas).
¡Playas, algunas de arena blanca y bañadas por un mar de colores celeste, turquesa, verdes… digno del más bello Caribe como por ejemplo, la de la isla Færøya, una de las más grandes de la zona! Todo salpicado de cabañas de madera, diminutas, estratégicamente situadas ocultas entre la naturaleza y que destacan por ese color rojo intenso o blanco reluciente.

Los colores de las cabañas en Noruega
Nos cuentan que la elección del color de las cabañas dependía, antaño, del poder adquisitivo de los propietarios. El rojo era, al parecer, más barato pues se conseguía mezclando el óxido de hierro de las minas cercanas con la grasa del bacalao. El blanco sin embargo, más difícil de conseguir y por tanto más caro, estaba reservado a las familias pudientes.

El caso es que a mi me da igual. No me importaría tener una de esas cabañas para mi sola, blanca o roja, el color es lo de menos. Lo importante es que sólo al verlas uno ya respira ese aire limpio, puro con el que recargar energía y tranquilizar el espíritu.

La primera central hidroeléctrica del mundo
Curioso saber que en este lugar perdido del mundo abrió en 1869 la primera central hidroeléctrica del mundo, creada para abastecer de electricidad las minas de nikel que había por la zona. Ahora estas minas que en sus buenos tiempos dieron trabajo a muchos locales ya no funcionan, aunque sí quedan las huellas de aquella actividad.

Tampoco las minas de hierro que durante los años de la II Guerra Mundial producían casi a destajo para el ejército alemán. Sin embargo, siguen activas las minas de grafito, aunque la actividad principal de la zona es la agricultura, la ganadería; ovejas, vacas, cabras… y por supuesto, la pesca.

Sí. Apetece comprar un rebaño e instalarse una temporada en alguno de estos rincones preciosistas, disfrutar del relax algo que los urbanitas -como yo- necesitamos de vez en cuando.
¡LA MEJOR EXPERIENCIA! Dicen que Tromso es uno de los mejores lugares del mundo para verlas. Te propongo contemplar una aurora boreal desde una cabaña tradicional noruega, calentito y disfrutando de una opípata cena. Una experiencia única que puedes reservar desde este mismo enlace.
Las mejores auroras boreales de Noruega
Lejos queda el estrés de las grandes ciudades, los atascos de tráfico, la rutina. Aquí en el norte de Noruega la vida discurre lenta. Y el sol, que en septiembre y octubre asoma sobre las 6 de la mañana y se esconde entre las 18.30 y las 20 horas, marca el ritmo del día a día. Todo cambia a partir de noviembre cuando empieza la época oscura. Esas casi 24 horas de noche se viven entre el 21 de noviembre y el 21 de enero, sólo iluminadas por los reflejos de a nieve. Un contraste con el verano, cuando todo es justo al revés; entre mayo y julio se dan las noches blancas (24 horas de sol).

Resumen, vayas cuando vayas, el espectáculo es distinto pero no por eso menos interesante.
En verano es evidente que todo brilla bajo el sol de media noche. En otoño y primavera es la época de las auroras boreales, un espectáculo natural que recomiendo ver y vivir al menos una vez en la vida. Y si el viaje te coincide en los meses más frío, toca disfrutar de las actividades invernales: paseos en motos de nieve, en trineos tirados por perros, baños en el agua helada con trajes de neopreno, esquí o paseos con raquetas de nieve en los pies…
¡¡BUENA IDEA!! Si te mueres por ver una aurora boreal, en este enlace puedes contratar una ruta para ver auroras boreales en Tromso ¡No dejes de consultarla antes de organizar tu escapada!

Ballenas y pesca de salmón en el mar del norte
Y justo aquí, en la isla de Senja en enero, otra cita única. ¡la contemplación de ballenas!

Sí, has leído bien. Estos mamíferos gigantes llegan hasta estos fiordos atraídas por la cantidad de arenques que en estas fechas se concentran en el mar Ártico. Un manjar para las ballenas jorobadas y orcas y un espectáculo para los viajeros que en estas fechas llenan la isla deseosos de ver de cerca de estos gigantescos que saltan, nadan y ¡aterrorizan!. Cuentan que a veces uno llega a tenerlas tan cerca que incluso se nota su aliento. La verdad es que es un espectáculo.
Dónde dormir en la isla de Senja
En el hotel Hamn I Senja organizan salidas en barco para avistar no sólo ballenas. En pleno invierno, en las islas de los alrededores también pueden verse focas, morsas… todas ellas bañadas por la tenue luz del invierno ártico.

Si te gusta pescar, Senja también es un lugar a tener en cuenta. Cada año son más los pescadores de salmón y bacalao que llegan hasta aquí para disfrutar de esta actividad y vuelven a casa con la “maleta” llena de piezas congeladas (la ley permite pescar y viajar con pescado siempre que no se superen los 15 kilos). En este mismo hotel organizan todo; alquilan las embarcaciones, marca la ruta y tienen cámaras especiales para limpiar y congelar el pescado. Más facilidades, imposible.

Por tanto, en esta recóndita isla de Noruega encontrarás opciones a la carta según el tipo de viajero que seas. En invierno o en verano, siempre hay algo que hacer. ¿Alguna propuesta que añadir?
¿ALGO QUE AÑADIR? ¿Has estado en Noruega? Tu opinión sobre este destino nos interesa mucho. ¿Hay alguna experiencia que quieras compartir, consejo...? No olvides que las opiniones de los demás nos enriquecen a todos. Y nos ayudan a conocer otros puntos de vista, importantes a la hora de organizar un viaje. Por tanto, si tienes algo que aportar sobre el norte de Noruega ¡encantados de leerte!

