Dordoña - Périgord,  Europa,  Francia

Ruta en coche por lo mejor de Dordoña-Périgord, en Francia

Dordoña-Périgord es una de las zonas más visitadas de Francia. En un viaje por esta tierra situada en la región de Nouvelle-Aquitaine salen al paso castillos, pueblos medievales incluidos en la lista de los “más bellos de Francia”, valles pintorescos, viñedos, paisajes fotogénicos, grutas prehistóricas. Todo ello aderezado con una gastronomía de fama mundial con productos deliciosos como la trufa, las setas, el foie… Un experiencia que te abrirá el apetito cultural #ExploreFrance.

Lo primero situarla el mapa de Francia. La zona llamada Dordoña-Périgord está en el suroeste de Francia, en la región de Nouvelle-Aquitaine. A medio camino entre los Pirineos y París, a unos 300 kilómetros al norte de Irún. La ciudad de referencia para ubicarte es Burdeos, donde se encuentra el aeropuerto más cercano si decides llegar en avión y empezar tu ruta en coche desde allí.

Mapa ubicación de  Dordoña-Périgord
Ubicación de Dordoña-Périgord

¿SABÍAS QUÉ?

Dordoña-Périgord está dividida por colores. El Périgord blanco, en los alrededores de Périgueux, debe su nombre a la roca caliza dominante. El negro se ubica entre los valles del Vézère y del Dordoña y es donde se encuentra la mayor concentración de yacimientos prehistóricos y numerosos castillos. El verde ocupa la zona norte, llena de bosques. Y el púrpura es el color de la zona de viñedos que se sitúa en torno a Bergerac.

Río Dordoña
El río Dordoña define el paisaje, © Déclic & Décolle.

Dordoña-Périgord, un territorio privilegiado

Una vez ubicados toca explorar Dordoña-Périgord. Antes de nada señalar que es una zona rica en recursos. Detalle que ya percibieron los antiguos pobladores quienes tuvieron claro que estos valles y colinas eran idóneos para vivir. La prueba está en la cantidad de yacimientos y cuevas prehistóricas que confirman las infinitas posibilidades de un territorio lleno de ríos donde pescar, tierras fértiles donde cultivar. Y cumbres suaves desde donde observar a los enemigos y vivir protegidos.

También nuestros antepasados medievales encontraron aquí buen lugar donde instalarse. Por eso hay tantos castillos ¡cientos! Con razón llaman a Dordoña-Périgord como “la tierra de los 1001 castillos”. Fortalezas que salen al paso en el horizonte casi de manera constante mientras viajas por las tranquilas carreteras. Muchos de estos castillos datan de la Edad Media pero hay también muchos construidos ya por el siglo XVI, cuando los nobles franceses apostaron por las superlativas construcciones defensivas pero también preciosistas. Hay por tanto castillos de todas las épocas.

En la ruta se ven también muchos pueblos encantadores, muchos de ellos incluidos en la lista de “los más bellos de Francia“. Una distinción que se otorga a localidades de menos de 2.000 habitantes que destaquen por su patrimonio y su conservación. En Dordoña-Périgord hay 10 pueblos catalogados y de visita casi obligada: Castelnaud-la-Chapelle; La Roque Gageac; Limeuil; Domme; Beynac-et-Cazenac; Belvès; Monpazier y Saint-Amand-de-Coly. Nouvelle-Aquitaine es la región donde más pueblos bellos se concentran.


Saint Léon sur Vézère, Francia
Saint Léon sur Vézère es uno de los pueblos catalogados como “más bellos de Francia”, © Déclic & Décolle.

Si te he convencido y te apetece un viaje por esta apasionante región de Francia atento a esta ruta con todo lo que no te puedes perder.

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Plano ruta Dordoña Perigord
Plano de los lugares mencionados en este post

Périgueux, la capital de Dordoña-Périgord

Périgueux es la capital de la provincia de Dordoña-Périgord y buen punto de partida para iniciar una ruta en coche por la zona. Es una localidad coqueta y perfecta para un paseo tranquilo por su impecable casco antiguo, conocido como Puy St-Front y ubicado sobre la ladera de una colina.

Calles empedradas y empinadas flanqueadas por casas y palacios centenarios de estilo renacentista.

Échale también un ojo a la catedral Saint-Front, ubicada en el centro del laberinto de callejuelas. Curioso templo de inspiración bizantina que bien podría haberse construido en Estambul. Parada obligada para los peregrinos que hacían en Camino de Santiago. No dejes de contemplar su silueta desde el Pont des Barris.

Quedan también restos de los arcos de un viejo anfiteatro romano que se desmanteló para construir las murallas. Périgueux ofrece una visita a los vestigios Galo-romanos, en el Barrio Vesone. En el Museo Galo-Romano Vesunna se conserva un patrimonio de gran valor.

Panorámica de PérigueuX
Panorámica de Périgueux, © Déclic & Décolle

Paradas recomendables

Dejamos Périgueux y ponemos rumbo a Sarlat pero antes hacemos dos paradas muy recomendables.

La primera en el castillo de Jumilhac con sus peculiares torres con techos puntiagudos que tanto nos recuerdan las construcciones que hacíamos de niños con el juego Exin Castillos. Lo que más hechiza son sus jardines, los cuales se pueden visitar de manera independiente.

Un poco más adelante encontramos un pueblo medieval maravilloso, Saint-Jean-de-Côle, uno de los muchos de Dordoña-Périgord inscritos en la lista de pueblos más bellos de Francia. Tiene de todo: castillo, iglesia, casas medievales perfectamente conservadas, río con puente fotogénico… Quienes busquen rincones instagrameables en Saint- Jean-de-Côle pondrán en apuros la batería del móvil.

Sarlat
Detalle de Sarlat, © Luc Fauret

Sarlat-la-Canéda

Es la capital del llamado Périgord negro. Presume por ser la ciudad europea con más monumentos por kilómetro cuadrado. De noche adquiere una belleza especial iluminada por la luz de candelabros de gas que le dan un aire evocador.

Si puedes no dejes de pasar en Sarlat un sábado, cuando hay un mercado y la localidad se anima. Y puedes comprar delicias gastronómicas kilómetro cero y que varían según la época del año. Por ejemplo, en octubre es el momento de las nueces, castañas y champiñones. Para degustar o comprar el mejor  foie gras hay que ir entre noviembre y marzo. En diciembre empieza la temporada de trufas que acaba en primavera.

Es también el mejor punto de partida para explorar las grutas del Valle del Vézère donde encontrarás numerosos yacimientos prehistóricos.

Detalle de las pinturas de la cueva de Lascaux
Detalle de las pinturas de la cueva de Lascaux

Cuevas de Lascaux, la capilla Sixtina de Francia

Si no tienes mucho tiempo y quieres ver lo más importante sin duda tienes que apuntar la cueva de Lascaux en Montignac en la lista de imprescindibles.

Es una gruta donde podrás contemplar unas pinturas rupestres catalogadas como uno de los tesoros más importantes del mundo, de ahí el apodo de “capilla sixtina de Francia”. Venados, caballos, rinocerontes, bueyes y más de 1.500 animales pintados de colores ocre y rojo repartidos por un laberinto de galerías.

Resulta curioso comprobar que todas las representaciones son de animales, no hay plantas, ni árboles, figuras humanas, lunas, soles. Nada. Sólo algún extraño dibujo geométrico como nota discordante y a la vez enigmática entre tanta fauna.

Joyas con más de 15.000 años de antigüedad, de gran valor y muy protegidas. Para preservarlas, los visitantes pueden visitar las llamadas cuevas de Lascaux IV, Centro internacional de Arte Parietal. Un museo donde se ha hecho una reproducción exacta de las originales sin peligro de deterioro.

Aprovecha tu visita para ver Montignac. Otro pueblo bonito cercano es Saint-Léon-sur-Vézère, situado a unos 10 km al sur de Montignac en un privilegiado rincón a orillas del río Vézère que da nombre a todo este valle.

Vistas del castillo de Beynac
Vistas del castillo de Beynac a orillas del río Dordoña

Castillos y pueblos con encanto en el Valle del Dordoña

A 40 kilómetros de Montignac reina el castillo de Castelnaud, construido entre los siglos XII y XVI a orillas del serpenteante río Dordoña y desde donde se ven las siluetas de otras fortalezas cercanas, entre ellas la de su rival en belleza, el de Beynac.

Un poco más adelante ya asoma la silueta del majestuoso castillo de Beynac, encaramado en un lugar privilegiado sobre otro de los recodos del Dordoña.

Castelnaud y Beynac fueron durante siglos grandes rivales. El primero era leal al rey de Inglaterra, dueño y señor de las tierras situadas en la orilla derecha del río. Mientras que en Beynac eran fieles al rey de Francia que dominaba la otra orilla.

La Roque-Gageac, pueblo más bonito de Francia
La Roque-Gageac también está en la lista de pueblos más bellos,  © Déclic & Décolle

Los meandros del Dordoña

Si sigues el curso del Dordoña pronto asoma, en uno de sus meandros La Roque-Gageac. Una pintoresca aldea con no más de 500 habitantes también incluida en la lista de pueblos más bellos. Llena de casas piedra amarilla construidas sobre un acantilado que impone. A lo largo de su historia los desprendimientos han causado algún que otro desastre.

Puedes contemplar la estampa de La Roque-Gageac desde el río, el cual fue durante muchos años el puerto de la localidad, por donde entraban y salían barcos y gabarras de mercancías. O recorrerlo a pie. En este caso olvídate del coche y prepárate para subir y bajar por el entramado de callejuelas empinadas y excavadas en el acantilado y pero dignas de un cuento. Mientras paseas las estampas hermosas se suceden. Una maceta colorista, un banco con vistas, una fachada digna de la mejor postal… ¡Te va a encantar!

Monpazier, Francia
Monpazier invita a viajar en el tiempo

Monpazier, la bastida mejor conservada del sur oeste de Francia

No solo los castillos eran fortalezas. En esta zona de Francia había también muchas bastidas. Localidades de origen medieval levantadas con fines defensivos entre los siglos XII y XIII. En Francia se conservan muchas, como Monpazier, una de las más famosas y para muchos historiadores la bastida mejor conservada del sur oeste de Francia.

Al pasear por sus calles uno tiene la sensación de volar en el tiempo y aterrizar en la Edad Media. Por supuesto, también está incluida en la ya tantas veces mencionada en este post lista de los pueblos más bellos de Francia.

Vistas de Biron
Panorámica de Biron,  © Déclic & Décolle

Cerca de Monpazier encontramos otro castillo de referencia y lleno de historia, el Castillo de Biron. Llama la atención la mezcla de estilos arquitectónicos del complejo.

El vino de Bergerac

La siguiente parada es Bergerac, la capital vitivinícola, rodeada de más de ¡quince mil hectáreas de viñedos! Con una ruta de los vinos propia muy recomendada para los amantes del enoturismo amigos de saltar de bodega en bodega.

Vistas de Bergerac
Rincón de Bergerac, © Luc Fauret

Bergerac es también muy conocida por rendirle homenaje a Edmon Rostand, el creador de Cyrano de Bergerac (ojo, no nació aquí sino en París). Personaje literario famoso por su erudición y por su desproporcionada nariz. Puedes ver su escultura en la plaza de la Myrpe.

Bergerac es también conocida por la industria tabaquera. En el museo del tabaco puedes hacer un recorrido por la historia de esta planta que tanta riqueza generó en esta zona.

En Bergerac cierro esta ruta por Dordoña-Périgord. Si quieres ver de manera más gráfica y detallada lo interesante que es esta zona, no te pierdas este vídeo. Un destino ideal para hacer una ruta en coche a tu aire y sin prisas, disfrutando de sus leyendas, delicias y paisajes.

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