
Ruta por lo imprescindible de La Habana Vieja
Sigo con ideas para exprimir a tope tu viaje a Cuba. Y hoy voy a centrarme en La Habana Vieja, el barrio más visitado y más fotografiado de la capital y toda la isla. Visita a la cual merece la pena dedicar, como mínimo, una jornada completa. Eso sí, hay que preparar los pies para recorrer el entramado de callejuelas y plazas que presumen por dar forma al conjunto monumental más genuino de toda América. Lleno de patios y mansiones y patios coloniales; coloridos y decadentes. Tras las reformas acometidas en los últimos años, sin duda, uno de los más bellos.

Bienvenidos a La Habana, una de las ciudades más fascinantes de toda América, donde la decadencia convive con la alegría de una gente increíble, sin duda una de las más grandes riquezas de esta isla, compleja y que a nadie deja indiferente.
Cabe destacar que tras dos años de cierre por el Covid, la situación social ha empeorado y La Habana se muestra más decadente que nunca por la falta de afluencia del turismo, una de sus principales fuentes de ingreso. Por suerte, poco a poco todo vuelve a la normalidad. Y La Habana y sus gentes se desperezan con ilusión de un largo letargo y con todas las esperanzas puestas en una nueva etapa en la que esperamos TODO vaya a mejor.
Una vez ubicados empezamos el paseo por La zona más visitada de La Habana.
IMPORTANTE, VIAJA A CUBA SIEMPRE CON SEGURO
Es obligatorio viajar con un seguro a Cuba. Si gestionas el viaje a través de una agencia ya suelen incluirlo, pero si vas por tu cuenta no te olvides de este trámite importante.
Yo siempre viajo con Seguros Iati, mi agencia de confianza y la que recomiendo por su calidad / atención, prestaciones en todo el mundo y precio. Además, si gestionas el seguro a través de este enlace obtendrás un 5% de descuento. Quiero también avisar de que este es un consejo viajero basado en mi experiencia personal positiva con esta agencia, no una propuesta con interés comercial.

Un poco de historia
La Habana es la capital de Cuba. Es el centro económico, comercial, social y cultural del país así como la ciudad más turística de toda la isla. Su fundación data del siglo XVII, cuando la ciudad nació como puerto urbano fortificado protegida en parte por el mar y en parte por una gran muralla de diez metros de ancho.

Dormir en La Habana
En Cuba se suceden los cambios y entre las últimas novedades avisar que Booking ya funciona en la isla. Por tanto ya se pueden reservar alojamiento a través de la web de reservas más utilizada del mundo. Por ejemplo, para dormir en La Habana hay ya un gran listado no sólo de hoteles, también de casas particulares.
Mi consejo es que aunque viajes por tu cuenta y quieras dormir en casas de cubanos, opción muy recomendable sobre todo si quieres viajar por todo el país, reserves al menos la primera noche en un hotel de confianza.

Yo personalmente me alojé en el hotel Parque Central de la cadena Iberostar. Lo recomiendo por muchas razones. La primera por su ubicación frente al Capitolio, a un paso de la calle Obispo, la principal de la Ciudad Vieja. Y a dos minutos de El Floridita, parada obligada para tomar un daiquiri donde los degustaba Hemingway.
Segundo por sus instalaciones. Darte un baño en el jacuzzi de la azotea contemplando el paseo del Prado y el Malecón no tiene precio. Cabe añadir la tranquilidad de alojarte en una cadena española donde todo son facilidades para el viajero.
Habana Vieja: patrimonio de la Unesco
Como os contaba, lo bueno del Iberostar Parque Central es que está en la plaza del Capitolio, la puerta de acceso a la llamada Habana Vieja, zona declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1982.
Fue en esa fecha cuando, conscientes de su tesoro, las autoridades cubanas (con financiación internacional) empezaron a luchar contra el evidente deterioro de esta zona, con siglos de abandono a sus espaldas. Llena de viviendas en estado precario y con una falta de abastecimiento evidente en algunas calles. Se pusieron a trabajar, con el fin de recuperar el aspecto glorioso de su pasado.

Más de 30 años después, los cambios en La Habana Vieja ya son evidentes. Las calles principales del centro histórico ya tienen otra cara bien distinta. El programa de restauración no sólo afectó a edificios sino también a tiendas, restaurantes. Muchos ya brillan de nuevo con el esplendor de antaño. La mano de pintura en algunos rincones ha sido tan tan intensa que no faltan críticos enfadados ante una pérdida de la esencia. El debate está abierto.
Basta una primera mirada para descubrir que a restauración de La Habana Vieja por ahora sólo ha llegado a las calles y plazas más turísticas. En cuanto uno se aparta del itinerario más típico esa Habana deteriorada y decadente asoma de nuevo.

El caso es que con pintura o si ella, estas callejuelas conquistan siempre al viajero. Te invitan a sumergirte en su vida y en su ambiente. Pues a la par que la belleza arquitectónica y el encantador aire añejo, hay que sumar que La Habana Vieja es una ciudad viva, donde todavía residen cientos de familias que observan día a día a los miles de turistas que circulan frente a sus ventanas.
Sirva como dato que en el centro histórico de La Habana residen, aún hoy, unas 70.000 personas y se contabilizan más de 23.000 viviendas. Es por tanto un vergel de gente, turistas y locales, lleno de terrazas, de caras diferentes, de músicos. En cualquier esquina surge de pronto espectáculo espontáneo.

RECOMENDADO – ¡VISITA GUIADA POR LA HABANA VIEJA
Recorre lo mejor de La Habana con un guía de habla hispana, un tour privado que te contará las curiosidades de la capital de Cuba, que son muchas. Y te mostrará rincones escondidos que no siempre se ven en un recorrido normal. Puedes reservar tu plaza des estos enlances, cuanto antes mejor pues es una visita muy demandada. Mejor ser precavidos.
También puedes hacer un freetour por La Habana, también esta modalidad ha llegado a Cuba. Mi consejo es que hagas al menos el que lleva por la Habana Vieja, imprescindible.

Los mercadillos de la Plaza de Armas
La elegante plaza de Armas es la más antigua de la ciudad y también una de las más animadas. Debe su nombre a su origen militar. Era en esta plaza donde se celebraban las ceremonias castrenses allá por los siglos XVI y XVII.

Al lado de la plaza de Armas hay una zona donde todos los días se instala un mercadillo lleno de puestos donde puedes comprar libros y trastos antiguos, bisutería, periódicos (los viejos Grammas, uno de los recuerdos más demandados) y carteles con la Revolución Cubana como protagonista.
Parada obligada para quienes que busquen títulos históricos y descatalogados sobre los últimos 50 años de la historia de Cuba, dominada por el gobierno de Fidel Castro Ruz, fallecido en noviembre del 2016 y quien ostentó el poder en la isla desde enero de 1959, fecha del triunfo de la Revolución, hasta el día de su muerte.
Si te interesa su historia, no dejes de visitar Santiago de Cuba, cuna de la Revolución castrista y donde está enterrado “el Comandante”.

El edificio más representativo de la Plaza de Armas es el Palacio de los Capitanes Generales, sede del Museo de la ciudad. El castillo de la Real Fuerza o la impecable fachada del hotel Santa Isabel son algunas de las fotos obligadas.

La nueva Plaza Vieja de La Habana
Otra de las plazas con encanto de esta parte de la Habana es la gran Plaza Vieja (originaria de 1559). Ahora totalmente rehabilitada y cuyo aspecto sorprende, sobre todo a aquellos, como yo, que habíamos estado antes de la reforma. Aún tengo en mi cabeza la imagen de una plaza bulliciosa llena de coches y muy muy deteriorada. Nada que ver con la impecable imagen actual.

El cambio es espectacular, a mi personalmente fue la zona que más me sorprendió. Ahora es peatonal y sus fachadas porticadas brillan con colores intensos y están llenas de terrazas.

La Catedral de la Habana
También la plaza de la Catedral está impecable, otra de las visitas imprescindibles. La vida en este espacio se concentra alrededor de la elegante seo de San Cristóbal, construida en el siglo XVIII. De estilo barroco cubano y famosa por la asimetría de sus torres, la de la derecha mucho más ancha que la de la izquierda.

Rodeada de majestuosas mansiones antes propiedad de la aristocracia cubana, la catedral y su plaza atrae a turistas y a lugareños que no se resisten a disfrutar de los espectáculos de la plaza y a inmortalizarse en un decorado que les llena de orgullo.

Un mojito en la Bodeguita del Medio
Ha llegado la hora de hacer un alto en el camino para refrescar la garganta. Para ello, nada mejor que una parada en la Bodeguita del Medio, situada al lado de la catedral y todo un clásico gracias a los mojitos que con tanto placer y asiduidad consumió en este mismo lugar el famoso escritor Ernest Hemingway.

Antiguamente, en La Habana, todos los bares y tabernas estaban situados en las esquinas. En cambio, la Bodeguita del Medio, se instaló en el centro de la calle Empedrada, de ahí su nombre.
Se fundó como tienda de víveres en 1942. Pero pronto un emigrante húngaro la transformo en una fonda con los mojitos y la comida criolla como especialidad.



El tiempo ha convertido a esta taberna en una de las más famosas del mundo. Siempre está a rebosar de gente y llena de mensajes que los miles de personas, entre ellos muchos famosos, han pasado por allí han dejado escritos en sus paredes.

Y un daiquiri en el Floridita
Hemingway también era asiduo al Floridita. Cuentan que el novelista se enamoró de La Habana donde residió durante diez años. En ese tiempo fue también cliente asiduo de uno de los bares más famosos de la isla, también llamado “la cuna del daiquri”.
Una escultura en su memoria sigue sentada en la barra del elegante Floridita aunque suele haber tanta gente que a veces resulta difícil fotografiarla.

Y ¿qué tiene de especial este cóctel cubano que deja huella en todo el que lo prueba? Me cuenta el Roly, un camarero que lleva ya más de 40 años trabajando en El Floridita, que el daiquiri es una “bebida de entretiempo”. Se toma a cualquier hora del día. “¿Quieres saber la receta?” me sugiere: “Lleva una cucharada de azúcar blanca, gotas de marraquino, zumo de limón, ron, hielo… se bate todo muy bien, se sirve en copa y se acompaña de pajilla”.
Eso sí, me matiza. Da igual que lo intentes, “como el suave daiquiri del Floridita no hay otro“. Doy fe. El bar está siempre a tope y lo cobran a precio de “oro” pero esta muy bueno. Por cierto, en el Floridita también sirven comidas. ¿Qué tal una langosta?.
¡CÓMO MOVERSE POR LA HABANA!
No te compliques la vida y reserva aquí tus traslados por La Habana y alrededores: al aeropuerto de La Habana, a Varadero o para moverte de una zona de la ciudad a otra.
Un servicio disponible donde lo necesites, siempre en un vehículo privado que te recoge donde quieras y a la hora que haga falta. Más cómodo imposible.

El museo del ron Havana Club
Sin duda, la bodeguita del Medio y el Floridita son visitas indiscutibles para los amantes del ron. Pero la bebida más típica de Cuba también tiene su propio museo, situado aquí mismo, en la Habana Vieja. Es el “museo Havana Club”, donde el visitante se adentra en la historia del ron representada a través de una curiosa maqueta.
Y en las distintas fases de la elaboración de esta bebida, desde la recogida de la caña de azúcar hasta su destilación, conservación y envejecimiento en toneles de roble blanco americano. Por supuesto, el museo también dispone de un bar donde degustar un delicioso ron añejo.
Uno no se puede ir de Cuba sin probar el ron, con sus aromas a vainilla, a caramelo, al dulce típico de la caña de azúcar. Lo mejor es hacer una degustación primaria con la nariz para apreciar el olor, y luego saborear la bebida ya con el paladar.
Primero un trago corto donde se aprecian esos suaves matices… y después dicen que hay que dejarlo caer suavemente, para rematar la experiencia con trago más largo.

Paseo por la calle Obispo
Tras este largo trago de ron, el cuerpo está listo para seguir ese recorrido por la Habana Vieja. Nos vamos ahora rumbo a la calle Obispo, una de las calles más populares y concurridas de este laberinto.
Arranca en la Plaza de Armas y se llama así pues antaño, el obispo de la habana residía en un edificio situado en la esquina con la calle de Los Oficios, otra de las que recomiendo recorrer.

Entre los muchos comercios que pueblan la calle, entre ellos muchas tiendas para turistas las cuales han crecido como setas, merece la pena visitar la farmacia Tachequel, uno de los establecimientos más antiguos de la ciudad, donde se conservan los frascos de loza de los siglos XVII y XVIII y aún venden cosméticos elaborados en Cuba.

La calle Obispo finaliza ya caso en la plaza del Capitolio, donde empecé esta ruta. Y donde comienza otra zona de La Habana, el llamado barrio del Prado y Habana Centro.

Si a estas alturas de la caminata estáis cansados, la plaza del Capitolio es el mejor sitio para coger un medio de transporte. Un coco-taxi, por ejemplo, curioso vehículo con forma de huevo amarillo que circula por toda la ciudad.

O mejor aún, alquilar un coche antiguo descapotable y de color chillón con el que recorrer la ciudad. Opción muy recomendable para aquellos que quieran ver La Habana sin cansarse mucho, especialmente para quienes no gusten de caminar bajo los abrasantes 30 grados, la temperatura media de la ciudad de La Habana. Un calor sofocante al que hay que sumar un 80 por ciento de humedad.
Eso sí, antes de contratar cualquier vehículo regatea todo lo que puedas. Tranquilo, nunca de lo van a dejar por un precio que no les interese a los conductores. Y calcula la obligada y siempre muy agradecida propina final. Calcula que el precio medio ronda los 30 pesos una hora, eso fue lo que nos costó a nosotros.
LA MONEDA EN CUBA
Desde hace meses en Cuba ya solo funciona una moneda, el peso cubano para todos. El Covid acabó con los ya desaparecidos CUPs, la moneda para turistas, la cual ha dejado de circular.
Actualmente todos, cubanos y turistas, usan pesos. Lo que ocurre es que el cambio oficial en euros (moneda más querida que el dólar americano) es de aproximadamente 28 pesos cubanos. Y en el mercado negro puedes llegar a cambiar un euro por entre 70 y 85 pesos. Tenlo en cuenta.
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¡Bienvenidos a Cuba! este viaje no ha hecho más que empezar. Sigue leyendo si quieres conocer otras zonas de La Habana como El Vedado y el Malecón. U otros destinos dentro de la isla.
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5 Comments
laviajeraempedernida
Gracias por las puntualizaciones. La mirada de un experto es siempre la mejor ayuda.
Carlos
Algunas precisiones:
La foto mostrada del museo del ron no es correcta, el museo se encuentra en la Avenida del Puerto y la mostrada es la “piña de Plata” en Obispo y Bernaza. Lo mismo ocurre con la foto de la farmacia, la mostrada es la farmacia Johnson, en la Calle Obispo y Aguiar, mientras que la farmacia Taquechel se encuentra en Calle Obispo entre Mercaderes y San Ignacio.
La plaza del Capitolio no existe, así como el barrio del Prado tampoco existe, a continuación de la Habana Vieja lo que viene es Centro Habana.
Alejo Carpentier dijo que la Habana era la ciudad de las columnas, pero jamás dijo que era la ciudad de los palacios. …y para finalizar, Hemingway jámas bebió (ni agua) en la Bodeguita del Medio, su lugar era el Floridita. La frase atribuida a él de: Mi daiquirí en el floridita y mi mojito en la bodeguita es totalmente falsa, no pasa de ser un ardid comercial como tantos otros en Cuba y fuera de ella utilizan a Hemingway
laviajeraempedernida
El los próximos días publicaré mucho sobre Cuba, y mucha información practica que te ayudará a organizar el viaje. Sigue atento el blog las próximas semanas. Un saludo
alberto
¿Habrá alguna vez democracia en Cuba?
Antonia Morales
Me gustaria seguir teniendo informacion de Cuba Ya que voy en junio 15 dias por libre y tambien casas para alojarse