
Ruta por la costa de Connemara, la Irlanda más auténtica
Esta semana se celebra San Patricio (el 17 de marzo), el patrón de Irlanda. Buena excusa para hacer un recorrido por Connemara, una de las zonas más bellas y desconocidas de la llamada “isla Esmeralda”. Durante mucho tiempo fue también una de las áreas más pobres, aislada e inhóspita. Un destino de “belleza salvaje” según palabras del famoso escritor irlandés Oscar Wilde.
¡Bienvenidos a Irlanda! Nos vamos a recorrer una región cargada de magia: Connemara. Tierra embravecida donde el mar y el viento golpean con fuerza dando forma a un paisaje glorioso y legendario. “Territorio salvaje“, como lo calificó Wilde.
Plano de la ruta por Connemara
Lo primero situar la zona en el mapa. Connemara se ubica en el oeste de Irlanda y al oeste del condado de Galway. Tiene muchos puntos de interés, algunos de los cuales enumero a continuación para que puedas hacer una ruta por tu cuenta con salida desde Dublín.

Su clima, su situación geográfica y su abrupta orografía contribuyeron a un aislamiento que, curiosamente, favoreció la conservación de muchas costumbres ancestrales de origen celta. Por eso se dice también que en Connemara reina la Irlanda más auténtica. Hablan una lengua propia (el irlandés); tienen una música autóctona y hasta una gastronomía diferente con los productos de mar siempre como protagonistas.

La mejor manera de recorrer la región de Connemara es en coche. Sin prisa y con libertad para poder exprimir los lugares más interesantes.
Como referencia apuntar que se tarda unas seis horas por carretera desde Dublín hasta Clifden, la localidad donde recomiendo hacer la primera parada y fonda. Un viaje largo pero tranquilo, en el que surgen de pronto panorámicas que obligan a hacer un descanso.

SAN PATRICIO Y LA SEMANA VERDE
San Patricio es el patrón de Irlanda, una isla que siempre se asocia con los tonos verdes. Por eso desde hace ya diez años, los 17 de marzo, muchos monumentos en todo el mundo se iluminan con ese color en un homenaje a la isla.


Clifden, la capital de Connemara
Llegamos a la pequeña localidad de Clifden, considerada la capital de la región de Connemara. Protegida por unas colinas verdes que dan forma a una bahía llena de encanto.
Es un pueblo tranquilo en invierno pero bullicioso en época estival. Durante el año tiene solo aproximadamente 1.500 habitantes, pero presume por tener todos los servicios necesarios para satisfacer a los visitantes: hoteles, restaurantes, auténticos pubs irlandeses y tiendas pequeñas.

Da gusto pasear por sus calles llenas de casas de colores donde huele a salitre. Y contemplar la vista de la bahía. Clifden es también el punto de partida de la “ruta costera del Atlántico” considerada, por los propios irlandeses, como uno de los recorridos atlánticos más espectaculares de la isla.
DÓNDE DORMIR EN CLIFDEN
Si te animas a visitar esta zona y buscas un punto desde donde moverte puedes alojarte en el Abbeyglen Castle Hotel. Una castillo construido allá por el año 1832 y rehabilitado para el máximo confort de sus huéspedes, con las maderas nobles como protagonistas, telas y muebles antiguos que recrean un ambiente cálido y elegante.

El monstruo de Omey island
Siguiente parada Omey Islad. Para llegar ponemos rumbo a Claddaghduff donde hay que desviarse. Y donde recomiendo hacer acopio de bebida y comida pues una vez en Omey Island no hay nada. Sólo kilómetros y kilómetros de arena y de agua salada.

Tras cruzar la pasarela que lleva a la isla choca ver señales de tráfico en medio de la arena. Eso es por que si la marea está baja la playa se convierte en una especie de “carretera” por donde los coches pueden circular. ¡Ojo! Con marea alta el mar puede cubrir hasta a un camión.

Se puede acampar en Omey, eso sí, por libre pues no hay campings ni nada parecido. Si tienes suerte (mejor dicho, mala suerte) quizá te encuentres con Dobhar-chú. Un monstruo gigante de la mitología irlandesa que dicen tiene cabeza de perro, cuerpo de pez y patas de pato y que, al parecer, habita en las aguas de esta isla.
Yo desde luego, preferiría no encontrármelo pues, dicen, es horrible, agresivo y muy peligroso. Si por desgracia te lo cruzas, reza para que alguna de las fairies (hadas) que aquí por aquí deambulan llegue en tu auxilio. Concéntrate pues si no te escuchan, o estás perdido.
Si el monstruo no estropea tu estancia, podrás disfrutar de uno de los parajes más enigmáticos de la ruta.

Cleggan y la isla de Inishbofin
De isla en isla. Aunque para arribar a la siguiente ya no dependemos de la marea sino de un ferry. Por eso nos dirigimos a Cleggan. Pequeña localidad pesquera cuyo interés radica en que es el puerto de donde parten los barcos que llevan a la bellísima y solitaria isla de Inishbofin, a donde recomiendo hacer una excursión.
Inishbofin es una isla peculiar, casi un secreto hasta para los propios irlandeses. Un pequeño paraíso, una Irlanda en miniatura llena de rutas de senderismo que cruzan por acantilados de vértigo, habitada por ovejas que pastan felices en los campos. Donde a veces tienes la sensación de ser el primer ser humano que pasa por allí.
Escenario de naufragios y tragedias, poblada por seres mágicos que conviven con los no más de 160 habitantes de la isla. No te la puedes perder. Puedes quedarte a dormir (hay hoteles) o regresar tras pasar el día.

Subida a la cima del Diamond Hill
Si te gusta disfrutar de la naturaleza, sin duda estás en tu destino soñado. Clifden es también la puerta a uno de los parques naturales más icónicos de Irlanda: el Connemara Natural Park, donde reina altiva la colina del Diamante; la llamada Diamond hill. Conquistar su techo es un reto para las piernas y un regalo para la vista. Desde su cima podrás contemplar las más hermosas panorámicas de la zona.

Esta colina famosa pues Irlanda es un país poco montañoso. Aunque sólo Diamond Hill tiene 442 metros de altura, es una de las cumbres más elevadas de la isla, sólo superada por su vecina, la cordillera de los doce picos, “Twelve Bens” con unos 700 metros de altitud.
Por tanto, no olvides guardar los zapatos de montaña en la maleta y ¡anímate! a tocar el cielo de la Diamond hill. La ruta es dura, subir lleva unas dos horas más o menos. Pero relativamente sencilla pues la senda está muy bien marcada con pasarelas de madera y piedras colocadas como si fuesen peldaños para que la pisada sea más cómoda. Pero importante, no olvides que es una montaña y por tanto hay que ser siempre precavidos.

Mientras subes, verás un paisaje de tundra dominado por brezo, musgos, arbustos y ¡cabras! a las que recomiendo no molestes pues son salvajes. Sirva como referencia que en mi teléfono contabilizó la subida en ¡13.000 pasos y 90 pisos!.

DÓNDE DORMIR CERCA DE LA DIAMOND HILL
Si la caminata te ha dejado agotado y quieres descansar en un hotel cercano te recomiendo alojarte en el Rosleague Manor Hotel. Una romántica mansión del siglo XIX encantadora oculta en medio de un bosque donde te sentirás feliz.
Rosleague hotel está en Letterfrack
La romántica historia de Kylemore Abbey
La naturaleza que nos rodea es tan bella que es fácil entender que algunas personas quedaron hechizadas con este entorno.
Eso fue lo que les pasó a los moradores de la elegante mansión de Kylemore Abbey, uno de mis rincones favoritos de toda Irlanda, no sólo por su belleza sino también por la triste historia que cobija.

La construyó el financiero Mitchel Henry en 1871 como regalo para su esposa, Margaret Vaughan la cual había quedado prendada con la belleza de Connemara durante su luna de miel.
Una casa a la altura de su amada: una mansión con forma de castillo y jardines victorianos alrededor de un lago idílico. En el interior, 33 dormitorios (para sus nueve hijos), salones de baile, biblioteca, salones de té… Un sueño hecho realidad.

Pero la desgracia acechaba. Margaret sólo vivió 4 años en su mansión pues murió repentinamente por unas fiebres durante un viaje e Egipto a los 45 años. Desconsolado su marido construyó para ella una capilla – mausoleo al lado de la mansión donde habían vivido felices.
Un lugar elegante, digno de una gran dama donde las gárgolas son ángeles que sonríen, las paredes están llenas de flores esculpidas y pájaros cuyos trinos casi se pueden escuchar. Con un espacio para el propio Mitchel que quiso ser enterrado al lado de su esposa. Allí yacen juntos desde su muerte, acontecida en 1910.

Actualmente se puede visitar el jardín, la abadía donde descansa la pareja y una parte de la vivienda. El resto está ocupado por unas religiosas. Se cuenta que algunos años, en Navidad, se ha visto al fantasma de Margaret deambular por la casa. ¿Y si te la encuentras?
Kylemore abbey abre todos los días de 10 a 17 horas. Es una visita que merece mucho la pena.

El fiordo de Killary
Seguimos la ruta rumbo norte y toca hacer otra parada con la naturaleza como protagonista. Sí, no son patrimonio noruego. En Irlanda también hay fiordos, bueno mejor lo digo en sin singular pues sólo hay uno, el fiordo de de #Killary.
Da gusto contemplar ese juego de alturas y el paisaje que se forma con la entrada de mar en la tierra. Lo más bonito quizá sea el contraste de colores; verdes, ocres, tonos intensos de las flores y árboles retorcidos postrados por la fuerza de un viento que por aquí siempre sopla enfurecido. Uno de los rincones más fotogénicos de la ruta.

Si tienes tiempo, acércate a las cascadas de Aasleagh. Están muy cerca de una aldea llamada Leenane y para llegar al salto de agua hay que caminar más o menos una hora, pero merece la pena. Sorprende ver a los pescadores de truchas y salmones en plena actividad.
También anota la playa de Glassilaun, famosa por sus espectaculares aguas turquesas.
Todo este paisaje es también cinematográfico. Fue aquí donde el director británico Ridley Scott rodó Tristan e Isolda (2006). Por si te resulta familiar.
Si buscas un hotel sostenible, ecológico y donde la naturaleza sea la protagonista puedes alojarte en el Delphi Adventure Resort, más bien un centro de aventuras situado en un entorno idlílico. Apuesta segura.
El puerto de Roonagh y Clare Island
Así, poco a poco llegamos a Roonagh de donde parte otro ferry que nos lleva a otra de esas islas solitarias llenas de leyendas: Clare Island. Otro de esos rincones casi casi desconocidos para el común de los mortales y recomendable especialmente para espíritus aventureros.

Tiene un faro donde se puede dormir que es un lugar único en el mundo. Y en sus tierras reina aún el espíritu de Grace Grace O’Malley (conocida por ser la “reina del mar de Connaught“). Una mujer temida, valiente, inteligente y de armas tomar, una leyenda en todos los sentidos.
En la isla de Clare despido este post y un recorrido que creo os va a enamorar, especialmente a los amantes de los viajes tranquilos, de los destinos poco masificados y de los rincones maravillosos.
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4 Comments
laviajeraempedernida
Hola, la subida al Diamond Hill es pendiente pero sencilla. Pero no me atrevo a decirte si se peude hacer con un bebé en la mochila. Depende de tu estado de forma. Y del tiempo que haya ese día.
Con respecto al fiordo si hay rutas de senderismo: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/r3069-el-fiordo-killary-17803854
Calcula una mañana para verlo todo con tranquilidad
No dejes de visitar las islas cercanas, en estos enlaces más información
https://www.laviajeraempedernida.com/la-isla-de-inishbofin-irlanda-senderismo-y-leyendas-para-solitarios/
https://www.laviajeraempedernida.com/dormir-en-un-faro-hotel-en-la-isla-de-clare-irlanda-cuna-de-la-pirata-grace-omalley/
Marga
Hola! He visto tu blog preparando mi viaje a Irlanda, nos vamos una semana y queremos visitar Dublin y Connemara.
Viajamos con un niño de 2 años que llevaremos en mochila para los paseos largos.
Crees que hacer la subida al Diamod’s hill con un niño en mochila es posible?
Cuanto tiempo dedicar para ver el fiordo y las cascadas? Los dos estan en nuestra lista de cosas que hacer. Hay sendero para hacer senderismo por el fiordo?
Muchas graciads!
laviajeraempedernida
Hola
Depende lo que quieras dedicar a cada lugar, pero yo calculo que para hacerla bien mínimo 5 / 6 días contando el viaje desde Dublín.
Un saludo y anímate
Noa
En cuantos días se podría hacer esta ruta?