
Ruta por las mejores bodegas de las Rías Baixas en el Salnés, Pontevedra
Al pensar en Galicia se vienen a la cabeza muchas imágenes: marisco, playas kilométricas, paisajes de verde intenso, meigas, cruceiros, peregrinos… y ¡vino! ¿Te has tomado alguna vez un Rías Baixas, afrutado y delicioso? Si la respuesta es sí, te propongo dar un paso más. ¿Qué tal un viaje para disfrutarlo en las bodegas donde se elabora? Es la propuesta que nos hacen desde la Ruta del Vino Rías Baixas. Un recorrido por la Denominación de Origen en la que se agrupan los vinos más famosos de Galicia.

Bienvenidos a las Rías Baixas, donde se agrupan las zonas productoras de albariño con Denominación de Origen. La variedad más famosa de Galicia, por varias razones. Primero por su indiscutible calidad. Segundo por sus peculiaridades: uva autóctona de esta tierra: ácida y rica en matices; fresca, afrutada, aromática… Y tercero por su historia. Hay que viajar muy lejos en el tiempo para encontrar el origen de la tradición vitivinícola en la provincia de Pontevedra.
Origen de la variedad y de la D.O. Rías Baixas
Cuentan las leyendas que la uva albariño llegó a Pontevedra allá por el siglo XII, de la mano de unos monjes del Cister. Orden francesa encargada de velar por el orden de los caminos de Santiago. Poco a poco las viñas fueron sembrando los campos en distintas zonas y nació así la producción de los primeros vinos.
Una vez situados en la historia respondo a la pregunta que todos los que visitan esta zona interesados por el mundo del vino se hacen ¿Por qué las viñas son tan altas?
RÍAS BAIXAS, LA D.O. CON MÁS BODEGAS DE GALICIA
Rías Baixas es una de las cinco Denominaciones de Origen de Galicia (D.O). La más importante en cuanto a producción, extensión, número de bodegas y marcas.
Se divide en cinco subzonas con características comunes que son: Condado do Tea, O Rosal, Soutomaior, Val do Salnés, en Pontevedra, Ribeira do Ulla, en A Coruña. Entre todas suman unas 4.000 hectáreas de viñedos y más de 180 bodegas que producen más 400 tipos de vino distintos y superan los 16 millones de litros anuales.
La D.O. Rías Baixas , creada en 1988, es la tercera más antigua de Galicia. La pionera es la D.O. Ribeiro, creada en 1932 pero más pequeña en producción con sólo 170 bodegas adscritas. La siguiente es Valdeorras (1945). Y de ahí ya saltamos a Monterrei (1994) seguida de Ribeira Sacra (1996).

Las curiosas viñas en emparrado de las Rías Baixas
Sí, es una de las muchas peculiaridades de la zona, el cultivo en emparrado. Sistema en el que los racimos crecen sobre columnas de granito que se elevan hasta dos metros por encima del suelo. ¿Por qué? Por varias razones.
La primera y más evidente era para aislar las uvas de la humedad del suelo.
La segunda era por la pobreza de las gentes y por las pequeñas dimensiones de las propiedades. No olvidemos que Galicia es tierra dominada por el minifundio, lo que choca frente a los océanos de viñas que encontramos en otras zonas productoras como La Rioja y Ribera del Duero.
Con este sistema los propietarios de los viñedos podían aprovechar el suelo bajo las viñas para otros cultivos: patatas, grelos… Y tercero, por que así la uva está siempre ventilada y más protegida, lo cual favorece su calidad.

Este sistema de cultivo no permite el trabajo de máquinas, por eso la vendimia en los viñedos de la D.O Rías Baixas es siempre manual. Y se vendimia de pie, detalle que también sorprende a los visitantes. Uva a uva. Es otro de los secretos de la calidad de los vinos, sólo elaborados con las mejores uvas de las mejores viñas.
DATOS DE LA VENDIMIA EN 2021
En la campaña de vendimia de 2021 han participado 179 bodegas elaboradoras de vino bajo la D.O. Rías Baixas. Un total de 5.046 viticultores que recogerán la uva en las 4.187 hectáreas de superficie productiva. Todo apunta que la cosecha va a ser excelente.
Ya sabemos muchas cosas. Ahora ha llegado el momento de ponerse al volante y salir en busca de bodegas donde se produzca vino con la D.O. Rías Baixas. Y que estén abiertas al público. Por suerte hay muchas, cada vez más. Con ese fin nace la ruta del vino Rías Baixas, para facilitar al viajero el acceso a bodegas que son un espectáculo en todos los sentidos.
Recorremos a continuación algunas de las más singulares, pero ¡ojo! faltan muchas. En la ruta hay más de 50 bodegas dispuestas a recibir visitas. En la web de la ruta podéis encontrar información de todas ellas, yo en este post me limito a contar mi experiencia en las que he tenido la suerte de visitar.

Pazo Baión, el Falcon Crest gallego
Nos centramos en la subzona del Valle del Salnés donde se agrupan algunas de las bodegas más interesantes. Por ejemplo, Pazo Baión, quizá una de las más monumentales. Y esa es otra de las características de esta ruta, muchas de las bodegas visitables están en pazos y palacios que imponen por su aspecto, por su pasado, por su esencia y excelencia. No son sólo bodegas, son una muestra viva de la riqueza de Galicia en todos los sentidos.
Pazo Baión es también una excepción pues es una de las pocas bodegas de albariño Rías Baixas que puede permitirse el lujo de elaborar vino sólo con la uva de sus plantaciones. Si Ángela Chaning hubiese vivido en Galicia este sería su reino, con 280 hectáreas de viñedos dedicados al cultivo de la uva para ella sola. (Perdón a quienes no sepan quién es este personaje, la malvada protagonista de la serie Falcon Crest, uno de los grandes éxitos televisivos de los años 80).
Al contemplarlo salta la primera pregunta. ¿Quién tiene la suerte de poseer tan hermoso lugar? Su historia es larga. Ha pasado por muchos dueños, algunos más famosos que otros: nobles como los Figueroa, los Sarmiento, o el señor don Adolfo Fojo, un indiano que hizo gran fortuna en Argentina y que fue quien confirió al pazo parte de su aspecto actual al adquirirlo a principios del siglo XX y lo mantuvo hasta los años 70. Posteriormente el pazo pasó por varias manos, entre ellas el narcotraficante polémico Laureano Oubiña quien le dio fama pero no esplendor.

Actualmente el pazo pertenece al grupo bodeguero también del Salnés Condes de Albarei. Y adquirieron todo el complejo con esa función, producir un vino tan excelente como el marco que le rodea. Eso sí. No sin antes hacer una gran inversión para lavar la cara a toda la propiedad y adaptarla a las necesidades del momento. La reforma es obra del arquitecto César Portela.
Mi visita a Pazo Baión coincidió con la vendimia. Ver este imponente lugar en plena actividad es un privilegio que por suerte está al alcance de todos. Las puertas de Pazo Baión puertas están abiertas para visitas, catas… y para todos aquellos que quieran disfrutar contemplando cinco siglos de la historia de Galicia en un vistazo.
Si tienes suerte quizá te hagan la cata en el palomar, uno de los rincones más curiosos de todo este complejo. Una construcción circular creada para dar cobijo a las palomas, costumbre muy típica en los años de creación de estos grandes pazos. Ya lo dice el refrán: “Capilla, palomar y ciprés, pazo es”. En Baión esto se cumple a rajatabla. Pazo es sin duda alguna. Y digno de visita. Te guste o no el vino.

Granbazán, paseos entre viñedos
Saltamos ahora a otra bodega con solera, Granbazán. ¿Qué te apetece? ¿Un paseo entre viñedos al atardecer? ¿Una cata con degustación de productos locales? ¿Un vino – vermouth con música en directo? O quizá sólo disfrutar de su fantástico restaurante y aprovechar la comida para degustar algunos de sus vinos.
Yo tuve la suerte de disfrutar el paseo entre viñedos en plena vendimia y probar las uvas directamente de la vid. Fue así como descubrí que la variedad albariño es muy pequeña, tiene la piel gruesa y dos o tres pepitas. Es justo en las semillas donde se esconden los valiosos antioxidantes y taninos que hacen que el vino sea tan saludable y retrasan el envejecimiento.
Estas son sólo algunas de las experiencias que ofrece esta bodega rodeada de viñas que crecen con las caricias del Atlántico, casi casi a orillas del mar. Sirva como referencia su ubicación a sólo tres kilómetros de Cambados. Y las que se avecinan pues su apuesta por el enoturismo es clara. Son muchos los proyectos que tienen ya en marcha y que seguro van a suponer un cambio en la forma de vivir los viajes en torno al vino.
Todo esto en un entorno que bien recuerda a un chateau francés. O una de esas grandes casas de indianos que vemos en Asturias y Cantabria. Un edificio singular con un característico color azul con unos azulejos que decoran la monumental fachada envolviendo todo en una atmósfera señorial con los viñedos como protagonistas.
El sueño hecho realidad del creador de todo esto; Manuel Otero. Un conservero local que destacó por ser de los primeros empresarios en lanzarse a producir vino albariño allá por los años 80 en sus 14 hectáreas de viñedos.
Hoy la bodega pertenece al empresario murciano Pedro Martínez Hernández, también propietario de las riojanas Bodegas Baigorri. Con él ha llegado a Granbazán un gran equipo de profesionales apasionados por el vino y por las experiencias que se pueden vivir a su alrededor. El resultado merece un aplauso.
Martín Códax, albariño Rías Baixas frente al mar

Si hay una bodega donde, literalmente, degustar vinos mirando al mar esa es Martín Códax, ejemplo de modernidad frente a la solera de las anteriores. Su apuesta por el diseño es grande y hasta la tienda recién restaurada nos advierte de que hemos entrado en otro mundo.
Qué gusto da sentarse en esa terraza a disfrutar del paisaje de la ría de Arousa, con las bateas, con la silueta de la isla de Sálvora como compañera de las catas. El plan perfecto tras hacer la visita a la bodega donde el amante del vino verá cómo se elabora el vino de Martín Códax, nombre por cierto en homenaje a un legendario trovador gallego que repartía alegría por estas tierras contando curiosidades. Eso mismo es lo que pretenden los vinos de Martín Códax, contar una historia.
Para conseguir esos sabores que les caracterizan hay un gran proceso técnico detrás que empieza por la vendimia, en septiembre, sin duda la mejor fecha para un viaje por el mundo del vino. Pero si no tienes suerte y haces la ruta en cualquier otra época del año, no te preocupes. También entenderás perfectamente cuánto trabajo hay detrás de cada copa.
Pero en todas las épocas del año podrás visitar una bodega viva, donde siempre hay actividad. En el recorrido por sus instalaciones te contarán que hay vinos con dos fermentaciones, la primera natural, la que tienen todos. Y la segunda manoláctica que sólo se aplica a algunos vinos.
Descubrirás que hay vinos más sencillos y otros más completos, más redondos que pasan una crianza con lías, sedimentos que quedan tras la fermentación y que aportan cuerpo si se dejan conviviendo un tiempo con el vino. También verás que hay vinos que se elaboran en grandes tinas de acero inoxidable y otros en barricas de madera que impregnan con su olor toda la bodega.

Aquí al igual que en otras bodegas de la D.O Rías Baixas te romperán tópicos como ese que dice que el albariño Rías Baixas es para acompañar el pescado o al marisco. No. Ya se hacen albariños con cuerpo para maridar con carnes sin problema. Otro mito que se cae es ese que dice que el albariño Rías Baixas es un vino del año.
Tampoco. Cada vez vemos más albariños crianza y hasta reservas. Las catas verticales demuestran que esta variedad en botella envejece muy bien.
Tras la lección de vinos ¿qué tal una cata? ¿De vinos? O de uvas… experiencia que tuve la suerte de vivir durante mi visita a Martín Códax, donde por cierto, me la dieron con queso. Es decir, me demostraron que con el queso baja la acidez de vino y cambia la percepción del sabor… Pero no para mal como se pensaba antaño. Hay quesos que también potencian el sabor del vino y viceversa… Y que queréis que os diga, para mi la unión queso gallego y vino es una delicia digna de los dioses.

Cambados, belleza y bodegas con solera
Cierro esta visita por algunas de las bodegas del valle del Salnés en Cambados, capital del Albariño. Uno de los pueblos más bonitos de Galicia. A donde hay que ir, sí o sí, te guste o no el vino.
Caminar por Cambados es una delicia. Casas de piedra muy bien conservadas, callejuelas encantadoras, casas blasonadas y plazas que denotan la fuerza de la nobleza local como la de Fefiñanes, donde encontramos el palacio del mismo nombre que, por cierto, acoge dos bodega: Palacio de Fefiñanes y Bodega Gil Armada.
Si viajamos en busca de los orígenes del imponente edificio debemos volar al año 1583 cuando el primer conde de Fefiñanes ordenó restaurar el palacio sobre una vieja construcción creada pocos años antes por don Juan de Sarmiento, consejero personal de Felipe II. Así se crea la estampa de este monumento que ha llegado casi intacto a nuestros días.
Pero si te gusta el vino debes saber que aunque en los jardines del palacio hay documentados viñedos desde sus inicios, la bodega de Palacio de Fefiñanes no se abrió hasta el año 1904. Y que la marca con sus etiquetas no se empieza a vender hasta 1928, fecha de su registro. Bodega Gil Armada por su parte también elabora licores en sus viejos alambiques de cobre y orujos con los restos de las uvas.
Tanto la parte de las bodegas como la zona residencial del palacio se puede visitar. Al entrar sorprende ver que esconde viñedos centenarios, patios y hasta un bosque. Es increíble pensar que este vergel está en medio de Cambados. No dejes de hacer la cata, buena oportunidad de degustar vinos de solera en la cuna de la producción del Albariño Rías Baixas, donde empezó parte de esta historia.

Cierro mi recorrido por las bodegas del Salnés siguiendo la Ruta del Vino Rías Baixas en esta plaza declarada conjunto arquitectónico declarado. Si Cambados os gusta tanto que decidís montar aquí el campamento base os recomiendo dormir en el Parador. Otro palacio reconvertido en hotel donde late la esencia de toda la belleza que le rodea.
¿Has visitado alguna de estas bodegas? ¿Conoces alguna otra que debería estar en esta lista? En posts posteriores continuaré la ruta con nuevas experiencias en torno al vino albariño Rías Baixas. Pero vuestros consejos pueden ser de utilidad para mi y para otros viajeros. Deseando leer vuestras impresiones haciendo enoturismo por esta tierra.

