
Qué ver en Tarragona y alrededores, de ruta por la Costa Daurada
La llaman Costa Daurada (dorada) por el color de la fina arena de sus playas. Y por la luz que adquiere tonos ocres, rojos y amarillos al amanecer, con el sol en el horizonte. Y al atardecer. Contemplar este fenómeno frente al mar es una experiencia que recomiendo, especialmente en verano y otoño cuando la intensidad de los rayos incrementa la riqueza de la gama. Las opciones son muchas. A lo largo de 90 kilómetros de litoral no sólo encontramos pueblos encantadores, calas salvajes y playas kilométricas. También curiosidades y leyendas que ayudan a entender la magia de la luz que baña este rincón de la provincia de Tarragona.

¡Bienvenidos a la costa Daurada! “Un destino hospitalario. Con un clima admirablemente dulce, como el de una eterna primavera“. Con estas palabras describió esta tierra el poeta romano Lucio Anneo Floro en el siglo II adC. Más de 2000 años después sus frases mantienen la misma vigencia.
¿Qué zona comprende la costa Daurada?
Empezamos situándonos en el mapa. La Costa Daurada, en la provincia de Tarragona, abarca el tramo de litoral que se ubica entre L’Hospitalet de l’Infant al sur y Cunit ya al norte.
Aproximadamente 90 kilómetros de litoral donde el mediterráneo se retuerce dando forma a calas, extensos arenales, acantilados y parajes de gran belleza natural donde la luz baila al sol del viento creando el fenómeno que le da nombre; tonos dorados rojizos y amarillentos que se potencian al amanecer y al anochecer.

Voy a centrarme en este primer post en el tramo norte. En los aproximadamente 60 kilómetros de costa comprendidos entre Tarragona y Creixell, donde bajo mi punto de vista se esconden algunos de los rincones más salvajes e interesantes de esta zona de Tarragona.

¿CÓMO LLEGAR A TARRAGONA? La costa Daurada y Tarragona están a sólo 82 kilómetros del aeropuerto del Prat de Barcelona, a pocos minutos del aeropuerto de Reus. Si prefieres llegar en tren, debes saber que a unos 11 kilómetros, en Perafort-La Secuita hay una estación de AVE. El viaje directo desde Madrid se hace en sólo dos horas y media. Si viajas en coche, ten en cuenta que por la Costa Daurada pasan las autopistas AP-7 y la AP-2.
Tarraco, punto estratégico para los romanos
Tiene sentido que en tan bello rincón surgiesen pronto poblaciones de comunidades que se instalaron aquí por la seguridad y calidad de vida de este litoral adorado por el tranquilo y cálido mediterráneo.
Los romanos por ejemplo quienes aparte de valorar la riqueza y la fertilidad de tan buenas tierras también entendieron su poder estratégico. Por eso decidieron ubicar en la actual Tarragona su capital a la que llamaron Tarraco. Donde hacemos la primera parada en este viaje en busca de las curiosidades de la costa Daurada.
Situada a estratégicamente a sólo cuatro horas de navegación desde la capital, Roma, Tarraco tenía todos los ingredientes para convertirse en un lugar especial para el poderoso imperio Romano. Su importancia fue tanta que hasta el mismísimo emperador Augusto se instaló allí entre el 27 y 25 adC.
Han llegado hasta nuestros días pruebas que confirman la veracidad de este hecho.

Un circo y un anfiteatro únicos
No hace falta escarbar mucho para encontrarnos con los restos de la vieja Tarraco. El trazado urbanístico de la ciudad es la primera prueba. Los restos del circo, originario del siglo I Ddc y del cual aún se conserva parte del extremo oriental.
Y la joya de la ciudad, el monumental anfiteatro, construido en el siglo II, durante el gobierno del emperador de Adriano, y con unas maravillosas vistas al mar…. Me imagino a los espectadores romanos disfrutando del espectáculo correspondiente con esa luz dorada de fondo, la cual seguro era la misma que la que contemplamos hoy en día.
El imperio Romano escribió los primeros capítulos de una historia que con el paso del tiempo se ha enriquecido. En Tarragona hay más que huellas romanas.

RECORRIDO POR LA TARRAGONA ROMANA CON UN EXPERTO
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Si te gusta más el modernismo, también puedes optar por un recorrido por la Tarragona modernista.
Catedral inacabada y balcón modernista
Junto a las huellas del imperio encontramos otros tesoros más modernos como la Catedral, la cual esconde otra curiosidad. La obra quedó sin terminar por culpa de la peste negra, pandemia que asoló a Europa en el siglo y que dejó a la iglesia sin mano de obra y sin dinero para terminar el colosal proyecto. Aún así, la Catedral Basílica Metropolitana y Primada de Santa María presume por ser una de las joyas del gótico catalán.
Cierro mi paseo por Tarragona con otro apunte curioso. Tarragona está en medio de la costa Daurada y cómo debe ser, es también un lugar maravilloso donde contemplar esas puestas de sol con la luz color oro como protagonista. No sólo los parajes naturales tienen ese privilegio.
Para disfrutar de esta experiencia ponemos rumbo al balcón Mediterráneo. Una obra modernista del siglo XIX creada por Ramón Salas desde donde recomiendo contemplar la puesta de sol como hacen los tarraconenses, a quienes les gusta “tocar ferro”. Es esta una expresión local que se utiliza para describir ¡cuánto les gusta! a los tarraconenses asomarse a disfrutar del mar agarrados a la barandilla de este mirador.

Mientras se admira este espectáculo es fácil entender por qué el también emperador Carlos V se refirió esta ciudad como la “más bella de todas sus propiedades”. También la Unesco ha visto su valor protegiendo todo este conjunto como Patrimonio de la Humanidad.
A estas alturas ya queda claro que no se puede entender la historia de Tarragona sin el mar, ni su día a día, ni su gastronomía. Y por eso es obligado hablar de los nueve arenales que se encuentran en el termino municipal, parada obligada en este recorrido cuyo objetivo es disfrutar de la luz y el mar.
La playa Larga es la más conocida y popular, pero a mi me gustan más los rincones más salvajes. Y también encontramos varios muy muy cerca.
CAZUELA DE PESCADO CON SALSA ROMESCO No te vayas de La costa Daurada sin probar uno de sus platos típicos, con productos del mar como protagonista: la cazuela de romesco. Receta que incluye rape, lubina, merluza, gambas, langostinos y cigalas cocinados en una olla de barro. Y con un toque distintivo. Aliñados con la famosa salsa romesco, espesa y sabrosa, la misma que se emplea en las en las calçotadas. Se prepara esta salsa con pimientos, avellanas tostadas, tomate, pan, vino y aceite de oliva. Aunque cada cocinero tiene su propia receta. Deliciosa. Puedes regar el plato con un vino de cualquier de las cinco Denominaciones de Origen de la provincia: Priorat, Montsant, Conca de Barberà, Tarragona i Penedès.
Cala Fonda, tesoro natural apodado Waikiki
Por ejemplo, solo a ocho kilómetros al norte de Tarragona ciudad encontramos una de las calas que al menos a mí más me gustan de este litoral. Cala Fonda, también llamada Waikiki entre los que allí habitan aunque el calificativo no se debe a su parecido con cualquier playa paradisiaca en Hawaii. La comparación tiene su origen en una fiesta multitudinaria que se celebró hace años en este lugar en la que todos so asistentes iban vestidos de hawaianos. Ni me imagino la que se debió de liar.
Oculta en el espacio natural de Tamarit y Punta Mora, en la desembocadura del río Gaiá, es Cala Fonda uno de esos rincones que se conserva casi tal y como lo contemplaron en su tiempo los romanos, cuando llegaron a esta tierra por mar. Este es el paisaje que encontraron ante sus ojos.

Esta pequeña cala, de no más de 200 metros de largo, debe su conservación a la marquesa de Bárcena quien fue propietaria de todo el bosque que la rodea la cual se negó en su día a vender sus tierras. En un acto casi de rebeldía prefirió conservar sus propiedades inmunes ante el desarrollo inmobiliario que se extendía pero la zona.

Como curiosidad, y sumo así una más, cuentan que los agentes especuladores desesperados ante su negativa llegaron a ponerle a la marquesa un cheque en blanco ante los ojos para tentarla con una millonaria venta. Pero ella se negó con una afirmación contundente. “Con es dinero lo único que me compraría es lo mismo que ya tengo” sentenció. Hoy toca dar gracias por tal actitud.

Caminos de ronda en la costa Daurada
Para acceder a este rincón solitario hay que caminar unos 20 minutos por un sendero o camino de ronda que surca bosques de pinos blancos, retorcidos, acantilados. La cala asoma al final de una pendiente cual espejismo.
Los caminos de ronda surcan todo el litoral catalán. Eran antiguos pasos por donde los policías vigilaban a los contrabandistas. Hoy en día están habilitados como senderos y a su paso asoman rincones inaccesibles en coche y que son auténticos paraísos. Esta cala es uno de ellos.

El baño en las aguas turquesas y cálidas de Cala Fonda es un premio justo tras la caminata. Ah, por cierto, está catalogada como playa naturista así que tú decides cómo quieres lanzarte al mar.
Si la caminata te ha gustado te propongo seguir el camino de ronda unos 400 metros más hasta Calabecs o Roca Plana, otro escenario natural donde sentirte solo y maravillado con todo lo que te rodea.

Las Brujas de Altafulla
Tanta belleza tiene un matiz sobrenatural. Por eso no sorprende saber que un poco más adelante, en Altafulla, ¡hay brujas!. Otra curiosidad de la zona – y ya van muchas- Y una excusa para visitar uno de los pueblos más encantadores de la Costa Daurada.

Dar un paseo por su casco antiguo excelentemente conservado, es muy muy agradable. Da gusto perderse por el laberinto de callejuelas que rodean en castillo, una referencia clave en nuestra historia.
Cuentan los lugareños que durante los años del estraperlo los contrabandistas almacenaban en esta fortaleza los productos ilegales. Cuando se ponía el sol, espantaban a los habitantes advirtiéndoles de que no salieran de casa por la noche pues era en los momentos de oscuridad cuando salían las “bruixes”. Si las perversas hechiceras les veían ¡les matarían sin piedad!. Así podían los traficantes mover sus productos con toda tranquilidad.
Creer en esas bruixes era tarea fácil. Bastaba dar un vistazo alrededor para confirmar que esos árboles de troncos sinuosos, esos temibles acantilados, esa luz asombrosa sólo podían ser así por una causa sobrenatural. Sólo una fuerza especial podría crear tal escenario.
Seguro que todo lo que les rodeaba era fruto de un hechizo. Maligno o benigno. Quizá fuese más bien obra de hadas. O de dioses. Pero estaba claro que algo raro había. Y esa magia divina aún flota en el ambiente. Si no ¿de dónde sale esa luz tan diferente, única y especial?

Atardecer entre dunas en Els Muntanyans
Los tonos de los rayos de sol intensifican sus colores si los ves a través de las dunas también doradas de las playas de Els Muntayans, ya sea Torredembarra o Creixell.
Un punto recomendable donde poner fin a la jornada y a la ruta. Paseando al atardecer por esa extensión de más de tres kilómetros de arena, marismas y dunas que en algunos casos superan los cinco metros de altura. Y donde habitan, en otoño y en invierno, aves coloristas, garzas, flamencos. Un paraíso para los amantes del turismo ornitológico.

La playa de Els Muntanyans además de ser la más larga de la costa es también una de las más anchas con más de 70 metros entre el paseo y la orilla con lo que es fácil encontrar un hueco donde sentirse solo.

Desde aquí cierro este recorrido los alrededores de Tarragona y por rincones imprescindibles de la Costa Daurada.
Cita viajera: “En algún lugar algo increíble espera a ser descubierto”
Anónimo


One Comment
Viajeteca
Quizás la Costa Brava tenga más nombre, pero la Costa Dorada tiene también fantásticos rincones.
Me quedo con la Cala Fonda, un lugar idílico fuera de época estival.
Saludos.