
Qué ver en Berlín, ruta imprescindible por las huellas de la Guerra Fría
Cuando me preguntan cuál es mi ciudad favorita y en Europa lo tengo claro: Berlín. La capital alemana es apasionante, viva y radical. Una especie de museo donde se refleja la historia de Europa de los últimos cincuenta años. Pasear por Berlín equivale a asistir a una clase magistral práctica y viva sobre el siglo XX. Aunque en las últimas décadas se ha calmado el dolor de la separación, la cicatriz sigue latente. La espectacular cirugía sufrida no ha podido acabar con las muescas de un pasado reciente. ¿Me acompañas en esta ruta por el Berlín de la Guerra Fría?

He tenido al suerte de viajar mucho por Alemania, especialmente a su capital Berlín la cual pisé por primera un par de meses antes de la caída del muro, en aquel ya lejano 9 de noviembre 1989. ¡Es increíble pensar que han pasado ya más de 30 años!

Berlín: ciudad que cambia a ritmo vertiginoso
Luego he regresado muchas veces por diversas razones: como estudiante de alemán, por trabajo, por placer. Siempre digo que para mi Berlín es la gran capital europea del momento, aunque reconozco que mi opinión es subjetiva ya que esconde un matiz sentimental.
A lo largo de estas visitas he podido percibir cómo la ciudad ha ido cambiando. Como anécdota, recuerdo cómo hace veinte años, cuando ya vivíamos inmersos en la fiebre de los móviles, en Berlín aún había muchas casas sin teléfono. Y la gente se comunicaba con notas que dejaba pegadas por todas partes.
En estos más de treinta años, Berlín ha dejado de ser un “pueblo”. Y se ha convertido en una ciudad a la altura de cualquiera de las grandes europeas. No hay más que dar un paseo para observar que hoy todo huele a nuevo. Pero también conserva esa esencia añeja y radical que forma parte de su ADN.

IMPORTANTE: Berlín está este verano a rebosar de gente. Unos amigos acaban de regresar y se han quedado sin poder hacer muchas actividades y visitas porque está TODO lleno y hay colas para todo. Por favor, SE PREVISOR Y RESERVA TODO ANTES CON ANTELACIÓN. En este post encontrarás enlaces para garantizar la visita sin colas en muchas atracciones. De verdad, no dudes a la hora de reservar.
El nuevo aeropuerto de Berlín
Entre las últimas novedades de la ciudad destacar que desde hace una semana Berlín tiene nuevo aeropuerto. El llamado Berlin – Brandeburgo Willy Brandt (BER según las siglas asignadas por IATA). Un gigante de más de 1470 hectáreas (tamaño equivalente a dos mil campos de fútbol) y con capacidad para 25 millones de pasajeros que ya brilla como el gran aeropuerto de la capital alemana.

Sus compañeros ya han cerrado sus puertas. Primero, en 2008, ya bajó la persiana el viejo Tempelhof. En sus viejas instalaciones ahora hay un parque. Y hace días, a finales de octubre de 2020 se despidió el mítico Tegel. Una reliquia llena de historia que abrió sus puertas en 1948 y se construyó en un tiempo récord ¡tres meses!. Nació para garantizar el abastecimiento de la ciudad durante el año del bloqueo soviético acontecido entre junio de 1948 y mayo de 1949.
El aeropuerto de Schönefeld es el único superviviente aunque ahora se ha reconvertido en la Terminal 5 de nuevo BER.

CÓMO IR DEL AEROPUERTO AL CENTRO DE BERLÍN: La capital alemana es muy grande. Si vas a pasar unos días no pierdas tiempo. La mejor manera de moverte desde el aeropuerto al centro es con un traslado privado, cómodo, rápido y curiosamente, más económico que un taxi. Reserva aquí tu coche y no te compliques la vida.
El Berlín de los grandes arquitectos
El nuevo aeropuerto de Berlín es una prueba más de que la ciudad vive desde hace años inmersa en una continua reconstrucción. Los viejas instalaciones de los años de la Guerra Fría desaparecen poco a poco. En las zonas vacías donde antaño se levantaba el frío muro ahora hay plazas, jardines y modernos edificios de acero y cristal, firmados por grandes arquitectos de renombre internacional.

Plazas céntricas como Postdamer pueden presumir ante sus homólogas europeas por albergar en pocos metros cuadrados más edificios emblemáticos que otras capitales en todo su perímetro. Arquitectos como el genovés Renzo Piano, el británico Richard Roves, el japonés Arata Isozaki o el español Rafael Moneo han dejado su huella en esta plaza. También Frank O Gehry o Jean Nouvel han creado edificios para Berlín.
Hasta el mismísimo Norman Foster fue elegido para restaurar el Reichstag. La cúpula que cubre el parlamento es ya uno de los monumentos más visitados de la ciudad.

CURIOSO: EL BERLÍN MÁS POLÉMICO SIGUIENDO LAS HUELLAS DEL TERCER REICH
Curiosidad por el pasado reciente de Berlín
Pero la nueva cara de la ciudad no ha borrado las marcas del pasado las cuales no sólo permanecen sino que incluso se han potenciado en parte gracias al turismo. Los visitantes llegan a miles buscando esas referencias de los años de los bloques y del Telón de Acero y encontrarlas es tarea fácil.
En las zonas donde antes se levantaba el bloque de hormigón que fue el muro ahora hay turistas que se hacen fotos con los restos de aquel pasado que parece ya muy lejano en el tiempo. La historia vende y por todas partes hay puestos donde ofrecen restos ridículos de muro a partir de diez euros, gorras militares, matrículas, pegatinas e imanes para la nevera con las siglas DDR, postales que muestran la ciudad bombardeada…

🚇 CÓMO MOVERSE POR BERLÍN
Berlín es muy grande en la que es casi casi obligatorio coger el transporte público para visitar los lugares más interesantes. Por eso recomiendo comprar la Berlin Welcome Card, la cual permite el uso ilimitado del transporte público y ofrece descuentos de hasta el 50% en más de 190 museos y atracciones de la ciudad.
🚴 Otra opción es moverse en bicicleta. Recomendable pues la ciudad es llana y muy cómoda para el pedaleo tranquilo.
También es interesante hacer un recorrido en el autobús turístico de Berlín, excelente opción para familiarizarte con la capital de Alemania si es la primera vez que la visitas.

Historia: 30 años separados por “el muro”
El creciente número de turistas que año tras años visita Berlín experimenta una sensación similar. La historia de la ciudad engancha. La capital alemana es, desde el punto de vista histórico, un escenario donde perviven huellas de los regímenes totalitarios nacionalsocialistas y los comunistas que dominaron Europa durante gran parte del siglo XX; de la Primera y Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Fría y la época de los bloques.
La búsqueda de información sobre el pasado se convierte en una especie de obsesión. Quizá sea el desesperado intento para tratar de entender el porqué de un muro absurdo, que separó en dos la ciudad desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989. Y el sentido a una etapa de la historia incomprensible desde una óptica racional. Han pasado 31 años pero las preguntas siguen sin respuesta .Berlín será siempre una ciudad difícil, hermosa pero incapaz de pasar desapercibida. Ni al viajero ni a la historia.

Hoy en día la música retumba ante la puerta de Brandemburgo y cientos de turistas comen salchichas bratwust en los distintos chiringuitos callejeros instalados para la ocasión. En esta zona de Berlín casi siempre hay fiesta. Resulta curioso saber que la firma por la reunificación de Alemania se estampó aquí al lado, en el Reichstag (sede del parlamento alemán) un 3 de octubre de 1990.

Alexander Platz, el icono de Berlín Este
Tras este pequeño repaso por la historia hago mi primera parada en Alexander Platz, uno de los iconos del mítico Berlín Oriental. Visita imprescindible donde se mantiene la sensación de haber viajado en una máquina del tiempo.

Es probablemente el mejor lugar de la ciudad donde contemplar la estética de aquellos edificios originarios de la vieja RDA (República Democrática Alemana) o DDR para los alemanes. La preside la torre de la televisión, construida en 1969 y durante muchos años símbolo de la “superioridad del comunismo frente al capitalismo” por su altura, 368 metros. Sigue siendo el “edificio” más alto de Alemania. En lo alto tiene un restaurante giratorio y las vistas que hay desde su mirador de la ciudad son fantásticas.

En Alexander Platz encontramos también el mítico reloj mundial, construido el mismo año de la torre, donde puedes ver qué hora es en distintas ciudades del planeta. A su lado, la llamada fuente de la amistad de todos los pueblos.
En plaza hay también un centro comercial, restaurantes, estación de metro y hoteles como el Park Inn, una torre donde todas las habitaciones tienen vistas impresionantes de Berlín.

No sólo en lo arquitectónico, sigue siendo una plaza por donde deambulan personajes dignos de un pasado lejano, gentes de las que parece sólo quedan en Berlín.
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Restos del muro de Berlín
Para ver ver de cerca los restos del muro, hay varias opciones. El tramo más grande conservado está en East Side Gallery donde puedes ver más de un kilómetro de esta mole de hormigón armado que sigue el curso del río Spree. La mole de hormigón es de verdad (pero desplazada de su lugar real para permitir el paso del río Spree) las obras que se muestran son reproducciones de una selección de las originales más famosas pintadas tras la caída de la barrera.
Con el paso del tiempo este símbolo ha perdido su connotación dramática para convertirse en una gran galería de arte al aire libre y un emblema del arte urbano. Presume por ser uno de los “monumentos” más visitados de Berlín. Para llegar hasta allí, lo mejor es coger el tren hasta las estaciones de Warschauer Strasse y Ostbahnhof, buenos puntos donde comenzar el paseo siguiendo el muro.

Pero estos no son los únicos restos del muro que se conserban. También hay algunos en el lateral del viejo cuartel general de las SS y la Gestapo, donde se exhibe una exposición permanente titulada «topografia del terror». Dedicada a los horrores cometidos en este lugar donde fueron torturadas miles de personas durante los años del gobierno nazi.
Nacionalsocialismo y comunismo, dos regímenes enemigos que en Berlín se han visto obligados a convivir y a compartir su trágico pasado.
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El mítico Checkpoint Charlie
Cerca del cuartel general de la Gestapo está Checkpoint Charlie, el famoso puesto fronterizo que separaba el sector americano del soviético y por el que sólo podían pasar los extranjeros y diplomáticos.
Sin embargo, donde antes había amenazadores militares que registraban con lupa la documentación y las pertenencias de todos quienes querían cruzar aquella frontera de hormigón y alambradas ahora hay colas de turistas que quieren hacerse fotos con un actor que posa con la bandera de EE.UU. en sus manos.

La caseta es la misma. El cartel que anuncia que pasado ese punto el viajero entrará en la zona americana es el original pero ahora los únicos disparos que se oyen salen de las cámaras de fotos y los destellos son los teléfonos móviles los que lanzan “selfies” sin parar.
A pocos metros de Checkpoint Charlie está el Museo del Muro. Donde se repasa la historia de Alemania desde aquel 13 de agosto de 1961, cuando se levantó, en una sola noche, una muralla de hormigón de 44 kilómetros que dividió Berlín hasta que cayó un 9 de noviembre de 1989.

Entre las muchas curiosidades, destaca la parte dedicada a las distintas formas clandestinas de cruzar el muro ideadas por los miles de ciudadanos de la RDA que intentaron escapar: ocultos en los maleteros de los coches, en maletas, en globo la frontera, cruzando ríos a nado, o cavando túneles para “pasar al otro lado”, casi todos excavados desde el oeste por personas que habían logrado salir de la RDA. También se recuerda que más de doscientas personas fueron asesinadas al intentar cruzar.

Visita al museo de la DDR
Otro museo interesante (y menos denso) es el la DDR. Buen lugar para ver cómo era la estética de las casas, las calles y los objetos cotidianos y ¡el día a día! … en los años del dominio soviético. Aquí puedes desde entrar, literalmente, en una casa tipo de cualquier lugar de Alemania del Este hasta subirte a un Trabant, el único automóvil al que podían optar los ciudadanos de la vieja RDA (República Democrática de Alemania).

5. El Mausoleo del Holocausto
Con la caída del muro quedaron en el centro de Berlín muchos espacios vacíos. Como comentamos antes, su ocupación fue uno de los retos de la reconstrucción de la ciudad.
Entre los distintos desarrollos el más llamativo es el que se hizo entre la puerta de Brandemburgo y Postdamer Platz donde se ubica el Monumento al Holocausto. Un memorial dedicado a las víctimas de la masacre compuesto por casi tres mil bloques de hormigón dispuestos a modo de tumbas. Curiosamente, durante su construcción, bajo las lápidas de hormigón se encontró el búnker de Goebbels, el que fuera ministro de propaganda nazi.

Brandenburgo y el Unter den Linden
La que hoy es la avenida principal de Berlín el Unter den Linden (el nombre de las calle traducido sería “Bajo los Tilos”) antaño estaba ubicada en Berlín Este. Ahora es un gran boulevard que alarga más de un kilómetro, flanqueada por algunos de los edificios más representativos de Berlín.
Sin embargo en los años de la Guerra Fría era este un callejón sin salida y sin vida, casi abandonado pues estaba partido por el muro que se ubicaba al lado de la puerta de Brandemburgo. Pero todo ha cambiado. Ahora en vez de un muro hay chiringuitos donde cientos de turistas comen salchichas bratwust. Es también donde se celebran las fiestas, los conciertos…
El Unter den Linden no sólo vuelve a ser la calle más transitada, también la más recorrida por los visitantes. Por eso está está llena de puestos donde se pueden comprar restos del pasado de la vieja Alemania. Todo cabe en la maleta del viajero ávido de trofeos.

La cúpula del Reichstag
La noche del 27 de febrero de 1933 es famosa en Berlín por el gran incendio que destruyó el viejo edificio donde se reunía el parlamento prusiano. Han pasado los años y los motivos de aquel suceso siguen siendo una incógnita para los alemanes.
Tras la caída del muro, empezaron las obras para recuperar el edificio, situado al lado de la puerta de Brandemburgo, en pleno centro de la capital.La obra para su recuperación fue larga y tuvo como director al arquitecto británico Norman Foster.
Actualmente no sólo se ha recuperado pro completo. El Reichstag ha recuperado su razón de ser como sede del Parlamento Alemán. Pero gran cúpula de cristal se ha convertido además en el icono del llamado “nuevo Berlín” y está abierta al público aunque ¡ojo! las colas para entrar suelen ser eternas. Pero la verdad es que merece la pena contemplar las bellas panorámicas de la ciudad que desde allí se contemplan. Una vez dentro, también puedes quedarte a comer en su restaurante.

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Sigue las huellas del nacional socialismo en Berlín acompañado de un guía experto que te mostrará los rincones menos conocidos y las trágicas historias que esconden. Una visita diferente por Berlín
La quema de libros en la Bebelplatz
Esta es una de las paradas que esconde más simbolismo: la Bebelplatz. Su nombre se asocia a la famosa quema de libros acontecida un 10 de mayo de 1933 cuando ardieron miles de ejemplares censurados por el Nacionalsocialismo.
Se prohibieron pues autores bien eran judíos, afines a las ideologías comunistas o habían manifestado públicamente críticas contra el régimen de Hitler). Mientras se consumían bajo las llamas, Goebbels repetía una y otra vez: luchamos contra ” la decadencia y la depravación moral!”.
Hoy en día en medio de la plaza y cubierto con un cristal se conserva la llamada “Habitación del Silencio”. Es un sótano de color blanco lleno de estanterías vacías que pretende recordar aquel día en el que el régimen hizo pública cuál iba a ser política cultural. Un símbolo mundial contra la censura y a favor de la libertad de expresión.
Otros barrios: Kreuzberg y Prenzlauer Berg
No puedes entender la esencia de Berlín sin pasear por los barrios míticos y menos turísticos como son Kreuzberg (en el Oeste) o Prenzlauer Berg (en el Este) en los que late el corazón de esta ciudad. Donde se esconden esas tiendas raras que tanto me gustan, esas terrazas multiculturales, esos puestecillos callejeros de libros o fruta… Es el otro Berlín, en auténtico, el que también me fascina.

Si pones rumbo a Kreuzberg debes tener en cuenta que este barrio fue siempre famoso por estar habitado por los más «progres» de Berlín: artistas, escritores, músicos y también jóvenes emprendedores. Hoy además de conservar ese halo bohemio presume también por ser el sector con más habitantes jóvenes y niños. También una zona de tiendas, terrazas, restaurantes y bares de copas muy de moda. No dejes de tomarte un Donner Kebab en alguno de los chiringuitos turcos que quedan por la zona.
Si apuestas por Prenzlauer Berg, la cita es en los alrededores de Zionskirchplatz, entre Kastanielle y Eberswalder Strasse, donde se concentran tiendas de diseño, restaurantes, terrazas y locales donde tomar una copa a última hora del día. Seguro te llama la atención saber que casi el 50% de los jhabitantes de este barrio tienen menos de 45 años y es donde más niños hay en la ciudad.

Compras y ropa de segunda mano en Berlín
Si te gusta ir de compras no dejes de echarle un ojo a las tiendas de ropa de segunda mano de Berlín, las cuales son restos de una época de cambio y donde este concepto ahora tan moda gracias aplicaciones como Wallapop era casi una forma de vida.
Hay muchas y por toda la ciudad. Y casi todas funcionan igual. Rebuscas, coges todas las prendas que te seduzcan en una cesta y al salir te lo pesan y te cobran alrededor de 15/ 20 euros el kilo. Algunas son enormes y hay de todo. Desde ropa vintage, cientos ¡miles! de vaqueros, vestidos de fiesta o prendas militares. Abrigos… La pionera de esta fiebre fue Garage mítico establecimiento que he visitado en todos mis viajes a Berlín pero que cerró para siempre en 2020.
Otras opciones son: Jumbo Second Hand en el 63 de 63 de Wienerstraße, en Kreuzberg, el barrio donde más tiendas de este tipo se concentran. Otra tienda recomendable también en Kreuzberg es Colours, en Bergmannstrasse 102. También puedes echarle un ojo a Let them eat cake, establecimiento curioso creada por un grupo de artistas donde además de vender ropa hay conciertos, exposiciones… la encontrarás en el 164 de Westertrasse.
Si lo que buscas son las tiendas de toda la vida, vale, entonces tendrás que dirigirte al oeste, concretamente al Kurfürstendamm y a los alrededores de la Iglesia derruida, donde reInan las de siempre: Burberry, Max Mara y Tommy Hilfigher junto a las ya típicas H&M o Zara.

En el este puedes pasear por Friedichstrasse donde encontrarás centros comerciales ultramodernos como Quartier 206, o las Galeries Lafayette (merece la pena entrar para ver su techo de cristal obra del arquitecto Jean Nouvel) que se apiñan junto a Escada o Hugo Boss.
Y además…
¡OJO! este post sólo muestra un recorrido por el Berlín más añejo, pero por supuesto quedan muchas más cosas por visitar que no tienen nada que ver con la historia.
Por ejemplo el impresionante Museo de Pérgamo (el más visitado). Espectáculos impactantes como Little BIG City Berlin (recomendado si viajas con niños) o el show futurista Vivid en el teatro Friedrichstadt-Palast de Berlín, muy recomendable. También puedes dar paseos en barco por el río Spree o vivir la noche que es también una experiencia intensa.

¿Y tú, que rincones con peso histórico nos recomiendas visitar en Berlín? ¿Alguna sugerencia para añadir a esta lista? Recuerda que con tus aportaciones ayudas a otros viajeros.
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8 Comments
laviajeraempedernida
Corregido, lapsus mental al escribir. Gracias por avisarme. Un saludo.
Manuel
Buenas.
Moneo se llama Rafael, no Manuel. Es el único arquitecto español que ha ganado el premio Pritzker.
Un saludo.
laviajeraempedernida
Gracias a ti por tus palabras.
Juan José
Me encantó la nota! Siempre que te leo, me quedo con ganas de leer más! Gracias.
Mariajo
Pues yo recomendaría “EL Palacio de las lágrimas”(Tränenpalast), que está en Friedrichstraße; era la última estación antes de la frontera entre los dos berlines; de ahí que fuese un lugar de amargas despedidas y muchas lágrimas.
Es un museo muy interesante, con muchos objetos cotidianos, documentos y videos que nos muestran el impacto en la vida diaria de los alemanes por culpa de la división y la frontera.
Marina
Un lugar que como turista no conocía, pero si ahora que vivo en Berlín es lo que se conoce como “Gleis 17” o lo que es lo mismo vía 17. Igual para el turista común está algo esquinado, pero como ventaja está que no requiere salirse de la propia estación de tren (Grunewald) para contemplarlo.
Han conservado las vías de tren de donde salían los antiguos trenes llenos de ciudadanos judíos durante el holocausto, desde el primer al último tren que salió de este lugar aparecen recogidos el número de personas que lleva el tren y el destino del mismo.
Es un lugar tranquilo, donde poder hacer algo de homenaje a la memoria de estas personas. Cuando yo fui no había nadie más en la zona pese a ser fin de semana, y pude disfrutar de un melancólico paisaje otoñal, de vías enterradas en hojas caídas sobre las que destacaban rosas frescas que alguién había depositado sobre todos los tramos de vía, me pareció un gesto muy bonito. Quizás fue el conjunto de todo, y aunque como tal el lugar es poquita cosa, me pareció un sitio digno de merecer una visita y de recomendarlo aquí 🙂
Alexis Arce
Y yo creo que nunca se acabarán los destinos increíbles para visitar al rededor del mundo 😀
César
Recomiendo visitar un búnker usado durante la Segunda Guerra Mundial.
http://berliner-unterwelten.de/
Para aquellos que los atrapo la guerra fría pueden visitar el museo de la Stasi (policía secreta de la RDA) en este lugar funcionaba el ministerio para la seguridad del estado.
http://www.stasimuseum.de
Otra lugar es el sitio conmemorativo “muro de Berlín” con un mirador para observar como era la franja de la muerte.
http://berliner-unterwelten.de/
Espero les sea útil.
Un cordial saludo desde Argentina.
César