
Un recorrido por la bella y desconocida Asturias industrial
La cuenca asturiana del Nalón no es Liverpool, pero se parece. Todas aquellas fábricas de metal y acero, minas y lavaderos de carbón que tanto trabajo dieron a lugareños e inmigrantes hoy atraen a visitantes amigos de la arqueología industrial, una nueva modalidad turística en la que se mezclan, sentimientos y actitudes vitales que enlazan con la historia, la geografía, la arquitectura, la economía, la ingeniería, el arte y la cultura entendidas todas estas materias en un sentido amplio. Un nueva forma de ver un destino desconocido, como es este valle oculto en el sur del Principado, en el que las huellas de la revolución Industrial han dejado de ser una remora para convertirse en nuevos bienes culturales.

Visita al Musi, museo de la siderurgia
El humo ya no envuelve la atmósfera, el río Nalón baja milagrosamente limpio y los restos industriales se encuentran perfectamente integrados en el paisaje urbano. La primera prueba la encontramos en La Felguera, donde ya funciona el Museo de la Siderurgia, situado en las entrañas de una vieja (y ahora colorista) torre de refrigeración de la ya desaparecida Duro Felguera. El Musi.

Buen lugar donde empaparse con la historia de la siderurgia asturiana y las ideas de un visionario, Pedro Duro, un empresario riojano, el impulsor de la Sociedad Metalúrgica Duro y Compañía que en 1875 ya era la empresa metalúrgica más importante de España. Y que funcionó hasta 1980. En aquellos años, sus instalaciones, entonces ya propiedad de la , llegaron a ocupar una superficie de 150.000 metros cuadrados.

Pero no sólo la torre tiene interés. A su alrededor aún reinan las fachadas de las viejas oficinas de ladrillo visto y cuyo diseño recuerda mucho a las construcciones industriales británicas o alemanas. Y es que en Asturias, tanto el capital industrial como los ingenieros eran extranjeros, de ahí ese curioso estilo arquitectónico que tanto llama la atención.

Los barrios obreros de Asturias
Esta influencia se aprecia también en los barrios obreros. Es el caso del Barrio Urquijo, situado justo detrás del museo, donde vivían los mas cualificados de la fábrica. Sus edificios con grandes buhardillas recuerdan al estilo alsaciano, y las fachadas de cuidado estilo chocan con la austeridad típica de las construcciones de la postguerra que rodean este barrio.

Pero lo mejor es la visita al piso piloto que forma parte del MUSI donde se puede ver como eran estas casas por dentro. Y cómo vivía una familia tipo a mediados del siglo XX, cuando la fábrica vivió su mejor época productiva fabricando el hierro necesario para abastecer a los países que participaban en la II Guerra Mundial.

El Muni, visita la museo de la minería
Otro museo de interés en la zona es el que está dedicado a la Minería, El Mumi, otro de los patrimonios industriales de la comarca. El museo conserva parte de la maquinaria original que había antaño en las minas y hace un recorrido detallado y muy interesante por la historia de la minería asturiana. No faltan reproducciones reales de las enfermerías y de los vestuarios de los mineros.

Pero lo más atractivo del museo es la posibilidad de bajar a la mina de verdad. Un ascensor lleva a los visitantes a las entrañas de la tierra y se puede hacer un recorrido por diversas galerías que reproducen de una forma bastante realista como es una mina auténtica. Eso sí, sin peligro alguno de derrumbamientos o escapes de grisú.
El Mumi es ante todo un lugar muy seguro que ayuda a comprender la esencia de este trabajo del que vivieron muchos, y aún viven algunos, asturianos. Y lo que es mejor. Es además un lugar muy respetado por los propios mineros. Recuerdo que el día que recorrí este museo, un minero jubilado que estaba también de visita me comento: “no es la mina pero se parece bastante. Es una reproducción muy real de lo que nos encontramos día a día ahí abajo”. Creo que es la mejor frase que mejor define este conjunto.

12 Comments
Foz
Wow que excelente relato muchas gracias por compartir todos esos momentos y experiencias con nosotros un post muy completo con unas hermosas imágenes felicidades 😉
fernando
El museo de la minería MUMI no lo recomiendo para aficionados a la fotografía, a mí no me dejaron hacer fotos en su interior
Fausto
Muy divertido, es un tema que simplemente me apasiona, además siento una relación muy especial con el Mumi 😀
Un abrazo!
Rous
Me encanta la foto del burro. En Galicia hay muchas fabricas abandonadas que ojalá se reconvirtiesen en museos. Asturias es en muchas ocasiones un ejemplo de como se hacen las cosas para nosotros.
Yisus
Esto me recuerda al interés que hay en Berlín por las viejas fábricas y sitios abandonados, no solamente para visitar y hacer fotografía si no también para alojar cualquier tipo de evento.
¡Enhorabuena por el post!
Miriam
Nani, que interesante. Gracias por descubrirnos una vez mas otra forma de mirar las cosas. Este post me ha encantado. Lo comparto.