
Un viaje por la ruta conservera en la provincia de A Coruña
Los viajeros buscamos experiencias. Y aprender a la vez de disfrutamos y descubrimos aspectos nuevos de los destinos que visitamos.
Ese es uno de los objetivos de la ruta conservera que ya está activa en A Coruña. Quienes se animen a hacer este recorrido repartido por distintas zonas de la provincia podrán no sólo visitar algunas de las empresas de conservas más importantes de Galicia, sino también ver, experimentar, oler, escuchar, palpar y degustar… como se trabaja en uno de los sectores más pujantes de la economía gallega. Sirva como dato que en Galicia se concentran el 50% de las empresas españolas de este sector y el 80% de los trabajadores.

¿Y por qué en Galicia? La respuesta es sencilla. Estas rías y escarpados acantilados, estos mares fríos y revueltos son un paraíso para muchos pescados y mariscos, la materia prima necesaria para que las conserveras pueden envasar productos de primerísima calidad. Llevan haciéndolo muchos años, y justo es ese otro de los aspectos que creo merece la pena destacar de esta ruta. Muchas de las empresas que se visitan son centenarias. Aunque también las hay de nueva creación. Y otro detalle curioso. Muchas de ellas no venden en España pues su producción se destina al cien por cien a la exportación.
Cada conservera es un mundo. Cada marca tiene su propia rutina. Unas son grandes y producen sin parar. Otras son pequeñas y están especializadas en un tipo concreto de conserva. Pero todas, todas tienen una historia humana detrás. Durante la visita esos rostros asoman, hablan, comparten su experiencia con el visitante y el viajero observa un proceso de trabajo que en algunos casos está muy industrializado y en otros es aún artesanal. Descubre que en las fábricas conserveras hace mucho ruido, que todo el proceso es impecable desde el punto de vista sanitario, y llama la atención la importancia que tienen los pequeños detalles como por ejemplo el diseño de las latas, algunas de las cuales, sorprende positivamente, están escritas en braille.
La ruta no sólo hace parada en empresas conserveras. A lo largo del recorrido se visitan también museos relacionados con el mar, astilleros tradicionales donde se puede ver como se siguen creando embarcaciones de madera. También se ofrecen pequeños paseos en barco…

… y como no. Durante el recorrido asoman paisajes naturales de gran belleza a los que seguramente nunca tendríamos acceso de otra forma. Pues ese es otro de los encantos de esta ruta. Atraviesa pueblos, zonas y barrios que no son turísticos. Invitan al viajero a descubrir rincones casi ocultos. Y lo mejor, al final una degustación de productos que en su mayoría tienen la denominación de “delicatessen”. Un lujo para el paladar.
La ruta conservera forma parte de un proyecto, en el que colabora la Diputación de A Coruña, más ambicioso cuyo objetivo principal es poner en valor el patrimonio industrial de la provincia de A Coruña. Ejemplos como la ya activa Ruta de la Construcción Naval en Ferrol.

No sólo en la provincia de A Coruña se están desarrollando iniciativas de este tipo. El fenómeno del Turismo Industrial está de auge en España. Y ya son muchas las localidades que han apostado por potenciar una forma de turismo aún bastante desconocido para los viajeros nacionales pero en base al cual deciden las vacaciones muchos europeos.
¿Nos recomiendas alguna visita enmarcada con el turismo industrial en tu localidad?


One Comment
Julián
En Castilla-La Mancha existe una amplia oferta de turismo industrial, el portal http://www.inturmancha.es representa una iniciativa especializada y pionera en esta modalidad de turismo cultural. Son varias las empresas a visitar, pero por hacer algunas recomendaciones podemos mencionar una fábrica de miguelitos de La Roda o una cervecería artesanal. Muchas gracias por el artículo, que sin duda ayuda a dar a conocer esta modalidad turística todavía incipiente en España.