
Split, imprescindibles que ver ciudad palacio
Split en la costa croata es una de mis ciudades favoritas. Bueno, no solo mía. También los localizadores de escenarios para la serie Juego de Tronos se quedaron hechizados con esta urbe y decidieron utilizarla en la serie. Sí, aquí donde la ves, Split es también la ciudad de Meeren, donde habitan los esclavos de Daenerys de la Tormenta que por cierto, tiene su salón del trono situado en el sotano del palacio de Diocleciano.
Split es uno de mis destinos preferidos de la costa de Croacia. He tenido la suerte de visitar esta ciudad varias veces y confirmo que ocupa un lugar prioritario en mi lista de imprescindibles.

Desconocida aún para el gran público, la pintoresca capital de Dalmacia, bañada por el mar Adriático, se ubica en una pequeña península al sur de Croacia y presume de ser la segunda urbe más grande del país (unos 250.000 habitantes), sólo superada por Zagreb, la capital.
Su perfil está definido por la colosal presencia del palacio romano de Diocleciano, un monumento vivo que goza de la protección de la Unesco. Digo vivo porque es este un monumento habitado. En sus entrañas habitan ¡dos mil quinientas personas!

Split, la ciudad con la que soñó Diocleciano
Pero mejor os cuento la historia desde el principio. Una vez más os invito a activar el botón de la imaginación y viajar hasta el año 295. Vemos en primer plano al emperador romano Gaius Aurelius Valerius Diocletianus, el cual, un poco cansado de la tarea de gobernar tomó una decisión. Pasaría el final de sus días en algún lugar frente al mar, cerca de su Salona natal (Solin), entonces capital de la provincia romana de Dalmacia. Y para ello, emperador ordenó a sus súbditos que empezasen a construir una fastuosa fortaleza en la bahía de Aspalathos, al sur de una pequeña península situada en la mitad del imperio, a medio camino entre los límites occidental y oriental, en el centro de la costa Adriática; a cuatro millas del sitio de Salona.
No reparó en gastos. Exigió para su magno palacio los mejores materiales, convocó a los artistas más virtuosos… Encargó piedra blanca caliza de la isla de Brac, columnas de granito, esfinges de Egipto, mármol de Italia y capiteles de talleres griegos cuyas firmas se aprecian todavía talladas en algunos sillares… Y así tras diez años de trabajo de arquitectos, albañiles, artesanos y canteros nació el Spalatum. Una obra maestra. Ejemplo extraordinario de la arquitectura romana tardía, cuando la tendencia hacia la exuberancia de las formas prevalecía sobre la moderación clásica de épocas pasadas.

Allí paso Diocleciano el final de su vida, desde que abdicó en mayo del 305, con sesenta años, hasta su muerte en el 316. “Si pudieseis ver las legumbres que cultivo en mi palacio, no me haríais tal propuesta” cuentan las crónicas que el emperador, aficionado a la jardinería, respondía a quienes le pedían que volviera a la vida política. Políticos asustados ante el derrumbe del sistema cuyo éxito radicaba en el absoluto respeto a la personalidad que Diocleciano inspiraba. Con razón. Sus reformas permitieron la supervivencia del Imperio romano, y condicionaron la historia económica y social de Occidente. Sin saberlo, todavía hoy muchos gobernantes imitan sus teorías políticas.
Los temores se confirmaron y tras la renuncia de Diocleciano la rivalidades entre sus antiguos colegas se acentuaron, hubo guerras civiles…Las grandes invasiones comenzaron en el 401. Y en el 476 el Imperio romano ya había sucumbido en Occidente.
Una ciudad en un palacio
Volvemos a Split. Tras la muerte del emperador, el palacio se mantuvo algunos años como refugio de los miembros desterrados de su familia. Hasta el 600, cuando los vecinos de Salona buscaron cobijo tras la muralla del palacio (de dos metros de espesor por veinticuatro de altura) para protegerse de las invasiones eslavas. Y ya no salieron de allí. Fue el comienzo de la nueva vida urbana. El nacimiento de Split, una ciudad en las entrañas de un palacio.

El tiempo ha jugado a favor del conjunto. Al contrario que en otras ciudades europeas, Split se salvó de la destrucción típica de los invasores de la Europa central, por su sólida estructura y por que sus sucesivos pobladores (eslavos y venecianos) lograron integrar la urbe original en sus planes urbanísticos.
Así, aunque el paso de los siglos ha acabado con sus características originales, el ir y venir de gentes ha contribuido al enriquecimiento del complejo con el aporte de obras arquitectónicas realizadas a posteriori, especialmente en la Edad Media. La peor etapa fue el Renacimiento, cuando el palacio se utilizó como cantera para nuevas construcciones, pero aún así, Split tuvo suerte. El resultado es una amalgama de edificios variados, de diversas épocas.
Un tesoro artístico, histórico y arqueológico de enorme valor, protegido por la Unesco desde 1979. Y rebosante de rincones con mucho encantos los cuales visitaremos en los siguientes posts sobre Split.


One Comment
Marcello Arrambide
Croacia es un país enclavado en una zona de excepcionales paisajes, bosques y lagos, con ciudades tan maravillosas como esta, saludos!