
Viaje por la historia de Gijón visitando sus museos
Gijón se asienta sobre una franja de tierra situada entre dos colinas frente al mar Cantábrico y coronada por la península de Santa Catalina donde se ubicaron las primeras casas. Esta situación estratégica fue clave a lo largo de la historia. Las huellas nos confirman que fue un importante asentamiento romano, buen lugar para la ubicación de industrias entre los siglos XVII y XX. Un destino que ha sabido adaptarse siempre al momento que le ha tocado vivir.

Volvemos al Principado de Asturias para visitar Gijón, ciudad curiosa, inquieta, abierta. Llena de huellas que acreditan un pasado glorioso y una capacidad de adaptación camaleónica. Sus museos son una prueba. Visitándolos no sólo descubrimos muchas curiosidades sobre los orígenes del destino. También queda claro que Gijón ha apostado por diversificar su oferta turística con interesantes propuestas culturales que invitan a aprender y a disfrutar.
Si quieres conocer la cara más cultural de Gijón atento a estas opciones y a este viaje por la historia de la villa de Melchor Gaspar de Jovellanos.

Gijón en la época romana
Viajamos en el tiempo. Primera parada en la época romana. En el museo de las Termas Romanas de Campo Valdés, creado sobre un yacimiento ubicado frente a la iglesia de San Pedro. En el corazón de la ciudad.
Antes de empezar la visita advertir que alrededor del pasado romano de Gijón circulan muchas leyendas sin justificación histórica. Por ejemplo, hay quien afirma que en la época del imperio su nombre era Gigia según se deduce en la famosa “Geografía” de Ptolomeo (geógrafo del s.II). Pero confirman los historiadores que no es así. Está documentado que ese nombre corresponde en realidad a otra localidad situada en Palencia.
También he leído que fue Gixón, hermano de Gerión, quien fundó la villa en el año 500 después del diluvio, pero al parecer es también una especie de cuento sin base real. Resulta curioso saber que en la historia también circulan “fakes”.

Lo que sí está confirmado, como se documenta en el museo de las Termas, es que los romanos llegan a este territorio allá por el siglo I, año en el que ya se advierte actividad de las termas. Al parecer se asientan en esta zona pues era rica en oro, metal precioso clave para el mantenimiento del opulente imperio.
Durante la visita al museo de Campo Valdés se confirma que, aunque los restos que quedan son pocos, hubo en la época romana un templo consagrado al dios Apolo, un Tribunal, un Palacio para los magistrados y hasta una torre denominada Augusta. Todo esto oculto bajo lo que hoy es el barrio de Cimavilla, donde nació Gijón y alrededor del cual se levantó la muralla.

Las termas, hoy musealizadas, son las más importantes de España atendiendo a su valor arqueológico. Eran muy grandes, lo que permite hacerse una idea de la importancia de Gijón. Aparte de las dimensiones durante la visita llama también la atención el curioso e inteligente sistema que tenían para calentar el agua y las estancias, el llamado hipocausto.
Si te gusta la época romana y quieres profundizar más puedes visitar otras ruinas en los alrededores como la villa romana de Veranes, una casa del siglo IV de la que se conserva parte de la estructura y sus bellísimos mosaicos. O el Parque Arqueológico de la Campa Torres, el cual aunque es un poco anterior es también clave para entender la historia de Gijón. En todos los yacimientos mencionados se han encontrado elementos como monedas, vasijas y hasta un altar donde figura una atribuida a Pompeyo Peregriniano y que hace mención a la llamada “fortuna balnearia”.
MÁS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN GIJÓN
Mi amigo El Rincón de Sele es un apasionado de la historia y en este post nos muestra un recorrido por todos los yacimientos arqueológicos situados en la zona rural. Buena excusa para alejarse de la ciudad y descubrir otra cara Gijón.

Gijón y la Revolución Industrial
Desde el inicio de la revolución, Gijón fue siempre una villa industrial. Su puerto, el Musel, históricamente uno de los más activos de Asturias, fue clave en este desarrollo. Y un punto importante en su historia. Por ejemplo, un dato curioso. ¿Sabías que fue en el Puerto de Gijón donde Felipe II reconstruyó las naves de su famosa Armada Invencible?
Allá por el siglo XVII había ya en Gijón grandes fábricas. De cigarros, de loza, de alambre… y luego fueron abriendo más: de cristales, de tejidos, fundiciones de cobre, de metal… Hay crónicas de finales del siglo XIX que la comparan con Bilbao , Barcelona e incluso con Londres.

También con Cardiff (Gales, en el Reino Unido) si atendemos a la actividad del puerto como salida natural del carbón generado en la cuenca minera. Una vía férrea que unía Sama con Gijón, infraestructura que puede presumir por ser la segunda más antigua de España (la primera fue la de Barcelona – Mataró), activa desde 1846. Su coste fue tan elevado que cuando la reina Cristina inauguró la línea dijo que las vías “parecían ser de plata” por el exagerado dinero invertido.
Esta actividad industrial atrajo a cientos de trabajadores que llegaban a Gijón en busca de ofertas laborales. Esto dio lugar al auge de una clase obrera y a una estética urbana de la cual aún se conservan restos muy interesantes. La ciudadela Museo de Celestino Solar en la calle Capua es una de ellas.
Las ciudadelas eran conjuntos de casas para obreros que se levantaban en el interior de patios cerrados de viviendas. Aunque llegó a haber más de cien esta, abierta en el año 1870, es la única que se conserva.

En cada una de estas viviendas de alquiler – de no más de 30 metros cuadrados- habitaban familias humildes que compartían servicios como el retrete. Y se organizaban para poder ayudarse entre ellos, por ejemplo colaborando en tareas como la atención a niños o a enfermos…
Carecían de servicios básicos como agua corriente o luz eléctrica. Hay documentados casos de hasta once personas conviviendo en tan reducido espacio como se puede comprobar en la visita.
El Gijón rural: Muséu del Pueblu d’Asturies
Gijón es también buen lugar donde profundizar en la cultura de pueblo Asturiano. Para ello sugiero una al Museu del Pueblo d’Asturies. Un complejo etnográfico situado en un parque que es casi un bosque donde se hace un repaso por muchos símbolos de la cultura Asturiana.

Fundado en el año 1968 este museo es un tesoro gracias al cual se conservan no sólo piezas de gran interés etnográfico. Llama la atención, por ejemplo, la muestra permanente dedicada a la música donde se exhibe una interesante colección de gaitas, instrumento tradicional para los asturianos. A su lado, otra muy curiosa de radios y aparatos varios que emiten sonidos.

Acoge también la fototeca de Asturias donde se pueden ver documentos de lo más interesantes. Desde momentos claves en la historia del Principado a documentos gráficos muy curiosos. Por ejemplo la colección de fotos mortuorias, muy habituales en los siglos pasados, pues era cuando fallecía un familiar cuando se le hacía la foto de recuerdo. Triste y bonito a la vez. Un reto para los ojos averiguar cuál de las personas de las fotografías es la “víctima”. Merece también una reseña la colección de fotos en tres dimensiones.

Otra estancia singular es la dedicada a la moda, donde se guardan prendas de todas las épocas en perfecto estado de conservación. Todo esto repartido en un jardín donde no faltan edificios típicos asturianos como hórreos y paneras de los siglos XVII al XIX, una casona rural, un refugio de pastores, aperos de labranza y también casas nobles donde se ubican las colecciones antes comentadas.
También encontramos un edificio singular situado a la entrada que es el pabellón que Asturias construyó para la Expo 92 de Sevilla y que hoy forma parte de la exposición.

La colosal Universidad Laboral
Seguimos viajando en el tiempo y llegamos al siglo XIX, cuando se construyó la colosal Universidad Laboral. Un gran edificio que puede presumir por ser la obra civil ¡más grande de España!. Su torre es también la más alta del país en un edifico de las características. De ahí el apodo de “el Escorial del Norte”.

Aunque no es exactamente un museo parte de la ahora llamada Laboral Ciudad de la Cultura se puede visitar. Durante el recorrido te cuentan que este gran complejo nació como un orfanato minero donde se daba cobijo a los niños huérfanos de la minería. En 1951 se transformó en Universidad Laboral, la más grande de España.
Una especie de internado donde se formaba a hijos de obreros en distintos oficios con el fin de lograr una mano de obra altamente cualificada para abastecer las necesidades de la época.

Todo estaba pensado para funcionar como una mini ciudad autosuficiente y garantizar así la formación de profesionales altamente cualificados.
Las instalaciones tenían una gran iglesia (estaba gestionado por Jesuitas), salón de actos (actualmente funciona como teatro y es el segundo más grande de Asturias tras el Campoamor de Oviedo), jardines y patios… Además de hospital, lavandería (todos los alumnos iban uniformados) y talleres especiales para las clases de soldadura, tornería… Todo giraba en torno a un gran patio central el cual se conserva intacto.

Durante la visita se ven también las cocinas con los utensilios de la época. Al observarlas queda claro que sólo las dimensiones espaciales son superlativas, también las cifras de alumnos y personal. Se cuenta que durante los casi 30 años de funcionamiento (cerró en 1978) pasaron por allí más de cien mil alumnos, ojo, todo hombres. Sólo hubo dos promociones mixtas. Entraban a los 12 años y se calcula que había dos mil estudiantes por curso.
Actualmente este coloso se ha reinventado y desde el año 2001 es propiedad del Principado de Asturias y tiene sobre todo un uso cultural. Es sede de facultades de la Universidad , acoge una Biblioteca universitaria. La Sociedad de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado, sede del Conservatorio y del Centro Superior de Danza y de la radio Televisión del Principado de Asturias…
MÁS CURIOSIDADES SOBRE LA LABORAL
Mis amigos de Viajes Chavetas hicieron un recorrido en profundidad por la Universidad Laboral y no sólo descubrieron más curiosidades. También se "cruzaron" con algún que otro misterio. ¿Has oído hablar de los fantasmas que allí se esconden?...

El Gijón de vanguardia
Pero Gijón no descansa y la modernidad también está presente en la ciudad. El LABoral Centro de Arte y Creación Industrial es la prueba. Situado en un ala de “la Laboral”, donde antaño se ubicaban los talleres, en un espacio de más de 14.000 metros cuadrados. Es más que un centro de arte moderno, es más bien una especie de factoría y laboratorio de ideas pensado para facilitar el diálogo entre el arte, la cultura y las nuevas tecnologías.

Las exposiciones son todas temporales y cambian continuamente, con lo que te aconsejo que mires su agenda antes de la visita a Gijón, seguro que encuentras alguna muestra que te sorprende. Por ejemplo, cuando yo estuve tuve la oportunidad de hacerme un retrato pintado por un robot, puedes ver el resultado en la foto anterior. Divertido y fascinante a la vez.
Y con esta propuesta de vanguardia finalizo mi viaje por la historia recorriendo los museos de Gijón. Seguro que se me ha colado alguno ¿Me ayudas a completar esta lista con tu experiencia personal? Tus vivencias pueden ser de gran utilidad a otros viajeros. ¡Gracias por colaborar”

