
Visita al castillo de Gala en Púbol, mausoleo de la musa de Dalí
Salvador Dalí es uno de los artistas españoles más internacionales. Uno de los más grandes reclamos para cientos ¡miles! de visitantes que llegan a España en busca de sus huellas repartidas en el llamado “Triángulo Daliniano” en la provincia de Girona, en el corazón de la Costa Brava. El Teatro Museo de Figueres, del que ya he hablado en un post anterior, la casa de Portlligat y la Casa Museo Castillo Gala Dalí en Púbol, creada en honor de su musa. Su amada. Un palacio al que dedico este post y en cuyas paredes flota una peculiar historia de amor y pasión.
Se llamaba Elena Ivanovana Diakonova y era de origen ruso, pero todos la llamaban Gala. Cuando Dalí la conoció, en el año 1929, quedó prendado al instante de la personalidad, belleza y fuerza de una mujer con todos los atributos para convertirse en musa.
Dalí y y Gala, flechazo y pasión
El hechizo fue mutuo y la absoluta sumisión del artista por la bella seductora se materializó hasta rozar la locura. Se casaron en 1958.

El resultado de este relación obsesiva se reflejó en las obras de Dalí, en sus pensamientos, en sus acciones. Gala se merecía el universo y Dalí se lo puso a sus pies.
Entre las muchas muestras del fanático amor, una que destaca por encima de todas. Era obligado que una musa tuviese un lugar especial donde residir y con ese fin Dalí adquirió y diseñó el Castillo de Púbol. Viejo y derruido edificio medieval, situado cerca del pequeño Santuario de los Ángeles, que Dalí reinventó por completo, pero siempre bajo la supervisión de la que iba a ser su moradora, quien estuvo pendiente de todos los detalles de la obra.
Ella aceptó el regalo pero le impuso con una condición a Dalí: “tu no irás a visitarme si no es con una invitación manuscrita”. Y así fue.

Un “estuche” digno del amor de Gala
Con estas palabras describía el genio de Figueres este lugar: “Me faltaba ofrecer a Gala un estuche más solemnemente digno de nuestro amor. Por ello le regalé una mansión edificada sobre los restos de un castillo del siglo XII, en La Bisbal, el antiguo castillo de Púbol donde ella reina como soberana absoluta”.

Durante la visita, la huella del genio se percibe en numerosos aspectos. Se conservan muebles originales, objetos decorativos, murales, escudos, obras de arte, detalles curiosos como por ejemplo ¡un trono de bronce para Gala!.

Vehículos como el mítico cádillac azul que utilizaba la pareja para sus desplazamientos.

El carruaje con el que Gala, amiga de mezclarse entre los lugareños, recorría los campos cercanos.
Hasta una colección de trajes de alta costura propiedad de Gala firmados por grandes modistos como Coco Channel, Pierre Cardín o Christian Dior… Fue enterrada con un vestido rojo de este último, al parecer, su favorito..

Quizá una de las partes más hermosas de la casa es el balcón, galería, con vistas a los campos del Bajo Ampurdán.

El jardín de los elefantes
Y por supuesto, el jardín. Un vergel de color verde intenso,un reducto de paz lleno de caminos sinuosos y rincones románticos, donde se encuentran las famosas esculturas de los elefantes con las curiosas patas delgadas y alargadas dignas de un insecto.

Resumen. Al visitar este castillo, se siente paz. Es uno de esos lugares donde a mi al menos no me importaría envejecer.

Sorprende quizá la ausencia de excentricidades que caracteriza la obra y pensamientos de Dalí. El castillo de Púbol es más preciosista, refinado, ¡romántico!, sobrio y misterioso. Una residencia inspirada en las mansiones de la Toscana Italiana pensada para el aislamiento de una diosa, delicada. Un palacio a la altura de una dama sin rival. Y un mausoleo para su amada, la cual descansa en este lugar, en la Sala del Delme.

Asimismo, el castillo fue también refugio y taller de Dalí desde la muerte de Gala, acontecida en 1982, hasta 1984. El artista se instaló en la habitación azul donde dormía Gala y habilitó un caballete a modo de taller en un lateral del comedor.

Un incendio fortuito obliga al artista a trasladarse a su Figueres natal, a 40 kilómetros del castillo, donde muere cinco años después, un 23 de enero de 1989. Y donde está enterrado.
La tumba vacía al lado de Gala
Nunca regresó al castillo de Púbol. Y la lápida situada a la derecha de la Gala (siempre dormía a la derecha de su amada), en la que se supone pidió descansar Dalí para siempre, permanece vacía.
Cuentan que las dos tumbas están comunicadas entre sí con un agujero interior, pensado para que los dos amantes se dieran la mano hasta la eternidad, sueño que, por ahora, todavía no se hizo realidad.

¿Volverán a reunirse algún día los dos amantes?

Hay seguidores de Dalí que demandan el traslado del cuerpo para cumplir la última voluntad del artista, deseo que no todos los responsables de la Fundación Gala-Dalí comparten. La polémica está servida. ¿Hará falta una invitación formal y celestial de la dama para lograrlo?

Mientras los responsables resuelven el final más o menos feliz de esta historia de amor y arte, los mortales podemos dejar volar la imaginación visitando un castillo con el que sueña toda musa.
¿Has estado? ¿Nos cuentas tu experiencia en la visita?
RECORRE EL TRIÁNGULO DALINIANO Si quieres profundizar en la vida y obra de Dalí no dejes de visitar los otros tres lugares claves en la vida del artista. A parte del castillo de Púbol puedes incluir en la ruta: - El teatro museo de Dalí en Figueras. - La casa de Dalí en Portlligat, al lado de Cadaqués. Un recorrido que además te permitirá disfrutar de lo mejor de la bellísima Costa Brava y de rincones maravillosos en la provincia de Girona donde se ubican todos estos lugares.

