
Arnedo, laberinto de cuevas y curiosidades en La Rioja
No sólo los hombres prehistóricos vivían en cuevas. En Arnedo, La Rioja, también encontramos casas en cavernas, algunas ya documentadas en la época romana. Otras muy recientes. Viviendas construidas en las entrañas de la tierra en pleno siglo XX. Hay también grandes complejos subterráneos milenarios como la impresionante “Cueva de los Cien Pilares”. Entramado rupestre colosal que nos llena la cabeza de interrogantes. ¿Para qué servían estas monumentales excavaciones laberínticas en las entrañas del cerro de San Miguel? Para responder a esta pregunta te propongo una visita a uno de los rincones más enigmáticos de La Rioja, una localidad de tradición troglodita.

El Valle del Cidacos, en La Rioja, es como un queso gruyere. Las entrañas de muchos de sus montes están llenas de galerías y cuevas artificiales. Cavernas excavadas por los hombres aprovechando la escasa dureza de las rocas, en su mayoría de arenisca y de arcilla. De ahí ese color rojo tan característico. Y esa forma curiosa de aprovechar la naturaleza para el uso humano.
Parte de las excavaciones se aprovecharon para hacer viviendas, muchas de ellas localizadas en Arnedo, localidad donde merece la pena hacer una parada no sólo para comprar unos zapatos. Esta localidad de la Rioja Baja es también muy interesante por la curiosa historia que esconde en torno a sus cuevas.
¿SABÍAS QUE ARNEDO ES LA CIUDAD DEL CALZADO?
Es probable que en tu armario tengas algún zapato fabricado en Arnedo, la meca del calzado. Cuna de marcas tan famosas como Chirucas, las zapatillas Victoria o los tan promocionados Fluchos, por citar algunos.
Una industria en torno a la cual gira la personalidad de esta localidad donde no solo se pueden visitar fábricas de zapatos. Arnedo presume también por acoger el outlet de calzado más grande del norte. Acoge un curioso museo, el Basilio García, situado al lado de la fábrica de Callaghan y donde se exhibe una colección de la historia de los zapatos.
Hay también un bulevar donde famosos varios han dejado la huella de su pisada, entre ellos Miliki, Miguel Induraín, Arancha Sánchez Vicario o la más grande de todas, la de Fernando Romay. ¿Qué zapatos utilizarían los habitantes de las cuevas?

Breve historia de las cuevas de Arnedo
Muchas de las cuevas que se conservan fueron viviendas. Se calcula que más de 200 familias aprovecharon la blanda tierra (arcilla y arenisca) para esculpir sus propias casas. Costumbre que se extendió desde finales del siglo XIX hasta aproximadamente 1960 cuando el Ayuntamiento prohibió la habitabilidad en las cuevas ante el peligro tras el derrumbe de algunas de las construcciones.
Aunque ya no están habitadas se conservan aún muchas cuevas por toda la zona, muchas más de las documentadas. Entre ellas un grupo de viviendas gestionadas por el Ayuntamiento de Arnedo y que actualmente son un interesante museo donde se muestra al público cómo era la vida en estas construcciones.

RESERVA AQUÍ TU VISITA GUIADA A LAS CUEVAS DE ARNEDO
Las cuevas de Arnedo sólo se pueden visitar con los guías oficiales. Para acceder es necesario hacer una reserva previa. En verano hay varios horarios y opciones. Las visitas duran aproximadamente dos horas y cuestan 7 euros. El aforo es limitado por tanto, mejor ser previsores con las reservas.
También puedes conseguir más información llamando al 941 380 128 o escribiendo un correo a turismo@arnedo.com.


¿SABÍAS QUE EL MONASTERIO DE VALVANERA Y EL DE SUSO NACIERON SOBRE UNA CUEVA?
Casas-cuevas reconvertidas en museo
Si visitas las casas cuevas musealizadas de Arnedo descubres muchas curiosidades en torno a esta forma de vida tan típica en esta localidad que habría conquistado a los mismísimos Picapiedra.
Lo primero, destacar que eran viviendas flexibles, es decir, se adaptaban a las necesidades de la familia. ¿Qué la casa se quedaba pequeña ante la llegada de nuevos miembros? No pasa nada, excavamos un poco más y hacemos otra habitación. ¿Tenemos más animales? Sin problema, cogemos el pico y la pala y hacemos la cuadra más grande.
Más fácil imposible. Además, no había problemas con propiedad, ni con la fiscalidad de los metros cuadrados. Las cuevas estaban exentas de impuestos, detalle importante para potenciar su atractivo. Los interesados buscaban su hueco libre en la montaña y ¡listo!. Casa a la carta, sin complicaciones.

Las paredes siempre encaladas en blanco por dos razones, desinfección por un lado y la luminosidad por otro pues salvo las puertas de acceso no había ventanas. Y los animales convivían con los humanos en el mismo espacio.
En las cuevas también había estancias para almacenar alimentos y por supuesto para guardar el vino. La temperatura era siempre la perfecta, entre 15º y 16º grados durante todo el año. Así que estaban fresquitos en verano y calentitos en invierno. Y el vino se conservaba a la temperatura ideal.

La curiosa cueva de los Cien Pilares
Pero el origen de las cuevas de Arnedo se remonta a muchos siglos antes. En la misma ladera del cerro de San Miguel encontramos el mayor tesoro del patrimonio rupestre de La Rioja. La Cueva de Los Cien Pilares. Visita obligada tanto por su belleza como por todos los misterios que esconde.
Antes de empezar este recorrido por las entrañas de la tierra hay que avisar de que son cuevas muy antiguas, ¡milenarias!. Hay constancia histórica del uso de cavernas en Arnedo desde la época romana, en sus orígenes como refugio seguro ante ataques de otros pueblos.

En el caso de cueva de los Cien Pilares, se cree que se construyó en el siglo XI bajo una ya desaparecida ermita para dar cobijo a una comunidad de monjes eremitas y adoptó el nombre de Monasterio de San Miguel. Esta es la explicación más aceptada por los estudiosos sobre el origen de la cueva, aunque los interrogantes aún son muchos pues apenas se han encontrado restos arqueológicos que confirmen al cien por cien esta hipótesis.
Lo que más sorprende son las dimensiones. La Cueva de los Cien Pilares es un laberinto de galerías comunicadas entre sí por largos pasillos, amplias estancias y escaleras que unen distintos niveles, cuatro plantas para ser exactos. Consejo. Lleva zapato cómodo y prepárate para caminar un buen rato.

¿Columbario, palomar, botica?
Una vez dentro entenderás pronto a qué de debe su nombre. Todas las paredes tienen unos huecos esculpidos iguales y bien alineados que han despertado la curiosidad de muchos historiadores. La explicación más aceptada es que eran columbarios, es decir, nichos donde se depositaban restos humanos. ¿Estamos pues ante un cementerio? ¿Un osario para los huesos de los monjes fallecidos? Preguntas que se suceden durante la visita y cuya respuesta aún se está investigando.

Con el paso del tiempo parece ser que los usos de la cueva fueron cambiando. También se cree que las cavidades pudieron servir en algún momento de su historia para almacenar plantas medicinales o pociones varias. Y ya en tiempos más modernos se ha comprobado que las cuevas se usaron como palomares.

Rincones fotogénicos de la cueva de los cien pilares
No olvidemos tampoco la importancia defensiva por su ubicación un alto de difícil acceso. Y con unas vistas increíbles sobre Arnedo y todo el valle. A lo largo del recorrido hay varias aperturas sobre la piedra que permiten contemplar el exterior y una hermosa panorámica. Son estas “ventanas” de piedra los rincones más fotogénicos del recorrido.

Hace pocos meses se ha abierto al público una segunda zona de la cueva donde la visita se transforma en una experiencia con un final delicioso. Me explico mejor.

Una cueva que cuenta una historia
Tras una primera parte de parte del recorrido en el que se contempla la cueva tal y como ha llegado a nuestros días se inicia una segunda fase donde encontramos a los protagonistas de la historia. Primero un audiovisual donde se resumen las distintas etapas y usos de la cueva.
Luego nos encontramos un monje rezando en su celda ¿Escucháis sus oraciones? Después una zona llena de huesos que nos muestran como se cree que eran los enterramientos. Otra parte donde vemos la organización de la posible farmacia o botica, con las hierbas medicinales almacenadas… ¡huele a plantas, a pócimas secreta! ¿Sientes la magia? A continuación, una estancia donde se ven palomas en sus nidos. ¿Escuchas el sonido de sus alas mientras revolotean? ¿Percibes el polvo que dejan en el aire al batir sus alas?.


Un vino de Arnedo
La música gregoriana acompaña para recrear este ambiente misterioso. Y al final, el colofón. Como es habitual en La Rioja, toda buena experiencia concluye con ¡un buen vino!. Eso es lo que se ofrece a los visitantes en la última estancia de la cueva: degustar un vino de la bodega de La Rioja acompañado con algunos productos locales.

Buen momento para la tertulia y para dejar volar la imaginación sobre los misterios de una cueva enigmática y curiosa. Uno de esos tesoros desconocidos de La Rioja que justifican una escapada. Y que no deja indiferente a nadie.
¿Has estado en Arnedo? ¿Has visitado sus cuevas? ¿Te han gustado? ¡Deseando conocer tu opinión sobre tan curioso lugar.

